De Washington a Buenos Aires

Obeliscos modernos, más allá del Egipto faraónico

La fascinación del hombre por los obeliscos del antiguo Egipto lo ha llevado a erigir modernos sucedáneos de estos colosales monumentos que conmemoran las más diversas hazañas.

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El Monumento a George Washington es un inmenso obelisco erigido en el siglo XIX en el National Mall, el gran bulevar de la capital de EE. UU.

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Entre los colosales monumentos que el Egipto faraónico ha legado a la humanidad unos de los más asombrosos han sido los obeliscos, descomunales pilares de una sola pieza que han ejercido una irresistible fascinación a diferentes civilizaciones lo largo de la historia. Ya los romanos trasladaron algunos de ellos para embellecer la capital de su imperio y a lo largo de la historia otros se han reubicado en ciudades como París, Londres, Estambul o Nueva York.

Pero solo unas decenas de estos delicados monumentos han sobrevivido al paso de los milenios y la fascinación del hombre por ellos lo ha llevado a erigir modernos sucedáneos de estos monolitos que conmemoran las más diversas hazañas. Washington, Buenos Aires, Montevideo o Madrid, entre otras, cuentan con obeliscos propios que, a imitación de las grandes moles faraónicas, recuerdan personajes o hechos históricos que cambiaron la historia. 

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El primer ciudadano

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El primer ciudadano

El obelisco contemporáneo más famoso es, tal vez, el Monumento a Washington, dedicado al líder de la guerra de la independencia y primer presidente de EE. UU, George Washington, una figura venerada por los estadounidenses. El obelisco tardó 34 años en levantarse –con alguna pausa por diversas causas, la más larga, la guerra de Secesión– y fue inaugurado en 1884. Mide 169 m de altura y durante cinco años fue el edificio más alto del mundo, "destronado" en 1889 por la Torre Eiffel. El gran monumento de granito y revestido de mármol está situado en el National Mall, entre el Capitolio (en la imagen detrás del monolito) y el Monumento a Lincoln (en primer término, inspirado en los templos de estilo dórico de la antigua Grecia).

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Héroe británico

Al otro lado del Atlántico, el Monumento a Wellington es el obelisco más alto de Europa. Dedicado al héroe de las guerras contra Napoleón Arthur Wellesley, Primer duque de Wellington, el monumento mide 62 metros de altura y está emplazado en el parque Fénix de Dublín. La primera piedra de la estructura se puso en 1817 pero tres años más tarde se acabaron los fondos y la construcción se detuvo durante décadas. No fue finalizado hasta 1861. En su base luce cuatro placas de bronce fundidas con cañones capturados en Waterloo con representaciones de la carrera del general.

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Monumento a los Constituyentes

El Monumento a los Constituyentes de Montevideo es un obelisco de 11 metros de altura inaugurado en 1938 para homenajear a los hombres que promulgaron la primera constitución de Uruguay 108 años antes. El monumento, realizado en granito rosado cuenta con tres estatua de bronce alegóricas a la Ley, la Fuerza y la Libertad y su base se asienta sobre una fuente hexagonal ubicada en la confluencia del bulevar Artigas –uno de los padres de la patria– con la avenida 18 de Julio, día que se proclamó la constitución en 1830. 

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Obelisco de frontera

En la frontera entre Uruguay Brasil se encuentra un obelisco que si bien no destaca por su tamaño sí tiene un sentido simbólico. Preside la llamada plaza Internacional, inaugurada el 26 de febrero de 1943. En lo alto del monumento dos relojes, actualmente en desuso, marcaban las horas de ambos países.

El obelisco de Buenos Aires

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El obelisco de Buenos Aires

La plaza de la República Argentina alberga el gran obelisco latinoamericano, un ícono de la capital argentina. Tiene una altura de 67,5 metros y en su cúspide cuenta con cuatro ventanas, una por cada cara del piramidón. En el emplazamiento se levantaba antiguamente la iglesia en cuya torre se izó oficialmente por primera vez la bandera argentina en Buenos Aires, en 1812, acontecimiento. Dicha circunstancia se recuerda en una de las inscripciones del lado norte del Obelisco. Levantado para celebrar el cuarto centenario de la fundación de Buenos Aires, fue inaugurado el 23 de mayo de 1936, apenas dos meses después de haber iniciado su construcción. Tres años después las autoridades municipales decidieron su demolición por razones de seguridad, estéticas y económicas. Orden que no llegó a cumplirse gracias al veto del propio presidente.

Monumento funerario

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Monumento funerario

En el antiguo Egipto una de las funciones principales de los obeliscos era su carácter funerario, carácter que mantendría el que preside la tumba de Abraham Lincoln. Preside el panteón familiar que alberga los restos del 16º presidente de los Estados Unidos, su esposa y tres de sus hijos en el cementerio de Oak Ridge de Springfield, en el estado de Illinois. El monumento, de 36 metros de altura se eleva sobre la terraza de la cripta funeraria u cuenta con varias estatuas de bronce alegóricas de su vida y su obra.

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El obelisco más alto

Estados Unidos ha sido sin duda la nación moderna donde mejor acogida han tenido los obeliscos. En el condado de Harris se levanta el Monumento de San Jacinto, en el campo de combate de la batalla homónima que en 1836 enfrentó a los ejércitos texanos contra las tropas de México y fue decisiva para la independencia de Texas. Se trata de una columna de 173 metros , es el obelisco más alto del mundo. Inaugurado en 1939, está coronado por una gran estrella –símbolo de Texas– de 220 toneladas de peso.

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Controversia

El Monumento Nacional a las Mujeres de Bloemfontein, Sudáfrica, mide 35 metros y fue levantado en 1913 para recordar las 27.000 mujeres y niños muertas en los campos de concentración británicos durante las guerras de los bóers. El uso de los terrenos para entierros de veteranos de guerra diluiría el enfoque original del monumento, que llegaría a convertirse en un símbolo afrikáner durante las décadas del apartheid.

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Un obelisco moderno

En la plaza de Castilla de Madrid se levanta un monumento conocido como el Obelisco de la Caja (por ser un encargo de la desaparecida entidad financiera Caja Madrid) u Obelisco de Calatrava (el arquitecto que lo diseñó). Se trata de una gran columna de 92 metros de altura de aspecto posmoderno inaugurado en 2009. El núcleo es un fuste metálico cilíndrico al que se fijan se fijan, 462 costillas y 462 lamas de bronce que lo recubren.  

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El obelisco del Dos de Mayo

También en Madrid se encuentra un obelisco más clásico, inaugurado en 1840 para recordar a los madrileños que se levantaron el 2 de mayo de 1808 contra la ocupación francesa. En 1842 fueron enterrados en este monumento los restos de Daoiz y Velarde, los destacados oficiales de artillería que se sumaron a la revuelta. Desde 1985 el monumento cuenta con una llama que arde permanentemente en recuerdo de todos los soldados españoles víctimas de la guerra.

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El cinco de oros

En medio del ensanche de Barcelona, en la confluencia del Paseo de Gracia y la avenida Diagonal, se alza un obelisco actualmente conocido como el cinc d'oros (cinco de oros), pero que ha tenido diversos nombres y advocaciones desde que fue inaugurado en 1936. La zona era conocida como el cinc d'oros por tener cuatro rotondas en cada esquina i otra en el  centro. En 1932 el espacio recibió el nombre de plaza de Pi i Maragall, presidente de la primera República, y el obelisco instalado en el medio le dio el nombre popular de plaça del llapis (plaza del lápiz). Durante la dictadura franquista, los símbolos republicanos fueron sustituidos por una alegoría de la Victoria y un águila, por lo que la plaza pasó a llamarse, popularmente, plaça del Lloro (del loro). Tras la muerte del dictador, los símbolos franquistas fueron retirados y la plaza dedicada al rey Juan Carlos I, hasta que en 2016, el ayuntamiento recuperó el nombre actual, que es el que tenía en el primer tercio del siglo XX, plaça del Cinc d'oros.

Para saber más

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Obeliscos, los emblemas del antiguo Egipto

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