Prehistoria en el norte peninsular

Nuevo estudio del arte rupestre de la Cueva de Chufín, en Cantabria

Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Cantabria, que cuenta con el respaldo del Gobierno de Cantabria y la Fundación Palarq, está llevando a cabo un estudio integral de esta importante cueva cántabra, que cuenta con magníficos ejemplos de arte prehistórico y es Patrimonio de la Humanidad desde 2008.

Figuras de ciervas grabadas con trazos profundos en el exterior de la cueva de Chufín, en Cantabria.

Figuras de ciervas grabadas con trazos profundos en el exterior de la cueva de Chufín, en Cantabria.

Figuras de ciervas grabadas con trazos profundos en el exterior de la cueva de Chufín, en Cantabria.

Diego Garate

La cueva de Chufín, en la localidad cántabra de Riclones, se localiza en la margen derecha del río Lamasón. Esta cavidad posee en su interior uno de los conjuntos de arte rupestre más importantes de Cantabria y es Patrimonio Mundial desde el año 2008. La cueva fue dada a conocer como yacimiento arqueológico en 1972, momento en el que se reconocen las primeras manifestaciones de arte rupestre. El estudio arqueológico fue asumido de manera inmediata por Martín Almagro Basch, director del Museo Arqueológico Nacional por aquel entonces, que hizo clausurar la cavidad para la protección de las manifestaciones artísticas que contenía.

Un par de años más tarde, Victoria Cabrera Valdés y Ferderico Bernardo de Quirós inician el estudio de la secuencia arqueológica del lugar. Actualmente, el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC), de la Universidad de Cantabria, está llevando a cabo un estudio integral de la cueva, un proyecto que está dirigido por el investigador Diego Garate y que cuenta con financiación del Gobierno de Cantabria y de la Fundación Palarq.

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En la cueva, que tiene un amplio vestíbulo de planta triangular, orientado al norte, de unos once metros de ancho y otros tantos de profundidad, se ha registrado la presencia humana en distintos momentos del Paleolítico Superior, especialmente durante el Solutrense, hace unos 20.000 años, con gran abundancia de materiales, sobre todo con una gran presencia de fauna y restos de industrias lítica y ósea.

En cuanto al arte rupestre que contiene la cueva de Chufín, este se distribuye en dos sectores de la cavidad bien diferenciados. Las manifestaciones artísticas más conocidas son las que están situadas en el abrigo exterior. Se trata de un nutrido grupo de figuras animales, grabadas con un trazo profundo, entre las que destaca un conjunto de catorce ciervas y un bisonte acéfalo; todas ellas de trazo muy sencillo (se reduce a la ejecución de tres líneas con la línea frontal de la cabeza prolongada en la oreja, una segunda línea para el lomo y una tercera para el pecho), pero muy expresivas, aunque no presentan detalles anatómicos ni extremidades.

Las manifestaciones artísticas más conocidas son las situadas en el abrigo exterior. Entre ellas destaca un conjunto de catorce ciervas y un bisonte acéfalo.

Dos arqueólogas del equipo investigador estudian sedimentos en el interior de la cueva de Chufín.

Dos arqueólogas del equipo investigador estudian sedimentos en el interior de la cueva de Chufín.

Dos arqueólogas del equipo investigador estudian sedimentos en el interior de la cueva de Chufín.

Diego Garate
Representaciones animales y humanas pintadas en rojo en el interior de la cueva de Chufín.

Representaciones animales y humanas pintadas en rojo en el interior de la cueva de Chufín.

Representaciones animales y humanas pintadas en rojo en el interior de la cueva de Chufín.

Diego Garate

Dentro de Chufín se halla el conjunto de figuras más heterogéneo. El de la derecha, mal conservado y de complicada lectura, comprende al menos cinco animales en rojo (cuatro caballos y un uro) y una posible figura femenina, así como manchas y puntos también en rojo. A la izquierda se observan pequeños puntos rojos y media docena de bisontes y ciervas, algunas grabadas y otras pintadas en rojo.

En el vestíbulo de la cavidad, los arqueólogos han abierto tres sectores de excavación, dos de ellos contiguos a las intervenciones del siglo pasado y otro situado entre ambas. De esta manera, ha sido posible definir la secuencia estratigráfica del yacimiento en un área extensa, aunque por ahora no se ha profundizado en los sedimentos más antiguos. Asimismo, la documentación tridimensional y el tratamiento de las imágenes ayudará sin ninguna duda a proporcionar una nueva interpretación, incluso con la incorporación de nuevos motivos, a las pinturas y grabados de Chufín.