Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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Tres animales momificados del antiguo Egipto han sido escaneados usando una innovadora tecnología de microtomografía de rayos X. Esta técnica ha permitido obtener imágenes con un nivel de detalle sin precedentes que revelan mucho sobre su contenido sin necesidad de dañar las momias, lo que ha permitido conocer cómo murieron así como su propósito.
Los tres animales examinados son un gato doméstico, una cobra egipcia (Naja haje) y un pájaro que los investigadores identifican probablemente como un cernícalo común (Falco tinnunculus), todos ellos animales sagrados para los antiguos egipcios. Las imágenes obtenidas revelan signos de una muerte violenta o por inanición, por lo que es probable que se tratara de ofrendas votivas a los dioses, una práctica común en el antiguo Egipto. Se estima que los egipcios llegaron a momificar hasta 70 millones de animales: la mayoría eran ofrendas a los dioses -los templos incluso criaban sus propios animales destinados al sacrificio-, pero también se hacían enterrar con sus mascotas para que les acompañaran en el Más Allá o con ganado que les sirviera de alimento.

Momias animales egipcias escaner 3D
Microtomografía del esqueleto y restos de tejido blando de la momia de cernícalo común.
Foto: Swansea University Press
Innovación tecnológica
La microtomografía de rayos X combina dos técnicas que hasta la fecha se habían usado por separado, con sus respectivas limitaciones: la tomografía solo había permitido obtener imágenes tridimensionales de poca resolución, mientras que la radiografía daba imágenes más detalladas pero en dos dimensiones. Con esta nueva técnica se obtienen imágenes tridimensionales de una resolución 100 veces mayor a las anteriores: en ellas se pueden apreciar los huesos e incluso los dientes, lo que ha permitido saber, por ejemplo, que el gato tenía pocos meses y que murió a causa de una fractura en el cuello, probablemente sacrificado.
El estudio ha sido realizado por un equipo multidisciplinar dirigido por el profesor Richard Johnson, de la Universidad de Swansea, en colaboración con el Egypt Center -un museo de antigüedades egipcias en Gales- y las universidades de Leicester y Cardiff. Una de las investigadoras, la doctora Carolyn Graves-Brown del Egypt Center, señala que “esta colaboración entre ingenieros, arqueólogos, biólogos y egiptólogos muestra el valor del trabajo conjunto entre investigadores de diversos campos”. Ojalá, como dice la investigadora, distintas disciplinas científicas puedan complementarse y ayudarse de cara a conocer mejor los secretos del antiguo Egipto.