Hace unos 5.100 años, un gobernante procedente del sur de Egipto, conocido por la historia como Narmer, conquistó el territorio norteño del delta del Nilo y unificó Egipto, dando lugar con ello a la primera dinastía. Este acontecimiento tuvo una gran relevancia, ya que dio lugar al nacimiento del primer Estado unificado de la historia.
Pero esta unificación política no fue algo inmediato. En realidad, fue la culminación de un largo proceso religioso, político y, por supuesto, militar, que se desarrolló en las últimas fases del llamado Período Predinástico. Historiadores como el egipcio Manetón y el griego Heródoto hablan de un rey unificador llamado Menes, procedente de Tinis, que fundó la ciudad de Menfis, que se convertiría en la capital del Egipto unificado. Mucho después, los arqueólogos identificaron a este Menes con Narmer, el fundador de la dinastía I de Egipto. Y, al parecer, Narmer desposó a una mujer cuyo nombre conocemos. Se trata de la reina Neithotep.
una poderosa reina
¿Quién fue Neithotep, cuyo nombre ha llegado hasta nosotros después de tantos milenios? Su nombre significa "Neith está en paz". Neith era la diosa guerrera del Norte, lo que podría indicar que Neithotep era originaria del Bajo Egipto. Así, tal vez Narmer se casó con ella para poner el broche final a un acuerdo de paz entre los reinos del Norte y del Sur. Un matrimonio que habría servido para cimentar la paz entre dos territorios tradicionalmente enfrentados bajo el mando de un solo soberano. Neithotep habría sido también la madre del sucesor de Narmer, el rey Aha.
Aunque no todos los historiadores están de acuerdo con esta interpretación sobre la identidad de Neithotep. Hay quien cree que esta reina no fue la esposa de Narmer, sino la de Aha y, por lo tanto, madre del hijo y sucesor de este, el rey Djer. En todo caso, lo que sí parece claro es que Neithotep actuó como regente de su hijo tras la muerte de su esposo, e incluso pudo haber gobernado como faraón de pleno derecho. De ser así, sería la primera gobernante egipcia femenina de la que tenemos constancia.
Al parecer, Neithotep actuó como regente de su hijo tras la muerte de su esposo, e incluso pudo haber gobernado como faraón de pleno derecho.

Dibujo de la mastaba de Neithotep en Nagada hecho por Jacques de Morgan. Recherches sur les origines de l'Egypte II. Ethnographie préhistorique et tombeau royal de Negadah.
Dibujo de la mastaba de Neithotep en Nagada hecho por Jacques de Morgan. Recherches sur les origines de l'Egypte II. Ethnographie préhistorique et tombeau royal de Negadah.
PD
De lo que no cabe ninguna duda es de que Neithotep tuvo un entierro excepcional. La reina, que ostentó los títulos de "Principal de las mujeres" y "Consorte de las Dos Damas" (en referencia a las diosas cobra Uadyet y buitre Nekhbet, patronas del Bajo y Alto Egipto respectivamente) fue enterrada en una enorme mastaba hecha de adobe, con sus paredes exteriores construidas con entrantes y salientes, a imitación del muro de palacio.
La tumba de Neithotep fue descubierta en 1897 por el arqueólogo francés Jacques de Morgan en la necrópolis real de Nagada, en el Alto Egipto. De hecho, la estructura funeraria era tan impresionante que al principio los investigadores creyeron que se trataba de la sepultura del legendario Narmer-Menes. Pero De Morgan tan solo dedicó 15 días a su excavación.
la misteriosa neithotep
La tumba sería explorada posteriormente por el alemán Ludwig Borchardt en 1898 y por el británico Johan Garstang en 1904, quien halló en su interior cientos de objetos. Precisamente el estudio de estos elementos (principalmente impresiones de sellos de arcilla, etiquetas de marfil e inscripciones en cuencos de piedra) confirmaría finalmente la identidad de la persona enterrada allí: la reina Neithotep. Su nombre también apareció en objetos hallados en las tumbas de los reyes Aha y Djer, y en otros lugares como Helwan (cerca de Menfis), Abydos, e incluso en el Wadi Ameyra, en la península del Sinaí.
Precisamente en este último lugar se han descubierto algunos grabados rupestres de la época de los reyes Iry-Hor, Narmer, Djer y Nebre. El que se ha datado bajo el reinado de Djer muestra una procesión de barcos reales. A la derecha de la escena se grabó un serej (representación estilizada de la fachada de un palacio en cuya parte superior se incluía el nombre del faraón en jeroglíficos, sobre el que se situaba al dios Horus en forma de halcón) con el nombre de Djer en su interior. Sobre este serej, en diagonal, puede leerse asimismo el nombre de Neithotep. ¿Ordenó la reina esta expedición para extraer minerales? No lo sabemos, pero lo que sí es evidente es que una reina consorte no tenía atribuciones para hacerlo...
En un grabado rupestre en el Sinaí aparece una procesión de barcos reales donde se plasmó el nombre de la reina Neithotep.

Mastaba de Neithotep en Nagada. Fotografía de una de las primeras excavaciones, a principios del siglo XX.
Mastaba de Neithotep en Nagada. Fotografía de una de las primeras excavaciones, a principios del siglo XX.
PD
En todo caso, nadie pone en duda actualmente que Neithotep ocupó una posición de poder muy importante, aunque no conozcamos exactamente la naturaleza de su papel. ¿Fue regente, corregente o reina por derecho propio? El hecho de que su nombre aparezca representado dentro de un serej en algunas de las impresiones de sellos de arcilla hallados en su tumba es, sin embargo, bastante significativo. Tal vez futuros descubrimientos contribuyan a arrojar algo más de luz sobre un período de la historia de Egipto aún impenetrable y oculto por las brumas del tiempo...