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“En cierto modo es casi como descubrir la tumba de Tutankamón; estás entrando en un espacio en el que no ha estado nadie durante 40.000 años. Es bastante solemne, de verdad”. Salvando las diferencias con la expectación que provocó en 1922 el hallazgo de la tumba del “faraón niño”, el profesor Clive Finlayson del Museo Nacional de Gibraltar se muestra entusiasmado por los descubrimientos realizados en la cueva Vanguard, situada en el peñón de Gibraltar.
Su equipo lleva desde 2012 investigando esta cueva que forma parte de un complejo mayor llamado Gorham's Cave, situado en las hendiduras que se abren bajo los acantilados de Gibraltar. Recientemente han descubierto un nuevo espacio en la cueva Vanguard que había permanecido bloqueado durante los últimos 40.000 años -en la época en la que vivieron los últimos neandertales- y que, por lo tanto, no ha sido contaminado por elementos externos y se muestra tal y como era cuando los últimos exponentes de esta especie vivían allí.

El profesor Clive Finlayson delante de la entrada a Vanguard Cave
Foto: Gibmetal77 (CC)
Desde entonces han encontrado diversas evidencias de ocupación por parte de neandertales, como herramientas de piedra, señales de hogueras o restos de animales con signos de haber sido despedazados para comérselos. También se han encontrado restos de animales carnívoros como linces o hienas, con los cuales compartían espacio y que a veces podían ser vecinos peligrosos: hace cuatro años, hallaron un diente de un niño neandertal de unos cuatro años en un área con abundantes restos de hienas, lo que sugiere según los investigadores que la desafortunada criatura les sirvió de cena.
Según informa el periódico The Guardian, Finlayson cree que el estudio del complejo de cuevas puede dar valiosa información sobre el modo de vida de los neandertales que habitaban en zonas costeras del Mediterráneo, como su dieta u otras prácticas: por ejemplo, entre los huesos de animales hallados en las áreas de ocupación neandertal se encuentran algunos de foca, señal de que las cazaban. Finlayson se muestra especialmente deseoso de encontrar evidencias de prácticas funerarias, que por ahora no han aparecido.
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