Hoy en día, pocas personas recuerdan que, al otro lado del mundo, existe un pequeño, aunque no insignificante archipiélago, con el que compartimos historia desde 1521. En marzo de ese año, sus habitantes, integrantes del pueblo CHamoru (que actualmente se denominan (CHamoru/chamorro) avituallaron a la cada vez más menguante expedición de Magallanes, que había recalado en sus aguas. Solo así pudieron los navíos que la componían continuar su ruta, y, de este modo, completar la primera vuelta al mundo.
Desconocido hasta entonces en Europa, la colonización permanente del pueblo CHamoru se iniciaría, sin embargo, bastante después, en 1668, en el marco de la expansión global de las misiones jesuitas y bajo el liderazgo de Diego Luis de Sanvitores, quien rebautizó al archipiélago como islas Marianas.
"Investigando" a las sociedades CHamoru
Entender cómo eran y cómo vivían las sociedades indígenas en el archipiélago es lo que se ha propuesto el proyecto Aberigua, que significa "investiga" en la lengua CHamoru. Este ambicioso proyecto científico, liderado desde la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona con colaboración de la Universidad de Guam, la Universidad de Barcelona, la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Hawai'i Manôa, el Guam Preservation Trust, e investigadores de Cardo GS y Search, nace con la voluntad de comprender qué significó y supuso para los CHamoru su incorporación a la red colonial del Imperio español. El objetivo principal de la presente investigación es estudiar los procesos de cambio y continuidad cultural que se sucedieron a través de tres ejes fundamentales interrelacionados entre sí: la caracterización de la lógica cultural de las sociedades CHamoru pre-coloniales (denominadas también Latte), las estrategias coloniales que se implementaron para intervenir su día a día y el giro patriarcal que supuso su colonización.
Lograr entender cómo eran y cómo vivían las sociedades indígenas en el archipiélago es lo que se ha propuesto el proyecto Aberigua, que significa 'investiga' en la lengua CHamoru.

Fuerte de Nuestra Señora de la Soledad en Humåtak, isla de Guam.
Foto: Sandra Montón Subías para Aberigua
Así, la comprensión de esta cultura, que se desarrolló entre los años 900/1000-1700 d.C., resulta imprescindible para encuadrar en su justa medida los cambios sociales que siguieron al establecimiento de las misiones jesuitas. Estas sociedades eran de tradición oral y se organizaban en linajes posiblemente matrilineales de diferente rango, sin una estratificación social acusada, y con una división del trabajo marcada solo por el género (dentro de su grupo de género, todo el mundo realizaría las mismas tareas). En este tipo de sociedades, lo que se valora es poder seguir viviendo de acuerdo a la tradición. Y fue precisamente esta tradición la que pretendieron romper los misioneros jesuitas al resultarles incompatible con sus propios principios.
La iglesia de San Dionisio
Desde 2017, el grupo investigador de Aberigua trabaja en la isla de Guam, la más grande y meridional del archipiélago de las Marianas. El equipo lleva a cabo excavaciones arqueológicas en la iglesia y cementerio de San Dionisio, en la pequeña población de Humåtak, enmarcadas en un programa de arqueología comunitaria, que integra a habitantes y escolares de la localidad. De hecho, este ha sido el primer programa de excavaciones sistemáticas a largo plazo realizado en un enclave colonial, y ha comprendido tres campañas de excavación (2017, 2018 y 2019) y una de estudio de materiales (2021).
El grupo investigador lleva a cabo excavaciones arqueológicas en la iglesia y cementerio de San Dionisio, en la pequeña población de Humåtak.

Excavaciones arqueológicas en San Dionisio durante el año 2019.
Foto: Yvonne Ramírez Corredor para Aberigua
Humåtak es uno de los lugares de Guam, y de toda Oceanía, con un patrimonio arquitectónico del período colonial mejor conservado. San Dionisio comenzó a construirse en 1680 y se abandonó en 1902. Como muchos otros edificios de Guam, sufrió diversas destrucciones a lo largo del tiempo, debidas sobre todo a desastres naturales y a episodios de resistencia nativa. Aunque lo más probable es que se construyera siguiendo la tradición Latte, a partir de 1715 se utilizó la piedra como material constructivo, con lo que fue adquiriendo monumentalidad durante sus posteriores reconstrucciones. Las excavaciones de Aberigua en la iglesia han sacado a la luz un cementerio delante de su fachada principal, en el que destaca el alto porcentaje de individuos perinatales, que fueron enterrados en las zonas más próximas a la fachada.
La colonización de las personas
La colonización a través de misiones, como la que tuvo lugar en Guam, va más allá de la conquista de nuevos territorios o el puro extractivismo. Es una manera específica de colonizar que excede la conquista de nuevos territorios o el puro extractivismo. En realidad, los recursos son aquí las propias personas, de las que se pretende conquistar su manera de ser y de actuar. Aberigua afirma que esta colonización de las personas pasa por implantar nuevas maneras de realizar las actividades de mantenimiento, un conjunto de prácticas cotidianas, rutinarias, repetitivas, no especializadas, que son imprescindibles para el bienestar social y para sostener y reproducir la vida siempre y en cualquier lugar. Desde los hábitos sexuales hasta los culinarios, pasando por los corporales, los de salud pública, la socialización infantil, la organización del espacio cotidiano o la manera de cuidar y atender al otro, todo ello será un objetivo a colonizar para tratar de imponer una nueva racionalidad. Como en otros lugares del mundo, esto contribuirá a un giro patriarcal en la sociedad que supondrá una mayor desigualdad entre hombres y mujeres.
Aberigua ha descubierto que esta colonización de las personas pasa por implantar nuevas maneras de realizar las actividades de mantenimiento.

Botones de hueso recuperados en San Dionisio, testimonio de los nuevos hábitos corporales, que incluyen el vestido para cubrir el cuerpo.
Foto: Laura Trellisó Carreño para Aberigua
Las excavaciones que el proyecto Aberigua está llevando a cabo en San Dionisio representan el primer paso en un esfuerzo más amplio que incluirá el trabajo de campo en diferentes enclaves representativos del período colonial y del periodo Latte inmediatamente anterior, tanto en Guam como en las islas vecinas que actualmente integran la Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte.
Para más información sobre proyectos de arqueología y paleontología humana visita la web de la Fundación Palarq.