Según un estudio publicado recientementeen la revista PLOS One, Heródoto, el famoso historiador griego que vivió en el siglo V a.C., "no dijo toda la verdad" sobre el transcurso de una batalla fundamental que tuvo lugar entre griegos y cartagineses en Sicilia: la Primera Batalla de Himera, que en el año 480 a.C. enfrentó a los ejércitos griegos de las ciudades de Siracusa y Agrigento contra las tropas cartaginesas lideradas por Amílcar Magón. En su obra Historias, Heródoto describió este conflicto bélico y escribió que cuando los "bárbaros" cartagineses atacaron la colonia griega de Himera, una coalición de aliados griegos de otras ciudades sicilianas se unió a la refriega, lo que llevó a la victoria helena.
Según un reciente estudio, Heródoto, el famoso historiador griego que vivió en el siglo V a.C., "no dijo toda la verdad" sobre el transcurso de la Primera Batalla de Himera, que en el año 480 a.C. enfrentó a griegos y cartagineses.
Himera se encuentra situada al norte de Sicilia, y fue un lugar estratégico para el comercio con el Mediterráneo. Es probable que esa fuera una de las razones que llevaron a los griegos a fundar una colonia allí en el año 648 a.C. Los cartagineses también tenían colonias en Sicilia, y a menudo comerciaban con las colonias griegas de la isla, pero lo que aún no han podido aclarar del todo los estudiosos es por qué surgieron tensiones entre griegos y cartagineses. Una de las teorías que se ha planteado sobre la Primera Batalla de Himera estaría relacionada con el malestar político que había hacia los tiranos griegos, y otra de las hipótesis es que los persas, que ya estaban inmersos en las guerras médicas contra los griegos, conspiraron con los cartagineses para atacar la Sicilia griega, según plantea este nuevo estudio.

Mapa de Sicilia que muestra la situación de colonias griegas y cartaginesas en el siglo V a.C. en el contexto de las ciudades actuales.
Mapa creado en QGIS por Katherine L. Reinberger y plano de Himera creado por Stefano Vassallo.
Mercenarios extranjeros
El estudio se ha basado en un análisis químico realizado sobre los restos de los soldados que lucharon en la Primera Batalla de Himera, el cual ha revelado que esos "aliados" griegos descritos por Heródoto eran en realidad mercenarios extranjeros, probablemente contratados por los griegos para ayudarles a vencer a sus enemigos cartagineses. "Nos dimos cuenta de que era posible que muchos de los soldados que lucharon en 480 a.C. vinieran de fuera de Sicilia, y tal vez incluso de fuera del Mediterráneo", explica Katherine Reinberger, candidata a doctorado en el Departamento de Antropología de la Universidad de Georgia y autora principal del estudio.
Varias décadas más tarde, en 409 a. C., estalló la Segunda Batalla de Himera entre griegos y cartagineses, pero esta vez los cartagineses, liderados por Aníbal Magón, resultaron vencedores. Heródoto ya había muerto, pero otro historiador griego, Diodoro Sículo, escribió sobre el conflicto, y también habló sobre la primera batalla. Si bien Diodoro también omitió la participación de mercenarios extranjeros durante la Primera Batalla de Himera, describió con precisión la segunda, diciendo que los griegos locales de Himera lucharon, pero perdieron. Este relato sí ha podido ser corroborado por un nuevo análisis químico de los restos de esos soldados.
Si bien Diodoro también omitió la participación de mercenarios extranjeros durante la Primera Batalla de Himera, describió con precisión la segunda, diciendo que los griegos locales de Himera lucharon, pero perdieron.
Esta nueva investigación sugiere que "en general, [tanto Heródoto como Diodoro] trataron de ser precisos en sus relatos. Sin embargo, como tenemos que hacer con las fuentes modernas de información, tenemos que evaluarlas y utilizar cualquier otra evidencia disponible para pensar críticamente acerca de cuán precisas son las fuentes y por qué pueden haber enfatizado u omitido ciertos aspectos de la información", comenta Reinberger.
Lo que cuentan los huesos
En 2008, arqueólogos italianos descubrieron un grupo de antiguas fosas comunes en Himera que contenían los restos de 132 soldados, algunos de ellos enterrados con sus armas, que datan de los años 480 a.C. y 409 a.C. Los fallecidos fueron dispuestos en filas ordenadas, y los arqueólogos creen que esto indicaría que estos soldados lucharon por Himera y fueron enterrados así "por los vencedores griegos que tuvieron el tiempo y la oportunidad de enterrar respetuosamente a sus propios muertos".

Teatro de la ciudad griega de Siracusa, en Sicilia.
Foto: iStock
Este hallazgo llamó la atención de los investigadores del Proyecto de Bioarqueología de Colonias del Mediterráneo (BMCP), codirigido por Laurie Reitsema, profesora asociada de Antropología en la Universidad de Georgia, y por Britney Kyle, profesora asociada de Antropología en la Universidad del Norte, en Colorado. En colaboración con los investigadores de este proyecto, Katherine Reinberger tuvo la oportunidad de analizar la procedencia de estos soldados enterrados en fosas comunes en Himera. La investigadora examinó los huesos utilizando una técnica que analiza diferentes versiones de elementos, en este caso estroncio y oxígeno, que contienen un número diferente de neutrones en sus núcleos conocidos como isótopos. Con el tiempo, el oxígeno del agua y el estroncio de los alimentos acaban en el esmalte dental. Al comparar las proporciones de isótopos de los dientes con las que se encuentran en el paisaje, los investigadores pueden determinar el lugar dónde se crió un individuo.
Katherine Reinberger examinó los huesos hallados en Himera usando una técnica que analiza diferentes versiones de elementos, en este caso estroncio y oxígeno, que contienen un número diferente de neutrones en sus núcleos conocidos como isótopos.
De este modo, el equipo analizó los isótopos del esmalte dental de 62 soldados, 51 de ellos caídos en la batalla de 480 a.C. y de once de los soldados que lucharon en la de 409 a.C., así como de 25 individuos de la población general antigua de Himera descubiertos en un cementerio cercano. Los soldados caídos en la Primera Batalla de Himera tenían valores isotópicos muy variables, mucho más que los procedentes de las muestras de la población general, lo que significa que crecieron en lugares diferentes. En general, alrededor de dos tercios de los soldados que lucharon en el año 480 a.C. no eran oriundos de Sicilia. Esto sugiere que "los tiranos griegos [de Sicilia] contrataron mercenarios extranjeros de lugares más distantes" durante la Primera Batalla de Himera, según concluyen los investigadores del estudio.

Vista panorámica del valle de los templos en Agrigento, Sicilia.
Foto: iStock
¿De dónde vinieron?
Pero ¿cuál era el origen de estos hombres? La procedencia de estos mercenarios sigue siendo un misterio, pero los lugares con proporciones isotópicas de estroncio similares a algunos de los encontrados en los dientes de los soldados de Himera incluyen sitios tan dispares como las islas Cícladas en el Egeo y también Cataluña, en el noreste de España. Por su parte, los valores de los isótopos de oxígeno hallados en los soldados sugieren que provenían de áreas situadas más al interior y de elevaciones más altas que la costa de Sicilia, incluidas las antiguas ciudades griegas de Himera, Agrigento y Siracusa.
Los lugares con proporciones isotópicas de estroncio similares a algunos de los encontrados en los dientes de los soldados de Himera incluyen sitios tan dispares como las islas Cícladas en el Egeo y también Cataluña, en el noreste de España.
Determinar la procedencia exacta de los soldados puede resultar un desafío, según Rasmus Andreasen, geoquímico de isótopos del Departamento de Geociencias de la Universidad de Aarhus en Dinamarca, que no ha participado en el estudio. "No hay mucha variación geológica en el área del Mediterráneo, por lo que existen muchos lugares que podrían ser una coincidencia potencial. No es una firma que sea exclusiva de un lugar, por lo que no se puede usar para decir que 'definitivamente vinieron de aquí'. Se puede afirmar con seguridad que no eran de Himera, pero de dónde vinieron está más abierto a la interpretación", comenta el científico. En cambio, solo una cuarta parte de los soldados que combatieron en la segunda batalla cuyos restos fueron estudiados no eran locales, lo que, según los investigadores, indica que los registros históricos sobre esta batalla son más precisos que los de la primera.

Moneda acuñada en Himera hacia 455 a.C.
Foto: Cordon Press
El orgullo de ser griego
En sus Historias, Heródoto afirma que los cartagineses recurrieron a la ayuda de mercenarios cuando atacaron Himera, pero ni él ni Diodoro mencionan a los mercenarios extranjeros del bando griego. Puede haber una buena razón para ello: el orgullo. "Creo que los historiadores griegos antiguos tenían un gran interés en mostrar que sus ejércitos eran completamente griegos. Los griegos estaban obsesionados con ser griegos", según Reinberger. El sesgo de Heródoto hacia los extranjeros es evidente en sus escritos. "Él usa mucho el término 'bárbaro'. En la antigua Grecia, esa palabra se refería a cualquiera que no hablara griego", añade la investigadora.
Creo que los historiadores griegos antiguos tenían un gran interés en mostrar que sus ejércitos eran completamente griegos. Los griegos estaban obsesionados con ser griegos, según Reinberger.
Además, en algunos casos, los mercenarios extranjeros podían obtener la ciudadanía luchando a favor de Grecia. "No todos los ciudadanos de las ciudades griegas de Sicilia estaban particularmente contentos con eso, porque la ciudadanía estaba ligada a la independencia, también a [la tenencia de tierras para] la agricultura y a la naturaleza democrática de las antiguas ciudades-estado griegas. Creo que hay al menos una referencia histórica que indica que los griegos estaban molestos porque algunos mercenarios extranjeros pudieran lograr la ciudadanía", comenta Reinberger.

Heródoto leyendo sus historias en público. Grabado en color. Siglo XIX.
En sus escritos, Heródoto y Diodoro relacionan la Primera Batalla de Himera con otros triunfos griegos, e incluso cuentan que las victorias en la batalla de las Termópilas y en la batalla de Salamina (ambas en 480 a.C.) ocurrieron el mismo día, "como si el cielo hubiera dispuesto deliberadamente que la mejor victoria y la más famosa de las derrotas ocurrieran simultáneamente ", cuenta Diodoro. "El momento indicado probablemente no sea fáctico, pero muestra el orgullo que depositaban los griegos en sus fuerzas militares", concluye Reinberger.