Salida de puerto En esta imagen se puede ver al Titanic abandonando Southampton rumbo a Nueva York tras levar anclas. Un barco colosal Al contrario que su nave gemela, el Olympic fue equipado con una hélice central de cuatro aspas. Fotografía tomada durante la construcción de este transatlántico en Belfast, 1911. El Olympic En la parte frontal de la nave hermana del Titanic, el Olympic, se puede ver la posición de las cadenas que sujetaban las anclas. Sala de máquinas del Olympic El Titanic contaba con 29 calderas que consumían nada menos que 825 toneladas de carbón al día, para alimentar los tres motores de la nave y mantener en funcionamiento sus sistemas eléctricos. Un viaje muy confortable Las superficies de teca y las lámparas de bronce creaban una atmósfera de opulencia sin igual en los barcos de pasajeros de la época. La cubierta trasera En el castillo de popa del Titanic se pueden ver claramente tres grúas de carga, firmemente amarradas durante el trayecto para no poner en peligro a los pasajeros. En dique seco Fotografía de la popa del Olympic tomada en 1911. Distinción social Cubierta de primera clase en el Titanic. Suite de lujo Esta fotografía del Olympic muestra como era el interior de uno de los apartamentos más exclusivos del barco, sobre la chimenea se puede ver un reloj idéntico al encontrado en el Titanic. Caos en cubierta Con las prisas de la evacuación algunos botes fueron bajados medio vacíos y otros chocaron contra el barco y naufragaron. La calma antes del desastre Un marinero monta guardia en la cubierta de proa del Titanic El gigante de los mares El submarino Mir 2 ilumina la parte frontal del transatlántico hundido durante una exploración por parte de James Cameron como parte del documental fantasmas del abismo grabado en 2001. Barandilla frontal Separada cuando el Titanic se partió por la mitad tras chocar con el iceberg, la proa y la parte central del barco descansan en el lecho marino a 600 metros de distancia de la popa. El castillo de proa Las cadenas del ancla todavía se pueden ver en la parte delantera del Titanic, conservadas intactas a 3.750 metros de profundidad. El ancla de babor El titanic era tan grande que junto a las dos anclas de babor y estribor (de siete toneladas cada una), tenía preparada una tercera de 15.5 toneladas que se podía echar desde la parte central de la proa en caso de que hubiera mal tiempo. Grúa de proa El Titanic contaba con ocho grúas con capacidad para levantar 2.5 toneladas, además de comida y el equipaje las grúas se usaron para cargar a bordo los coches y el correo almacenados en la parte delantera junto a los camarotes de la tripulación. Ventana al pasado Aunque en el casco habían ojos de buey, las cubiertas superiores contaban con aberturas rectangulares para que entrara más luz dentro del buque. En la imagen una de las ventanas iluminadas por un submarino durante el descubrimiento del Titanic en 1995. Las hélices Con un diámetro de 71 metros y un peso de 38 toneladas las tres hélices del Titanic eran algunas de las más grandes nunca forjadas. Esta imagen de la hélice de estribor fue tomada durante una exploración del pecio realizada en el año 2000. La popa La parte trasera del barco albergaba gran parte de los camarotes de tercera clase, junto con pañoles de almacenamiento y una sala de fumadores. Potencia motriz Los gigantescos pistones de las turbinas de vapor del Titanic lo impulsaban a una velocidad máxima de 23 nudos (unos 42 kilómetros por hora). Error de cálculo Aunque los 20 botes de salvamento con los que contaba el Titanic estaban en línea con la normativa vigente, en ellos solo cabía menos de la mitad de los los casi 3.000 tripulantes y pasajeros que el transatlántico llevaba a bordo. Cubierta de paseo Estrictamente dividido por clases, el Titanic tenía espacios reservados para cada tipo de pasajero; así los de primera podían pasear bajo techo junto a sus habitaciones, los de segunda podían caminar por la cubierta de botes y los de tercera quedaban relegados a los bancos instalados en los castillos de proa y popa. Lujo oriental Los baños turcos del Titanic estaban reservados para los pasajeros de primera clase, que por solo cuatro chelines podían disfrutar de saunas y masajes en alta mar. Eso sí los hombres solo podían entrar por la mañana y las mujeres por la tarde. La sala fría de los baños todavía conserva los azulejos pintados con arabescos tras más de un siglo bajo el agua. Congelado en el tiempo Uno de los pasajeros más ilustres del desdichado viaje era el propietario de los almacenes Macys de Nueva York Isidor Straus, quien ocupó esta exclusiva suite y murió junto a su mujer en el naufragio. El reloj situado encima de la chimenea ornamental se detuvo para siempre en la hora de la tragedia. La parte frontal del pecio desde arriba Grúa de proa El Titanic contaba con ocho grúas con capacidad para levantar 2.5 toneladas. Además de comida y el equipaje las grúas se usaron para subir a bordo los coches y las sacas de correo almacenados en la parte delantera junto a los camarotes de la tripulación. Una tumba a 3.800 metros Esta imagen del pecio se compone de un total de 1.500 fotografías realizadas por cámaras submarinas en 2012. Rescatados de las profundidades Algunos de los billetes de dólar encontrados en el Titanic. Reliquias en venta Este reloj encontrado en el Titanic fue vendido durante una subasta en Nueva York el 11 de abril de 2012, 100 años después del naufragio. Del confort a la desesperación Con estas llaves Samuel Hemming abrió el armario de las linternas para repartirlas entre los botes de salvamento según las órdenes del capitán Smith. Este marinero se quedó en el barco para ayudar en la evacuación y solo saltó por la borda en el último momento, afortunadamente fue rescatado por los supervivientes. Detrás un menú de primera clase para el almuerzo del día anterior. Elegancia hasta el fin Un bombín de calidad como este, hecho con piel de conejo, pertenecería a un pasajero de primera o segunda clase. Todas las fotos son cortesía de RMS Titanic, INC.