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El análisis de isótopos de carbono, nitrógeno, oxígeno y estroncio, de restos de animales del sitio arqueológico de Ceibal, en Guatemala, demuestra que en este antiguo sitio maya, y puede que en los alrededores, se criaron animales en cautividad y hubo un comercio o intercambio de perros y otros animales vivos, probablemente con fines ceremoniales, según un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences y dirigido por Ashley Sharpe, del Instituto Smithsoniano de Investigaciones Tropicales en Panamá.
El análisis de isótopos de estroncio ha revelado que los mayas llevaron perros hasta Ceibal desde las distantes tierras altas de Guatemala: los huesos mandibulares de dos perros, excavados en fosos profundos situados en el centro del antiguo complejo ceremonial, presentaban unas proporciones de isótopos de estroncio correspondientes a las regiones montañosas más secas cercanas a la actual Ciudad de Guatemala. "Esta es la primera evidencia de transporte de perros en el continente americano. Hay evidencias de que alrededor del 1000 d.C. se transportaron perros hasta las islas del Caribe, pero los restos de Ceibal están fechados alrededor del 400 a.C.", afirma Sharpe.
Sharpe y sus colegas han descubierto que la cría, alimentación y comercio de animales comenzó hace unos 2.500 años, durante el periodo Preclásico maya, y se intensificó durante el periodo Clásico; las ceremonias organizadas, que implicaban la cría de animales como alimento y el sacrificio de humanos y animales, fueron decisivas en el desarrollo de la civilización maya. "Los restos de animales son de dos tipos: aquellos con una baja proporción de isótopos de carbono, que indica que comían principalmente plantas silvestres, y aquellos con una proporción de isótopos más alta, que probablemente comían maíz", destaca Sharpe.
Los perros, dos pavos salvajes (Meleagris gallopavo), la especie de pavo que finalmente fue domesticada, y uno de dos grandes félidos probablemente comían maíz u otros animales que se alimentaban de maíz, como los pecarís, parecidos a los jabalís. "Estudios como este están empezando a demostrar que los animales desempeñaron una función importante en unas ceremonias y demostraciones de poder que quizá incentivaban la cría y el comercio de animales", concluye.