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En términos históricos, podría decirse que los libros, las enciclopedias y, en general, los documentos escritos, son las fuentes de las cuales extraemos conocimiento sobre nuestro pasado. Las cartas que escribió en el 79 d.C. Plinio el Joven, por ejemplo, nos permiten saber cómo aconteció la erupción volcánica más catastrófica de la historia, la del Vesubio, y los textos de Homero -la Iliada y la Odisea- revelan detalles sobre el pensamiento de los antiguos griegos. Gracias a esta herencia documental, cada vez son menos los misterios por descubrir en el continente europeo.
En América, sin embargo, existe una enorme falta de información acerca de cómo vivían y se organizaban las civilizaciones precolombinas porque sus culturas se transmitían de manera mayoritariamente oral y, para más énfasis, el proceso de hispanización resultó en la creación de una nueva circunstancia humana: se instaló en el continente el cristianismo y la lengua castellana, en detrimento de los elementos que conformaban la concepción indígena del mundo.
Así, entre el escaso archivo documental, destaca una enciclopedia única que recoge un rico conocimiento sobre el mundo indígena precolonial y el México colonial temprano: el Códice Florentino. Este conjunto de 12 libros fue escrito mitad en español, mitad en náhuatl (la lengua de los nahuas o mexicas) en 1558 por el fraile Bernardino de Sahagún y un grupo de autores y artistas nahuas. Pero su importancia no queda ahí: ahora, 465 años más tarde, el manuscrito se ha digitalizado para mejorar su distribución en todo el mundo.
¿Qué contiene el Códice Florentino?
Tal vez lo que más sorprenda, a primera vista, de este documento sea su gentilicio: ¿por qué se denomina florentino, si alberga información sobre el pueblo mexica? La razón es que en 1577 el códice fue trasladado a España, pero terminó en Roma en manos del cardenal Ferdinando I de Medici, quien luego lo llevó a Florencia, donde fue protegido en las bibliotecas de la familia Medici durante la Inquisición española.

NAHUATL
Sacerdotes aztecas extrayendo el corazón durante un sacrificio ritual al sol.
AGE
Este manuscrito, cuyo diseño está inspirado en las enciclopedias europeas -como la Historia Natural de Plinio el Viejo-, es el más completo e importante de la vida en México, y ofrece la perspectiva de la gente de Tlatelolco (actual Ciudad de México) sobre la conquista española del país, lo que resulta fundamental para comprender el conflicto.
Por otro lado, el Códice Florentino nos permite conocer, gracias a su riqueza narrativa y a sus casi 2.500 ilustraciones, los dioses, los calendarios, las profesiones y demás aspectos de la vida cotidiana de los mexicas. Por todo ello se considera la fuente de información más confiable sobre el Imperio azteca.
Ahora es posible consultarlo en digital
Si no está en Internet, no existe. Esa es tal vez una de las frases que mejor describe el momento histórico actual, en el que es más frecuente buscar información a través del navegador que en los pasillos de una biblioteca. Es por esta razón que un equipo del Getty Research Institute se empeñó en darle una segunda vida al Códice Florentino, abriendo su contenido al mundo.

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Vida cotidiana en la cultura nahua.
AGE
Aunque es cierto que el documento ya se podía consultar en digital a través de la Biblioteca Digital Mundial desde 2012, su lectura era imposible para quienes no conociesen la lengua náhuatl o el castellano antiguo. Así que, tras más de 6 años de trabajo y esfuerzo, una nueva versión digital, escrita en la versión moderna de ambas lenguas y con posibilidad de traducción al inglés, por fin ha llegado.
Esto no solo es una buena noticia para todo aquel que quiera explorar la cultura mexica de una forma sencilla y dinámica, sino también para esos 1,5 millones de hablantes modernos de náhuatl que tendrán acceso a un recurso de calidad sobre su propia cultura. Además, supone un gran hito en la lucha contemporánea por la revitalización de este idioma en peligro de extinción.