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El majestuoso palacio Hommaru, una joya del castillo de Nagoya, ubicado en esta ciudad de Japón, abre hoy al público después de una ambiciosa restauración que comenzó en enero de 2009. La construcción del palacio Hommaru finalizó en 1615, tres años después de que finalizara la construcción del castillo de Nagoya, por orden del sogún Tokugawa Ieyasu, a comienzos del periodo Edo. Tokugawa Ieyasu tuvo once hijos y cinco hijas: Tokugawa Yoshinao, su noveno hijo, residió en el palacio Hommaru a partir de 1616 y, cuatro años después, se trasladó con su familia al palacio Ninomaru, en el castillo de Nijo, en Kioto.
El 8 de junio ha abierto al público tras una ambiciosa restauración que comenzó en 2009
El palacio Hommaru, las torres y otras estructuras del castillo de Nagoya fueron designados como Tesoro Nacional de Japón en 1930 y, 15 años después, a finales de la Segunda Guerra Mundial, tanto el palacio como las torres del castillo y otros edificios fueron destruidos durante los bombardeos aéreos sobre Nagoya, efectuados por las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos. Fue la mayor destrucción que sufrió el castillo a lo largo de su historia; algunas de las pinturas murales del palacio Hommaru se pudieron salvar.
Las torres del castillo de Nagoya fueron reconstruidas en 1959 y, este año, se ha completado el proyecto de restauración del palacio Hommaru, con los mismos materiales y técnicas que usaron los constructores originales varios siglos atrás. El palacio es una obra maestra, el mejor ejemplo de la arquitectura residencial del estilo shoin-zukuri. No se trata de una simple réplica del palacio Hommaru, sino el palacio original, reconstruido.