Colonizada con el paso de los siglos por la fauna marina, esta vasija de gres de la época de la dinastía Tang fue hallada frente a la costa de la isla indonesia de Belitung. Las piezas del barco de Belitung ilustran la creatividad y destreza que florecieron con la dinastía Tang: copa de vino y brazalete de oro. Las piezas del barco de Belitung ilustran la creatividad y destreza que florecieron con la dinastía Tang: la cerámica china blanca y azul cobalto más antigua hallada intacta hasta ahora. Otra pieza procedente del navío de Belitung: una botella de plata dorada con grabados. Entre los objetos del Beitung, los hay de muy antiguos, como este espejo de bronce. Artículos de exportación; el barco transportaba unos 55.000 cuencos fabricados en los hornos de la provincia de Hunan. Casi todos miden de 15 a 20 centímetros de diámetro, e iban embalados dentro de vasijas. Artículos de exportación: peces, flores, símbolos religiosos e incluso poemas decoran la cerámica. Un pequeño pato en el interior de una copa de unos 9 centímetros de altura servía, quizá, para impedir que se filtraran los posos del vino al introducir una caña para beber. Un hermoso tapón en forma de cabeza de dragón pudo haber sido la tapa original de esta jarra ornamental de 90 centímetros de altura, única por su tamaño y su diseño. Junto a la cerámica utilitaria procedente de los hornos de Changsha, el barco de Beitung transportaba esta pequeña escultura decorativa de un perro. El esmalte verde azulado que originalmente cubría la figura ha desaparecido en gran parte, pero la expresión de alerta del animal todavía permanece. Un dado de hueso y unas «bellotas» de marfil de 2,5 centímetros de altura (tal vez las fichas de un juego) hacen pensar en los pasatiempos de la tripulación y los pasajeros del barco. El viaje acabó en desastre, pero sus restos ilustran la larga historia comercial de China. Un naufragio de hace 1.200 años abre una ventana al antiguo comercio mundial.