Un equipo internacional de arqueólogos dirigido por expertos de la Universidad McMaster, en Canadá, ha descubierto nuevas pruebas que demostrarían la presencia de humanos en la isla griega de Naxos, en el Egeo, hace al menos 200.000 años, decenas de miles de años de lo que se pensaba. El hallazgo, publicado recientemente en la revista Science Advances a partir de los datos recabados durante unos 13 años en el yacimiento de Stelida, situado en esta isla griega, desafía consenso científico mantenido que ha perdurado hasta la fecha acerca la presencia humana en archipiélagos del Mediterráneo, datado en hace solo 9.000 años.
"Hasta hace poco, esta región se consideraba irrelevante para los primeros estudios en humanos, pero los resultados nos obligan a repensar por completo la importancia de las islas del Mare Nostrum", afirma Tristan Carter, profesor asociado de antropología en la Universidad McMaster y autor principal del estudio.
Los científicos pensaban que las islas del Mediterráneo fueron conquistadas por humanos modernos, que disponían de herramientas más sofisticadas para la fabricación de embarcaciones, hace aproximadamente unos 9.000 años.
Una barrera que no era infranqueable
Hasta la fecha, la comunidad científica sostenía que el mar Egeo, que separaba el oeste de Anatolia (la Turquía moderna) de la Grecia continental, era intransitable, tanto para los neandertales como para los homínidos anteriores, lo que convertía en la ruta terrestre, a través de Tracia (en el sudeste de los Balcanes) como la única vía accesible hacia Europa.
Los autores de este artículo, sin embargo, sugieren que la cuenca del Egeo era accesible mucho antes de lo que se creía. En ciertos momentos de la última glaciación, el nivel del mar era mucho más bajo, lo que habría posibilitado a las primeras comunidades prehistóricas desplazarse sin problemas hasta las playas de Naxos, fijando una ruta migratoria alternativa para conectar Europa con África.
Los investigadores creen que la abundancia de materias primas, necesarias para la fabricación de herramientas, habría motivado esa migración de los humanos primitivos.
Un nuevo hogar que tampoco fue fácil para las nuevas poblaciones humanas anteriores a los neandertales, que "se habrían enfrentado a un entorno nuevo y desafiante, con diferentes animales, plantas y enfermedades, contra las que tendrían que haber hecho frente a nuevos métodos de supervivencias", explica Carter.

Reconstrución de puntas de lanza prehistóricas encontradas en el yacimiento de Stelida, procedentes del paleolítico inferior, medio y superior.
Imagen: Kathryn Killackey
La clave: las herramientas de pedernal
El equipo de investigadores detalla la presencia de actividad humana hace aproximadamente 200.000 años en en yacimiento de Stelida, sito en la costa noroeste de Naxos, donde los primeros Homo sapiens y los neandertales emplearon pedernal (chert) para fabricar herramientas y armas de caza, de las cuales se han desenterrado miles de ejemplares.

Piedra de pedernal (chert) encontrada en el yacimiento de Stelida
Según los investigadores, este material servía a los humanos primitivos para elaborar herramientas sofisticadas hace como mínimo 200.000 años.
Foto: N. Skarpelis
"En otros yacimientos arqueológicos hay pruebas de que los pobladores del paleolítico inferior (posiblemente de la especie Homo heidelbergensis) y del paleolítico superior (Homo sapiens) empleaban lanzas fabricadas con madera y hueso, pero en las pruebas halladas en el yacimiento de Stelida nos encontramos que estaban fabricados con trozos de piedra en los que se había abierto una muesca que permitía a su portador tallar la madera (ver imagen superior) -afirma Carter a National Geographic España-. Aunque no tenemos pruebas de que estas armas pudieran haberse usado para ejercer la violencia entre humanos, deducimos que seguramente se trataba de herramientas destinadas a hacerse con alimentos, esto es, a cazar y pescar.
Los autores de la investigación plantean la posibilidad de que los neandertales fuesen capaces de fabricar embarcaciones rudimentarias para cruzar distancias cortas
Los datos científicos recabados añaden nueva luz al sempiterno debate científico acerca de la importancia de las rutas costeras y marítimas para la dispersión de los primeros humanos. Entre las principales hipótesis, los autores se decantan por la posibilidad de que existiese un enlace terrestre entre Anatolia y Grecia continental que posibilitase el paso a pie hacia las islas, o bien que en un momento dado el nivel del mar fuese lo suficientemente bajo como para permitir el paso de pequeñas embarcaciones rudimentarias.

Labores de tamizado en el yacimiento de Stelida
Unos arqueólogos realizan el tamizado de muestras en el yacimiento de Stelida, en la isla de Naxos.
Foto: J. Lau
Preguntado por National Geographic España sobre si los neandertales podrían haber sido capaces de fabricarlas, Tristan Carter no descarta esa posibilidad, lo que, según aclara, acabaría con la idea de que Homo sapiens es la única especie con una inteligencia lo suficiente como para llevar a cabo este cometido. Eso sí, admite que su investigación no aporta pruebas científicas concluyentes que permitan verificar dicha hipótesis. Lo que está claro, según el antropólogo, es que sus conclusiones apuntan a que en esta pequeña isla del Egeo tanto homininos como humanos modernos habían explotado el chert hace por lo menos 200.000 años, superando con creces otros registros aqueológicos del lugar, como la cueva de Zas de 7.000 años de antigüedad, o el de las Cícladas, datado de hace 11.000 años.