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Lixus, en el actual Marruecos, es uno de los yacimientos arqueológicos más emblemáticos de la antigüedad atlántico-mediterránea. Una colonia fenicia muy antigua, que dio paso en época romana a una de las ciudades más singulares de la Mauretania Tingitana, la provincia romana situada en el extremo occidental de la costa africana del mar Mediterráneo.
Esta antigua ciudad fue el centro de una importante industria de salazones de pescado. Lixus tenía un dinámico barrio pesquero-conservero donde se fabricaba el atún en salazón (salsamentum) y las famosas salsas de pescado (garum) que no podían faltar en ninguna mesa romana que se preciara. Este núcleo industrial fue estudiado hace medio siglo por los arqueólogos Michel Ponsich y Miquel Tarradell, a quienes se debe gran parte del conocimiento de la cadena operativa de las pesquerías romanas gracias a sus estudios en el yacimiento marroquí. Desde entonces, no se habían retomado las investigaciones arqueológicas en esta zona de Lixus, en la cual han salido a la luz una decena de fábricas conserveras (cetariae), que cuentan con aproximadamente unas 150 piletas salazoneras, la concentración más importante de todo el Imperio romano, que supera a otros yacimientos también famosos como Baelo Claudia en la Bética, o Troia en la costa atlántica de Lusitania.

Vista aérea de la zona excavada del barrio conservero de Lixus.
Foto: INSAP-Universidad de Cádiz
Las fases de la industria conservera
Para intentar paliar esta falta de información, el Institut National des Sciences de l’Archéologie et du Patrimoine de Rabat y la Universidad de Cádiz han firmado un convenio de colaboración plurianual para el estudio del barrio pesquero-conservero del yacimiento de Lixus. Para ello se ha implementado un proyecto arqueológico, denominado Lixus-Garum, cuyo objetivo fundamental es analizar los cinco aspectos principales que configuraron la cadena pesquero-conservera en épocas anteriores a la industrialización del sector.

Salinas en explotacion actual con el yacimiento de Lixus al fondo.
Foto: INSAP-Universidad de Cádiz
La primera de estas fases ha consistido en el estudio de los recursos marinos que fueron explotados por fenicios, púnicos, mauritanos y romanos, pues además de los atunes se sabe que en Lixus se pescaba todo tipo de especies y se aprovechaban los moluscos y gasterópodos; en segundo término, se han analizado las artes y aparejos pesqueros, desde la pesca recreativa con caña a las imponentes almadrabas (aún existentes en la región de Larache), que comportaban una gran inversión de capital y el empleo temporal de decenas de pescadores y marineros aprovechando la temporada atunera; en tercer lugar se han documentado los productos y conservas elaborados, desde las conocidas salsas fermentadas de tipo garum a la carne de escómbridos (familia que incluye a atunes y bonitos) en salazón, que alcanzaban precios desorbitados en los mercados, y que se pueden estudiar gracias a las fábricas conserveras en las cuales se preparaba el pescado y se maceraban las salsas.
Una parte del estudio es el análisis de las artes y los aparejos pesqueros, desde la pesca recreativa con caña a las imponentes almadrabas.
En última instancia se ha procedido a investigar la faceta comercial, que se basa en el análisis de los envases que contenían los productos (sobre todo ánforas de transporte), y el estudio de las rutas comerciales y los mercados de exportación, para lo cual la arqueología subacuática se ha revelado una herramienta de primer orden. Es interesante también recordar que el nombre de portus lixitanus aparece citado en las inscripciones pintadas (tituli picti) de numerosas ánforas altoimperiales distribuidas por toda Europa, lo que pone en evidencia la dilatada expansión comercial de estos productos marinos.
Técnicas pioneras
Estos estudios, enmarcados en lo que ha venido a denominarse Arqueología de la Producción, abarcan una amplia secuencia temporal desde época fenicio-púnica hasta el período medieval. Su objetivo es detectar cambios e innovaciones tecnológicas en estas artesanías. Asimismo, la metodología de estudio es interdisciplinar, ya que se han realizado estudios geofísicos y geoarqueológicos, y se ha recurrido a técnicas de arqueología molecular, análisis químicos, estudios de polen fósil, etcétera.
Estos estudios abarcan una amplia secuencia temporal desde época fenicio-púnica al período medieval.

Vista aéreade la ciudad con los meandros del río Loukkos.
Foto: INSAP-Universidad de Cádiz
Todos estos ejemplos ilustran a la perfección el desarrollo de la investigación en este proyecto marroquí-español, en el que participan una veintena de profesores e investigadores y que cuenta con la colaboración de científicos de más de una decena de instituciones internacionales, entre ellas la Fundación Palarq. El proyecto Garum-Lixus aspira a que en unos años se logre aumentar el conocimiento de la industria pesquero-conservera en Marruecos a través del análisis integral y multifocal de uno de sus yacimientos más emblemáticos.
Para más información sobre proyectos de arqueología y paleontología humana visita la web de la Fundación Palarq.