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Uno de los personajes más famosos de la historia de las distintas monarquías europeas ha sido, sin duda, Sissi emperatriz. Obsesionada con su físico y con algunas aficiones que fueron calificadas en la época como extravagantes, sí es cierto que Isabel de Baviera o Elisabeth de Baviera, era una mujer que tenía múltiples manías y rarezas. Además de realizar ejercicio continuamente (cuando no andaba durante horas, montaba encima de uno de sus múltiples caballos) y escribir poemas satíricos, tenía una curiosa alimentación y una gran pasión por los animales, hasta el punto de pasear con sus perros por los salones de palacio. Por ejemplo, para poder tomar leche fresca cada día mandó instalar un establo en el palacio de verano de Schönbrunn y durante sus largos viajes, solía transportar vacas, cabras o corderos con ella. En sus numerosos desplazamientos, la emperatriz llevaba siempre consigo un nutrido botiquín, enseres para preparar la comida a su gusto, aparatos de gimnasia y algún cuaderno en el que anotaba sus pensamientos.