Actualizado a
· Lectura:
Esta gran base de datos reunida por la Universidad de Múnich incluye más de 22.000 textos, procedentes de fondos de museos y nuevas excavaciones. Además gracias a un moderno algoritmo se pueden sustituir las palabras borradas por la erosión automáticamente, completando textos fragmentarios que antes no tenían ningún sentido.
Llamado Fragmentarium este sistema se basa en la digitalización de las tabletas cuneiformes, partiendo de fotos aportadas por los museos de Bagdad y Británico. En base a las imágenes obtenidas las inscripciones son transcritas luego por el equipo de Enrique Jiménez y subidas a su página web.
Inteligencia Artificial para la arqueología
Antiguamente los textos cuneiformes se copiaban en papel y se traducían, pero al quedar su distribución limitada a los recursos de cada institución la base de datos resultante era fragmentaria y poco accesible a los investigadores. Fue para resolver este estado de cosas que Jiménez acudió a los informáticos de la Universidad de Múnich, con los que creó un programa para digitalizar y publicar las transcripciones online.

enrique jimenez keilschrift lmu 2 1 format l
A partir de una fotografía o dibujo los investigadores han transliterado el texto cuneiforme para su publicación.
LMU
Pero los informáticos no solo se limitaron a crear una página web en la que colgar los textos, sino que le añadieron un algoritmo que podía autocompletar los vacíos en el texto mediante la comparación con otros similares de la base de datos; el texto resultante de este match es una transcripción del original fiable al 82%.

Captura de pantalla 2023 02 22 a las 12 46
En Fragmentarium el texto aparece acompañado de una imagen de la tablilla junto con sus medidas y la época en la que fue escrito.
LMU
Al carecer por completo de ortografía las ciudades de Mesopotamia tendían a crear versiones locales de cada palabra que dificultaban aún más la traducción de las inscripciones, un escollo que el nuevo programa sortea incluyendo todas las variantes en cada una de sus inscripciones. Además Fragmentarium logra ubicar geográfica y temporalmente las tabletas, muchas de las cuales han permanecido décadas en los fondos de los museos sin que nadie supiera de donde venían ni en que período fueron escritas.
Miles de tablillas transcritas
Los resultados hablan por sí mismos. Desde el inicio del programa en 2018 Jiménez y su equipo han logrado transcribir 15.000 tablillas cuneiformes, doblando en cinco años el número de inscripciones publicadas hasta el momento.

Gilgamesh Dream Tablet museo biblia ny
Tablilla de arcilla con parte de la historia de Gilgamesh escrita sobre el 1.500 a.C. Museo de la Biblia, Nueva York.
Wikimedia Commons
Además el programa ha permitido completar textos tan importantes como la epopeya de Gilgamesh, uno de los relatos míticos más importantes del mundo mesopotámico, y del que solo se había traducido el 66%. Así se ha encontrado un fragmento hasta ahora desconocido del último ejemplar del manuscrito fechado en el 130 a.C.
Reservado a los investigadores hasta el momento, Fragmentarium ya es accesible a todo el mundo, de modo que en palabras de Jiménez “todo el mundo podrá jugar con Fragmentarium”. Sin embargo todavía queda mucho trabajo en la digitalización de inscripciones procedentes de museos de todo el mundo, dado que como apunta el profesor “todavía hay miles de fragmentos que no han sido identificados”. Con el ritmo que lleva el equipo de Jiménez no cabe duda que este proceso terminará en un futuro próximo, cuando al final los miles de documentos hallados en el suelo de Mesopotamia, y que desde hace décadas duermen en los cajones de los museos, sean accesibles a todos.