Misterios y curiosidades del antiguo Egipto

La Capilla Blanca de Sesostris I, una joya arquitectónica en Karnak

En el santuario del dios Amón en Karnak, en la moderna ciudad egipcia de Luxor, los arqueólogos descubrieron en 1927 los restos desmantelados de una pequeña capilla que fue erigida durante los últimos años del faraón Sesostris I. El monumento se construyó para conmemorar el reinado de este monarca del Reino Medio y la celebración de su jubileo real. Hoy en día, reconstruida y restaurada, constituye uno de los monumentos estrella del recinto de Karnak.

Capilla Blanca de Sesostris I en el Museo al Aire Libre de Karnak, en Egipto.

Capilla Blanca de Sesostris I en el Museo al Aire Libre de Karnak, en Egipto.

Capilla Blanca de Sesostris I en el Museo al Aire Libre de Karnak, en Egipto.

Foto: Markh (CC BY-SA 3.0)

"Me desperté en (medio de) la lucha y, vuelto en mí, descubrí que era un combate de la guardia. ¡Si me hubiera apresurado, con las armas en mi mano, hubiera hecho que los cobardes retrocedieran aterrorizados! Pero nadie es valiente en la noche, nadie puede luchar solo, ningún hecho afortunado ocurrirá sin un protector. Mira, la agresión ocurrió mientras estaba sin ti, antes de que los cortesanos hubieran escuchado que te transmitía (el poder), antes de que me hubiera sentado junto a ti para aconsejarte. Porque no estaba preparado para eso, ni siquiera lo había pensado, mi corazón no había advertido la negligencia de los sirvientes".

De este modo describía el faraón Amenemhat I, en un texto conocido como Las instrucciones de Amenemhat, el atentado que acabó con su vida mientras su hijo, el príncipe Sesostris, se hallaba ausente de la corte.

El regreso del nuevo faraón

De hecho, parece ser que Amenhemat I, faraón de la dinastía XII del Reino Medio, fue asesinado debido a una conjura y, tras su súbita e inesperada muerte,su hijo Sesostris I logró recuperar el trono de Egipto. Según otro texto de la época, La historia de Sinhué, Sesostris se enteró de la muerte de su padre y de que se había convertido en el nuevo faraón durante una campaña militar en Libia. El nuevo rey regresó de inmediato a la capital, Ity-tauy, en la región de El Fayum (ciudad que Amenhemat I había convertido en capital del país en lugar de Tebas hacia 1950 a.C.), para hacerse cargo del trono de las Dos Tierras.

Tras enterarse de la muerte de su padre, Sesostris I regresó de inmediato a la capital para convertirse en faraón.

Relieve que representa a Sesostris I tocado con el nemes ceremonial. MET, Nueva York.

Relieve que representa a Sesostris I tocado con el nemes ceremonial. MET, Nueva York.

Relieve que representa a Sesostris I tocado con el nemes ceremonial. MET, Nueva York.

Foto: PD

Es en ese momento cuando, según las Instrucciones, el espíritu de su padre se aparece a Sesostris para aconsejarle cómo debe gobernar, y también le recuerda que no debe confiar en nadie: "Desconfía de los subordinados que no son nada, de cuyas intenciones nadie se preocupa; no te aproximes a ellos en tu soledad. No confíes en un hermano, no conozcas (ningún) amigo, no te hagas íntimos, no hay provecho en eso. Cuando descansas, que tu propio corazón te custodie, porque un hombre no tiene partidarios el día de la adversidad. Yo di al necesitado, crié al huérfano; hice obtener (algo) al que no tenía nada como al que tenía".

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Un extenso reinado

Sesostris tuvo, en efecto, un largo y próspero reinado. Consolidó la conquista de Nubia, en el sur, y emprendió un ambicioso programa constructivo que incluyó el santuario de Amón en Karnak, en la ciudad de Tebas. Sesostris también mantuvo relaciones pacíficas con la franja sirio-palestina, y se hizo con el control de las minas de oro de Wadi Hammāmāt y de las canteras de granito de Asúan, en la primera catarata del Nilo. 

Sesostris consolidó la conquista de Nubia, en el sur, y emprendió un ambicioso programa constructivo.

Uno de los relieves que decoran la Capilla Blanca en el que se representa a Sesostris I ante el dios Amón Min.

Uno de los relieves que decoran la Capilla Blanca en el que se representa a Sesostris I ante el dios Amón Min.

Uno de los relieves que decoran la Capilla Blanca en el que se representa a Sesostris I ante el dios Amón Min.

Foto: Didia (CC BY-SA 3.0)

En el año 30 de su reinado, el faraón llevó a cabo su jubileo o festival Heb Sed, una ceremonia que normalmente tenía lugar en la tercera década de reinado con el objetivo de renovar las fuerzas del envejecido monarca y, de este modo, lograr mediante este ritual mágico que continuase siendo capaz de ejercer como garante del orden y de la justicia en todo el país, algo imprescindible para la supervivencia de Egipto. 

Testimonio de una época

Y ¿cómo sabemos que Sesostris I celebró su fiesta Heb Sed? Pues porque ha llegado hasta nosotros un magnífico testimonio de la celebración de su jubileo. Y apareció en el templo de Karnak. Se trata de un monumento conocido como la Capilla Blanca, construido en piedra caliza de Tura, que posiblemente sirvió para guardar la barca sagrada del dios Amón. En el interior de este pequeño edificio rectangular, de 7 metros de largo, cuyo ingreso se hacía mediante una escalera con rampa, hay cuatro grupos de cuatro pilares de 2,5 metros de alto que se decoraron con bellos y elaborados relieves policromados (unas sesenta escenas) que muestran al faraón coronado y bendecido por los dioses Amón, Horus, Min y Ptah. 

La Capilla Blanca es un pequeño edificio rectangular, de 7 metros de largo, cuyo ingreso se hacía mediante una escalera con rampa.

Panel decorado con jeroglíficos. Capilla Blanca de Sesostris I en Karnak.

Panel decorado con jeroglíficos. Capilla Blanca de Sesostris I en Karnak.

Panel decorado con jeroglíficos. Capilla Blanca de Sesostris I en Karnak.

Foto: Didia (CC BY-SA 3.0)

En los lados norte y sur, la base de la capilla contiene una lista de los nomos o provincias de Egipto durante el reinado de Sesostris, una relación de las divinidades locales, así como indicaciones sobre la extensión y el valor de las tierras de cada nomo.

Pero tras la muerte del faraón, este hermoso monumento sería desmantelado (algo por otra parte habitual, ya que los faraones sucesivos necesitaban espacio para sus propias construcciones) y se convertiría en material de relleno para el tercer pilono del templo de Karnak, levantado mucho tiempo después, ya durante el Reino Nuevo, bajo el reinado de Amenhotep III. Así, el pequeño pero hermoso monumento desapareció de la historia. Aunque por fortuna no para siempre.

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Esplendor recuperado

Fue en 1927 cuando el director del Servicio de Antigüedades de Egipto, el francés Pierre Lacau, encargó al arqueólogo Henri Chevnier unas excavaciones en el tercer pilono de Karnak. Entre 1927 y 1930, el equipo de Chevnier sacó a la luz un total de 77 piezas de la olvidada capilla de Sesostris, perfectamente conservadas, que fueron extraídas con sumo cuidado ante la enorme sorpresa de los arqueólogos, que de ningún modo esperaban encontrar semejante tesoro artístico entre los cascotes que componían el material de relleno del pilono.

En 1927, Pierre Lacau, encargó al arqueólogo Henri Chevnier unas excavaciones en el tercer pilono de Karnak.

Nombres de algunos de los nomos representados en la Capilla Blanca.

Nombres de algunos de los nomos representados en la Capilla Blanca.

Nombres de algunos de los nomos representados en la Capilla Blanca.

Foto: Marianne Michel (CC BY-SA 2.5)

Finalmente, tras un arduo y delicado trabajo de investigación, Chevnier logró reconstruir la capilla Blanca de Sesotris I en Karnak, el monumento más antiguo del santuario de Amón y del que nadie tenía constancia hasta ese momento. Hoy en día, la pequeña y delicada capilla del Reino Medio se alza, junto con otros elementos constructivos desmantelados y recuperados a lo largo del tiempo (como la capilla Roja de Hatshepsut) en el Museo al Aire Libre de Karnak, un recinto situado al noroeste del santuario, donde los turistas pueden admirar una de las obras arquitectónicas más bellas del arte faraónico, oculta y olvidada durante milenios. 

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