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Antes de Mahoma existía en el sur de la península arábiga el reino de Himyar, un rico estado comercial que surgió en el actual Yemen, y cuya riqueza se basaba tanto en el control de las rutas comerciales que conectaban el océano Índico con el mar Rojo como en un extenso sistema de riego y cultivos. Sin embargo hacia el 525 los himyaritas fueron conquistados por sus vecinos etíopes del reino de Axum y desaparecieron de la historia, creando un vacío de poder del que se aprovecharía el Profeta para lanzarse a la conquista de Arabia en nombre de Alá.
La rápida caída de Himyar fue explicada por las crónicas de la época mediante una gran sequía que acabó con la agricultura de la región a partir de 520. A fin de corroborarlo un equipo de la Universidad de Basilea se desplazó a Omán, donde han encontrado pruebas que lo demuestran en la cueva de Al Hoota.
Estudiar el clima a través de la geología
Dado que no existen datos arqueológicos al respecto, los especialistas suizos que han publicado su estudio recientemente en la revista Science, recurrieron a la geología, concretamente a los ritmos de crecimiento de las estalagmitas, dado que su grosor depende de la cantidad de agua cargada de sedimento que cae sobre ellas. En base a esto los suizos han elaborado una cronología de las estalagmitas fechando sus niveles año tras año por el grado de degradación de sus átomos de uranio, que se transforman con el tiempo hasta convertirse en plomo al cabo de 4.500 millones de años.

Con las lluvias las estalagmitas se ensanchan y con la sequía se adelgazan. En la imagen las de la cueva francesa de Orgnac, Ardèche.
Foto: Wikimedia Commons
Gracias a esta técnica radiológica se ha conseguido reconstruir el clima de la zona, y se confirma que a principios de siglo VI una gran sequía asoló la península arábiga adelgazando el diámetro de estas columnas de piedra.
Hambre y guerras por culpa de la sequía
Según el director del proyecto Dominik Fleitmann a partir del 520 la población experimentó muchas penurias a causa del hambre; la falta de lluvia acabó entonces con Himyar ya que varios años de sequía extrema podrían desestabilizar un reino semidesértico que dependía de la agricultura para mantener a su población.

Mahoma parte a la cabeza de su ejército hacia la Meca, iniciando las guerras de conquista de Arabia. Códice Siyer-i Nabi, Estambul, siglo XVI.
Foto: Wikimedia Commons
El Islam como esperanza
La caída del poderoso estado yemení desestabilizó a toda Arabia, que se fragmentó en una serie de tribus y pequeños reinos que luchaban entre si por sobrevivir en esos años de sequía. Fue entonces que apareció el Islam, ofreciendo a los atribulados árabes una alternativa esperanzadora a su precaria existencia mediante la fe, la unidad y la conquista de tierras fértiles fuera de Arabia.