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Las temperaturas extraordinariamente cálidas que está experimentando el Ártico sacan a relucir objetos abandonados, entre ellos vestigios de la época nazi. Una zona de la remota y silenciosa Tierra de Alexandra, una isla a unos 1.000 kilómetros de distancia del Polo Norte, quedó completamente libre de nieve y hielo el pasado verano. Un equipo de investigadores, del Parque Nacional Ártico Ruso, se acercó a explorar una antigua estación meteorológica nazi que por algún extraño motivo se conoce como "Schatzgräber", es decir, "el buscador de tesoros".
La estación meteorológica de la Tierra de Alexandra fue construida por el régimen nazi en 1943 y estuvo operativa hasta el verano de 1944. "Su función consistía en enviar información meteorológica al comandante del ejército alemán. El personal de la base enfermó de triquinosis en la primavera de 1944, tras ingerir carne de oso polar mal cocinada, por lo que todo el equipo, formado por diez personas, fue evacuado en julio de 1944", explica Evgeny Ermolov, el principal investigador, a National Geographic. Un piloto soviético descubrió los restos de la estación meteorológica en 1947, entre la nieve de la Tierra de Alexandra.
"La estación fue destruida en 1956 porque simbolizaba la época nazi. Nosotros hemos encontrado restos de municiones, baterías, ropa, madera, búnkeres, nidos de ametralladoras e incluso insignias con la esvástica nazi o el emblema de la Wehrmacht, de los años 1941, 1942 y 1943", asegura Ermolov. "Esta investigación es importante porque desmiente todas las leyendas según las cuales este sitio era una estación subterránea para submarinos, un búnker para Hitler o una base militar en el Ártico", concluye.