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El 15 de enero de 1759, hace 254 años, abrió sus puertas en Londres el Museo Británico (British Museum, en inglés), el primer museo nacional público del mundo. El Museo del Louvre lo hizo en 1793 y el Museo del Prado, en 1819. El Museo Británico se fundó el 7 de enero de 1753, tras la muerte de Sir Hans Sloane (1660-1753), un médico, naturalista y coleccionista irlandés que donó su enorme colección privada al pueblo británico a cambió de 20.000 libras esterlinas, una cantidad que asumió el Parlamento. A lo largo de su vida, Sloane reunió más de 71.000 objetos, sobre todo miles de libros y manuscritos, pero también especímenes naturales, obras de Durero, antigüedades y material etnográfico. En 1757, el rey Jorge II donó, además, la antigua Biblioteca Real, que incluía preciosos manuscritos iluminados. La casa Montagu acogió la colección originaria del Museo Británico, una mansión del siglo XVII que fue demolida en 1840 para edificar el edificio actual, de mayores dimensiones.
La Piedra Rosetta, una pieza fundamental
A comienzos del siglo XIX, el Museo Británico adquirió las piezas que tanta celebridad le han dado y que lo han convertido en uno de los cinco museos más visitados del mundo. En 1802 exhibió la Piedra Rosetta, que permitió descifrar los antiguos jeroglíficos egipcios; en 1805, la colección Townley de escultura clásica, y en 1816, las esculturas del Partenón, donadas por Lord Elgin, que destrozó el antiguo templo griego al llevarse gran parte del friso y varias esculturas, pero que afortunadamente el museo ha conservado en óptimas condiciones. En 1823, el rey Jorge IV donó la biblioteca de su padre, la Biblioteca del Rey, que motivó la construcción del actual edificio ante la falta de espacio. En 1857 se construyó el edificio cuadrangular y la Sala de Lectura circular, que está abierta al público. En el año 2000 se inauguró la última gran ampliación, el Gran Atrio de Isabel II, una enorme cubierta de cristal y acero diseñada por el arquitecto Norman Foster. El Museo Británico ha cerrado sus puertas únicamente en dos ocasiones, durante la primera (1914-1918) y la segunda (1939-1945) guerras mundiales. Los bombardeos sobre Londres que se produjeron durante esta última provocaron daños en la galería Duveen, que alberga la colección del Partenón, pero fue reconstruida y abierta al público en 1962.