Un descubrimiento polémico

Los homo sapiens ya usaban arcos y flechas hace 54.000 años cuando conocieron a los neandertales

Cientos de puntas de sílex encontradas en la cueva francesa de Mandrin parecen indicar que la primera población de humanos modernos encontrada en territorio neandertal ya contaba con arcos y flechas, una tecnología fundamental para la supervivencia de nuestra especie.

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Una de las puntas de flecha que los arqueólogos atribuyen a los neandertales. 

PHILIPPE PSAÏLA

La gruta de Mandrin es uno de los yacimientos neandertales más importantes de Francia. El año pasado un equipo de la Universidad de Toulouse encabezado por Ludovic Slimak hizo la sorprendente afirmación que uno de los niveles de ocupación de la cueva correspondía a un grupo de homo sapiens de 54.000 años de antigüedad. hasta el momento los restos de humanos modernos más antiguos pertenecían a Bulgaria y se habían fechado en 45.000 años antes del presente.

Esta teoría, basada en el hallazgo de un diente de leche sapiens y su datación por las capas de hollín conservadas en las paredes y estalagmitas, no fue aceptada por toda la comunidad científica. Investigadores como Joseba Ríos Garaizar del Museo de Bilbao consideran todavía hoy estas pruebas insuficientes para demostrar tan temprana existencia de sapiens en Europa.

Puntas de flecha hechas con sílex

Ahora el equipo de Slimak propone que los cientos de pequeñas herramientas de sílex encontradas en la cueva son las puntas pétreas de las flechas que aseguraron la supervivencia de nuestra especie, de ser cierto serían las más antiguas encontradas en Europa hasta el momento.

Con un diámetro de diez milímetros y hasta treinta de largo estas puntas triangulares presentan una serie de marcas que coinciden con su uso como proyectiles: algunas de ellas han perdido la punta a causa del impacto, mientras que otras muestran estrías y descamaciones en su parte superior que coincidirían con el desgaste provocado su lanzamiento.

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Junto a las pequeñas puntas triangulares de sílex han aparecido otras que se identifican con lanzas y pequeños raspadores.

Ludovic Slimak

Para confirmarlo los arqueólogos franceses han reconstruido 83 réplicas de flechas y lanzas idénticas a las encontradas, las cuales han sido disparadas contra dos cabras muertas para provocar las marcas de uso que produciría la caza de animales. Este estudio práctico ha confirmado sus sospechas, demostrando que un 79% de las puntas se usaron como proyectiles.

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Uno de los investigadores dispara contra una de las cabras para comprobar si las marcas de uso en las puntas se corresponden con la caza.

Ludovic Slimak

Además la forma de estas herramientas de piedra parece corresponderse con la fabricación de flechas y no de lanzas, pues al ser su base plana y afilada eran más fáciles de sujetar a un astil que las lanzas de piedra de forma romboidal, habituales en los yacimientos neandertales. Slimak añade que su pequeño tamaño impediría usarlas como lanzas arrojadizas, pues no contarían con el peso suficiente para mantenerse en el aire si se lanzaban a mano.

La comunidad científica dividida

Con todo la propuesta de Slimak no es compartida por todos los investigadores, y hay quien niega que se trate de restos sapiens o incluso de flechas. El director del Museo Arqueológico de Madrid, Enrique Baquedano, afirma por ejemplo que no hay pruebas de que fueran fabricadas por nuestra especie, pues el diente encontrado en el estrato es un simple fragmento de difícil identificación. 

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Algunas de las flechas reconstruidas por los arqueólogos a partir de las piezas de sílex descubiertas.

Ludovic Slimak

Añade también que la datación no se ha hecho en base a elementos del estrato, sino al carbono conservado en las estalactitas de la cueva, que forman una serie de anillos concéntricos separados por capas de carbonato cálcico petrificado. Además existen numerosas evidencias arqueológicas de que los neandertales fabricaban también herramientas de piedra de pequeño tamaño, las cuales usaban como puntas de jabalina para la caza.

Más prudente se muestra el codirector de la excavación de Atapuerca Juan Luis Arsuaga, quien sin descartar que sean herramientas sapiens, apunta que las marcas de impacto encontradas son idénticas a las presentes en una lanza o jabalina, por lo que no hay pruebas fehacientes que se trate de flechas.

Extinción de los neandertales

Salidos de África hace 200.000 años los sapiens se extendieron por el mundo, contactando con los neandertales en Europa tras migrar a través del Cáucaso y Asia Menor. Las dos especies convivieron por un tiempo en paz, pero pronto la superior tecnología de los recién llegados se impuso, llevando al fin de sus primos más corpulentos.

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Descamación y rotura de algunas puntas de sílex halladas en la gruta Mandrin.

Ludovic Slimak

Gracias al arco y la flecha nuestros ancestros no necesitaban acercarse tanto a las presas durante la caza, evitando así ser descubiertos por los animales y que estos se dieran a la fuga. Los neandertales por el contrario seguían confiando en sus pesadas lanzas, por lo que conseguían menos piezas, e iban disminuyendo poco a poco en número mientras los sapiens crecían y se adueñaban de los mejores terrenos de caza.

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Si bien no hay dos puntas iguales, su sorprendente similitud parece indicar un proceso de producción en serie por manos especializadas.

Ludovic Slimak

De este modo las flechas se convirtieron en el instrumento de la supremacía de nuestros ancestros, quienes aunque no exterminaran a los neandertales, los condujeron igualmente a la extinción al adaptarse mejor al entorno.

Los resultados de la investigación de Slimak se pueden consultar en la revista Science Advances.