En cada nueva edición de los Juegos Olímpicos de Invierno, el curling es una de las disciplinas que más llama la atención. Si bien en muchos países es poco conocido, lo cierto es que este deporte atrae el interés de millones de personas alrededor mundo. Sin embargo, no resulta sencillo hacer un seguimiento histórico acurado de esta disciplina deportiva. Tiene un funcionamiento aparentemente sencillo y resultan evidentes los parecidos con los bolos o la petanca. De hecho, quizás es uno de sus precedentes, pues el curling se considera uno de los deportes de equipo más antiguos de la humanidad.
La dinámica de este deporte consiste en lo siguiente. Dos equipos compuestos por cuatro miembros se enfrentan en una misma pista de hielo. Durante varias rondas, su objetivo es lanzar unas piedras de granito para situarlas lo más cerca posible de la diana dibujada en el suelo del otro lado de la pista. Una vez efectuado el lanzamiento, el resto de miembros del equipo acompañan la trayectoria de la piedra aplicando el efecto de unas escobillas especiales sobre la superficie helada para hacer variar su trayectoria. Siempre sin tocar la piedra. Dada su aparente sencillez, es muy probable que sus primeras expresiones tuvieran lugar de manera espontánea, pero ¿se sabe dónde tuvo lugar la primera competición?
Es probable que el curling sea un precedente de otros deportes como los bolos y la petanca ya que es una de las disciplinas de equipo más antiguas documentadas
El juego del rugido
Parece que la etimología del nombre puede ofrecer algunas pistas sobre su origen histórico. Algunos estudios realizados explican que la palabra curling proviene del verbo curr, que en escocés significa ‘producir un pequeño ruido’. Esto haría referencia al sonido que producen las piedras al deslizarse sobre el hielo. Añadiéndole el sufijo del gerundio en inglés ‘ing’ se habría creado el nombre del deporte. Esto situaría las primeras partidas de curling en Escocia. De hecho, y en la línea de esta hipótesis, durante mucho tiempo el curling fue conocido como el ‘roaring game’, es decir, el juego del rugido, apelando también a la sonoridad de la superficie en la que se practica.

Esta obra realizada en 1862 por John George Brown se titula 'Curling, un juego escocés en Central Park'. A estas alturas, el deporte eran tan popular también en Estados Unidos que mucha gente lo practicaba sobre las heladas superficies del céntrico parque de Manhattan, en Nueva York.
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Pero, ¿cuándo tuvieron lugar estas competiciones pioneras? Otro dato que aporta más información y apoya la teoría de su aparición en Escocia es el hallazgo de la piedra de curling más antigua. Se trata de una roca de granito que data de 1511 y que fue encontrada en la región escocesa de Stirling, lo cual situaría la primera evidencia conocida del curling en la Baja Edad Media.
La primera evidencia escrita sobre el curling también fue hallada en Escocia. En 1540, el notario de la abadía de Paisley John McQuhin, en Renfrew (cerca de Glasgow) dejó constancia en su libro de protocolo de la celebración de una competición de curling —que todavía no era conocido así— que enfrentó a dos monjes. De nuevo, otro dato que sitúa los orígenes del deporte en territorio escocés.
El curling de Peter Bruegel
Pocas décadas después de las primeras pruebas documentadas de la práctica del curling, apareció una nueva referencia de la mano del pintor neerlandés Peter Bruegel. Se trata de dos obras del mismo año, en 1565: Cazadores en la nieve y Paisaje nevado con patinadores y trampa para pájaros. En ambos casos, el autor presenta una escena cotidiana en época invernal situada en un pueblo de los Países Bajos, y en ambos casos, situados como en un segundo plano de importancia, aparece un grupo de personas jugando a curling.

Los Cazadores en la Nieve, de Peter Bruegel.
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Paisaje nevado con patinadores y trampa para pájaros, de Peter Bruegel.
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Este testimonio confirma varias cosas. En primer lugar que el intercambio cultural entre Escocia y los Países Bajos en aquella época era fluido y fructífero. Y en segundo lugar, que hacia la mitad del siglo XVI se puede afirmar que la práctica del curling ya se había extendido mucho más allá de las fronteras escocesas. De hecho, entre los siglos XVI y XVIII su práctica se popularizó entre los países que gozaban de condiciones climatológicas propicias. Es uno de los motivos por los que actualmente el curling es uno de los deportes más populares en Canadá, pues la inmigración escocesa de la época de dominación británica lo exportó.
Al principio, la piedras usadas se extraían del lecho del río y apenas se trataban. Y durante un tiempo, la diana consistió en un agujero en el hielo por donde tenían que caer las piedras. Pero a medida que el juego fue evolucionando, las rocas se empezaron a pulir y fueron adquiriendo una forma más parecida a la que hoy conocemos. Uno de los cambios más vistosos fue la incorporación del mango que permitía un lanzamiento más cómodo y preciso cuya presencia ya se puede apreciar en los cuadros de Bruegel. Fue ya en el siglo XVIII cuando se creó en Escocia el primer club de curling, el Kilsyth Curling Club, fundado en 1716.

Un gran grupo de personas se congrega alrededor de una pista de curling en Nueva Escocia, Canadá, en 1897 para presenciar una partida llena de espectación.
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La inmigración escocesa que llegó a Canadá durante la época de la dominación británica es uno de los motivos por los que el curling es uno de los deportes más populares allí
Época dorada
A partir del siglo XIX se podría decir que el curling entra en un periodo de auge. Su práctica se afianzó en muchas regiones de Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Canadá, además de en algunos países del norte de Europa como Suecia, Noruega o Suiza. En 1838 se creó el primer reglamento: había nacido el curling de manera oficial, un paso fundamental para su proyección futura.

Estos hombres pertenecían al equipo que se proclamó vencedor de la Ohio Tankard, una competición celebrada en Estados Unidos en 1903.
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Un grupo de hombres jugando una partida de curling en Canadá en 1909.
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Al principio era imprescindible encontrarse en una zona donde hubiera hielo, pero ya en el siglo XIX el ser humano aprendió a controlar la cadena de frío y a principios del siglo XX se empezó a jugar en pistas artificiales. Aquello fue un punto de inflexión para la popularización del deporte, y en los primeros Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Chamonix en 1924 se disputó la primera competición olímpica de curling. Sin embargo, durante mucho tiempo se ha considerado que fue una mera prueba de demostración, algo que fue desmentido recientemente. Por ello, el COI otorgó las medallas correspondientes a los familiares de aquellos pioneros olímpicos en los JJOO de Invierno de 2006. El primer campeón fue Gran Bretaña.
En la edición de los Juegos celebrada en Nagano en 1998, el curling se estrenó como deporte olímpico oficial, y desde entonces tanto su fama como su práctica se ha extendido a todos los rincones del mundo. Testigo de ello son las 64 federaciones nacionales que integran la Federación Mundial de Curling, entre las que se encuentran desde países tropicales como Brasil o Guyana o de Oriente medio como Arabia Saudita o Afganistán, hasta los mediterráneos como España o Grecia y Nigeria como único representante africano.