Milán, segunda mitad del siglo XVI. La ciudad italiana destaca en la talla del cuarzo hialino o cristal de roca, utilizado como gema por su hermosa transparencia. Los talleres de las familias Miseroni y Saracchi, y artistas individuales como Francesco Tortorino y Annibale Fontana, producen unas obras extraordinarias que aúnan inspiración artística, erudición y conocimiento técnico; unas piezas que sólo podían asumir los soberanos y miembros de la alta nobleza europea, entre ellos Felipe II, quien fue investido duque de Milán.
Veinte obras maestras
El Museo del Prado propone "un acercamiento a una expresión artística poco explorada hasta ahora" como es la talla del cristal de roca. La exposición Arte transparente. La talla de cristal en el Renacimiento milanés, del 14 de octubre al 10 de enero de 2016, reúne un conjunto de veinte piezas, "todas ellas obras maestras de gran calidad y especial relevancia". Catorce de ellas pertenecen al Tesoro del Delfín, conservado en el Prado, y seis proceden de las colecciones florentinas de los Médicis y de la colección parisina de Luis XIV, abuelo de Felipe V. También se puede contemplar una muestra de la cristalización del cuarzo hialino y, con la colaboración de Samsung, se pueden visualizar los detalles de las obras a través de dispositivos ubicados en el interior de la sala.