Los vikingos son un tema que levanta pasiones dentro y fuera del mundo académico, pero también están rodeados de muchos mitos y estereotipos, sobre todo en los medios de entretenimiento. La bioarqueóloga Cat Jarman, autora del libro “Los reyes del río”, nos aproxima a esta compleja cultura que no se limita a la guerra y la navegación, sino que tiene muchos aspectos a menudo olvidados como el comercio o la exploración.
¿Quiénes eran las gentes a las que llamamos vikingos y por qué nos fascinan tanto? ¿Por qué abandonaron sus tierras del norte para viajar a lo largo y ancho del mundo? ¿Qué influencia han tenido en el pasado y en la actualidad? Intentaremos responder a estas y otras preguntas con la ayuda de Cat Jarman, bioarqueóloga, escritora y asesora del nuevo Museo de la Era Vikinga en Oslo, cuya apertura está prevista para 2026.

Los Reyes del Río, Cat Jarman
Foto: Ático de los Libros
Historia National Geographic: Tenemos aquí un nuevo libro sobre vikingos, que parecen ser un tema muy popular incluso entre la gente que no está especialmente interesada en la historia. ¿Por qué cree que hay esta fascinación?
Cat Jarman: Los vikingos han despertado interés durante siglos, es algo que viene de lejos. Creo que en parte tiene que ver con su excepcional habilidad y tecnología para expandirse. Son gente que venía de una parte muy pequeña del mundo y que viajaron muy lejos, hasta Norteamérica; conquistaron gran parte de Inglaterra y de Irlanda y también navegaron hacia el sur, hacia el Mediterráneo y hacia el este. Pero también hay un gran interés en la actualidad debido al dramatismo y la violencia, que llama la atención de la gente y los presenta como grandes guerreros, además de la sensación de aventura que acompaña a sus exploraciones. Y todo esto, por supuesto, es un buen material para series, películas y entretenimiento en general. Creo que es una combinación de estos dos factores.
HNG: Precisamente debido a la industria de la ficción, los vikingos están entre los pueblos más malinterpretados o rodeados de mitos. ¿A qué cree que se debe?
CJ: Creo que mucho de eso se remonta hasta las primeras fuentes que tenemos sobre los vikingos, las fuentes contemporáneas medievales. Si leemos las fuentes inglesas anglosajonas, por ejemplo, se centran mucho en estos aspectos violentos: eso se debe a que son crónicas escritas por los rivales de los vikingos, que tienen buenas razones políticas para presentarlos como enemigos despiadados, porque eso engrandece los logros de quienes les derrotan. Y luego vienen las sagas islandesas, que realmente son en buena parte ficción histórica y presentan una narrativa muy atractiva porque uno de sus objetivos principales es entretener. Y así llegamos hasta la actualidad, donde por supuesto este aspecto de guerreros fuertes, nobles y valientes es algo muy interesante para el entretenimiento. También hay que decir que otras facetas de los vikingos son más difíciles de descubrir porque no hay muchas fuentes al respecto, no se escribió sobre aspectos más pacíficos, así que dependemos de la arqueología para descubrirlos y entenderlos, como los artefactos o la bioarqueología.
HNG: Usted es una bioarqueóloga. ¿En qué consiste exactamente su trabajo?
CJ: Como bioarqueóloga trabajo con restos humanos, con esqueletos. Hago análisis químicos en los huesos y los dientes para averiguar tanto como sea posible acerca de la vida de esa gente. Mi trabajo consiste en investigar cosas como la dieta o las migraciones mediante las firmas químicas que tenemos en nuestros cuerpos y que explican la historia de nuestra vida.
HNG: Precisamente ha comentado que viajaban mucho. ¿Fueron siempre vistos como forasteros o eventualmente se convertían en parte de los lugares en los que se establecían?
CJ: En realidad creo que eso ocurrió con bastante rapidez en muchos lugares en los que se asentaron pero en los que ya existía una población precedente, como en Inglaterra, donde la arqueología parece indicar que se integraron muy rápidamente en las comunidades anglosajonas. Lo mismo sucede en el este con el grupo de los rus, que se mezclan bastante bien con las poblaciones eslavas. Y creo que eso es parte de su éxito, su habilidad para ir a lugares nuevos y encontrar la manera de vivir junto con las comunidades existentes.
HNG: ¿La cristianización jugó un papel importante en esa integración?
CJ: Creo que sí. En lugares como Inglaterra parece que se convirtieron bastante rápido, porque no encontramos un rastro duradero de comunidades paganas. Esta cuestión de la religión es interesante, porque parecen ser muy flexibles a la hora de vivir al lado de las religiones preexistentes y eso es posiblemente otro motivo de su éxito.
HNG: Entonces, ¿cuáles diría que son los pilares que definen la cultura vikinga?
CJ: Eso es muy difícil de responder, aunque hay algunas características comunes en su origen escandinavo. Una de las principales sería la antigua lengua nórdica, que es lo que une a todo ese grupo de gentes que llamamos vikingos. También hay muchos aspectos culturales y artísticos que los unen y, originalmente, su religión pagana. Estos serían los grandes rasgos que definen a esa gente que llamamos “vikingos”, más que el aspecto guerrero.
HNG: Y en cambio, parece que es lo que más asocia la gente con ellos. ¿Eran realmente tan sanguinarios comparados con otros pueblos de la época?
CJ: No, definitivamente creo que no lo eran. La Europa del Medievo temprano era un lugar muy violento en general, y si nos fijamos en las crónicas de la Inglaterra anglosajona por ejemplo, era como mínimo igual de violenta. Tiene más que ver con el hecho de que en la mayoría de fuentes ellos son el enemigo. Pero siempre hay algo de verdad en ellas y ciertamente eran considerados grandes guerreros: por ejemplo, en Constantinopla eran contratados como guardaespaldas personales de los emperadores bizantinos y formaban un cuerpo, la guardia varega, compuesta específicamente por guerreros escandinavos. Así pues había algún motivo por el que eran tan atractivos como soldados: tal vez era su habilidad o tal vez su armamento, eso no lo sabemos, pero no creo que fuera simplemente porque fueran más violentos.
HNG: También se ha dicho que, en comparación con otras sociedades de la época, las mujeres tenían una posición social más importante. ¿De qué modo?
CJ: Eso es verdad hasta cierto punto. La sociedad escandinava seguía siendo una cultura patriarcal y no era ni mucho menos un mundo perfecto para las mujeres. Eso es más bien lo que nos gustaría pensar: desde la perspectiva de alguien del siglo XXI, tendemos a proyectar sobre el pasado lo que nos gustaría ver y creo que eso nos lleva a veces a exagerarlo. Pero sí es cierto que en algunos aspectos no era tan mala para las mujeres como otras sociedades: por ejemplo, una mujer podía divorciarse y llevarse consigo sus posesiones, algo bastante inusual en aquella época; también sabemos que las mujeres podían tener posiciones de poder, tenían un papel importante en el comercio y algunas de ellas cierta participación militar. Eso era un abanico de posibilidades bastante amplio e inusual para una mujer de aquella época.
HNG: ¿Cuáles cree que son los motivos clave por los que empieza y termina la era vikinga?
CJ: Esa es una pregunta muy difícil que, de hecho, llevamos décadas intentando resolver. No creo que haya una sola razón sino más bien una combinación de ellas. Tiene bastante que ver con una crisis demográfica: llega un momento en el que Escandinavia está superpoblada y no es una tierra muy buena para la agricultura, y también hay una competición por el poder y los recursos entre muchos jefes locales. Otro motivo es que gracias a sus puestos comerciales se dan cuenta de que fuera de sus fronteras, por ejemplo en Inglaterra, hay mucha riqueza que pueden robar de forma fácil y rápida, sobre todo a medida que estos puestos se convierten en ciudades. Y finalmente hay un factor extremadamente importante como es el desarrollo de las naves vikingas, que les permiten moverse de forma rápida por el mar y los ríos. De modo que es una combinación entre los diversos motivos que impulsan a la gente a migrar y la tecnología que lo hace posible.
Y en cuanto al final, es una combinación entre la formación de diversas naciones y la cristianización, que favorece el rol de un rey único a la cabeza del reino y la formación de instituciones centralizadas. Hay también un factor económico, ya que la plata que había estado entrando en Europa durante la Edad Media, principalmente desde el este y el mundo islámico, deja de entrar de forma repentina debido a múltiples factores. Pero igual que sucede con el inicio, tampoco para el final hay un motivo único sino un conjunto de factores que lo favorecen.
No hay un inicio o un final claro para la era vikinga, sino que esta creció y desapareció gradualmente.
HNG: Precisamente, resulta interesante que esto que llamamos la “era vikinga” parece más disperso y difuminado en comparación con otras épocas como la romana o la bizantina, que tienen un inicio y un final bastante marcados.
CJ: Sí, es verdad, y creo que ha habido la tentación de hacerla empezar de modo abrupto. Con el primer ataque en Northumbria [Gran Bretaña] en el 793, parece que los vikingos aparezcan de la nada, pero la investigación demuestra que no es así y que en realidad aparecen antes y de forma más gradual, especialmente a través del comercio marítimo en el mar del Norte y el mar Báltico, y después empieza a haber estos ataques y esta expansión militar. Más que empezar, es algo que va creciendo gradualmente, y lo mismo sucede con el final: termina en momentos distintos en diferentes lugares. Hay algunos elementos comunes, pero tienen más que ver con lo que sucede en Escandinavia, cosas como la cristianización y especialmente el desarrollo de reinos separados como Dinamarca y Noruega. Y algo muy importante, ya que hemos puesto el ejemplo de Roma, es que los vikingos no son un imperio ni hay un solo grupo que acapare un poder centralizado, y por eso no tiene un final claro.
HNG: ¿Y diría que la cultura vikinga sigue viva hoy en día? En Escandinavia, por ejemplo, hay gente que hasta cierto punto se identifica como heredera de los vikingos, al margen de su nacionalidad.
CJ: Eso es interesante, pero creo que esa gente que intenta vivir como los vikingos tiene una idea muy moderna de esa cultura y muy pocos lo hacen de una manera realmente auténtica. Muchos lo hacen a través de la religión: hay esa especie de retorno al paganismo, que en cierto modo se basa en las creencias vikingas pero que en realidad es una versión moderna de estas. Hay un resurgimiento de esto no solo en Escandinavia sino también en Norteamérica, donde es bastante popular y, desgraciadamente, hay algunos grupos ligados a la extrema derecha que hacen un uso muy negativo de la cultura vikinga. Pero volviendo a la pregunta, mucho de ello es en realidad una versión romantizada y poco genuina de lo que fue la era vikinga, influenciada por el interés que despierta en los medios de entretenimiento: es raro encontrar un interés genuino por buscar el núcleo de la cultura vikinga e intentar vivir de acuerdo con ella.
HNG: ¿Esa romantización puede que tenga que ver con la búsqueda de un mito fundacional?
CJ: Sí, creo que es algo así, especialmente en Escandinavia: cuando naces y estudias en Noruega, los vikingos son algo así como héroes nacionales, en parte por sus logros en el extranjero pero también porque el país se desarrolló como nación durante la era vikinga y los primeros reyes son vikingos, de modo que está muy vinculado a la identidad nacional. Y también, cuando la cultura vikinga se hace popular en todo el mundo debido a los medios de entretenimiento, hay mucha gente que dice: “esos son los míos, ahí está mi origen”. Recientemente incluso hay estos tests de ADN, algo bastante popular en Gran Bretaña y en Norteamérica, que te dicen quiénes eran tus antepasados y de dónde venían y que hasta te prometen decir qué porcentaje de vikingo tienes, pero que son negocios interesados en hacer dinero y no son muy fiables.
HNG: Entonces, ¿diría que la industria del entretenimiento, siempre teniendo en cuenta que es ficción, trata la cultura vikinga de manera respetuosa o lo usa simplemente como gancho comercial sin preocuparse por su veracidad?
CJ: A fin de cuentas, está claro que es algo comercial y que su interés principal es hacer dinero. Pero sí creo que hay un cierto interés reciente por representar las cosas de manera distinta a cómo se hacía hasta ahora; por ejemplo, muchas nuevas series y juegos intentan mostrar el papel de las mujeres también. Pero claro, al final esta gente está haciendo un producto de entretenimiento con fines comerciales y eso siempre va por delante, así no creo que sientan la responsabilidad de hacer algo históricamente fidedigno.
HNG: ¿Espera conseguir con sus libros que la gente vea los vikingos de forma menos estereotipada? Y en particular, ¿cree que el hecho de que haya más mujeres escribiendo sobre historia puede hacer que la veamos de modo más completo?
CJ: Eso me gustaría y confío en que sí. Lo que quiero es precisamente acercar a la gente el espectro completo de todo lo que se sabe acerca de los vikingos, desafiar algunos estereotipos y mitos arraigados y mostrar también cómo hemos llegado a esas conclusiones. Este sería para mí un resultado muy positivo. Y ciertamente creo que es muy importante que haya más mujeres escribiendo, especialmente en historia porque somos muy pocas, para tener una perspectiva diferente a partir de nuestras propias experiencias y otra manera de mirar el pasado y el presente: decidir qué cosas son importantes, qué historias contamos, sobre todo en el caso de los vikingos porque mucha de su historia está centrada en las batallas, la política, los reyes, pero hay muchos otros aspectos que son claves en ella.
No es coincidencia que uno de los aspectos que más me interesan de los vikingos sea el rol de las mujeres escandinavas: mucha de la arqueología con perspectiva de género o feminista proviene de Escandinavia en la década de 1980, porque fue precisamente allí donde era mucho más fácil para las mujeres estudiar y ser académicas; y como consecuencia, la arqueología de los vikingos fue una de las primeras en las que la historia de las mujeres fue estudiada, porque había más mujeres académicas trabajando en historia. Para tener una visión más equilibrada del pasado, debemos tener una representación más equilibrada de la sociedad estudiando y escribiendo sobre él, no solo en cuanto a género sino también étnica, porque realmente vemos el mundo desde perspectivas diferentes y hay mucho que ganar a partir de ello.
La arqueología de los vikingos fue una de las primeras en las que la historia de las mujeres fue estudiada.
HNG: Para terminar, ¿qué relevancia tiene la cultura vikinga hoy en día?
CJ: Creo que la lengua es lo que ha tenido un impacto más duradero. Hay idiomas modernos, como el inglés, con muchas de palabras de origen nórdico como egg (huevo), knife (cuchillo), cake (pastel) o sky (cielo): todo esto son palabras escandinavas. Y algo que me gustaría mencionar son los viajes hacia el este a través de los ríos, abriendo rutas comerciales hasta la Ruta de la Seda, lo que hace de los vikingos una especie de pioneros de la globalización debido a que se expanden hasta lugares muy lejanos y muy diversos llevando productos con ellos a través del comercio. Eso tiene aspectos muy positivos pero también algunos muy negativos, como la expansión de enfermedades: en el libro, por ejemplo, hablo de la viruela, que llega a Europa durante la era vikinga debido al contacto con Oriente Medio y Asia.
Y por último, algo que me gustaría mencionar es la relevancia de los vikingos en relación a la situación actual en Ucrania con la invasión rusa. Putin ha usado bastante esta referencia a la herencia del rus, o más bien su versión de ello, por eso es muy importante que se mire de forma rigurosa: porque uno de los argumentos con los que ha respaldado su ataque es esa idea de que son un solo pueblo que debería estar unido y que él está continuando una especie de legado, pero esa no es una representación realista. Por eso tenemos que ser muy cuidadosos con la manera en que usamos la historia y el modo en que puede ser mal utilizada, y creo que eso hace que hoy en día la historia sea especialmente relevante.
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