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Un dolmen de más de 4.000 años de antigüedad, con unos misteriosos grabados en su interior, ha sido descubierto en el Kibutz Shamir, en la región de Galilea, en el norte de Israel. "Se trata de la primera muestra de arte que se ha documentado en un dolmen en Oriente Medio", afirma Uri Berger, un arqueólogo de la Autoridad de Antigüedades de Israel, que ha participado en un estudio sobre el hallazgo, publicado la semana pasada en PLOS ONE. En el techo del dolmen se han detectado unos quince grabados, cada uno formado por una línea recta que cruza el centro de un arco. "Su significado es un misterio, no existen paralelismos en el arte rupestre de Oriente Medio", asegura.
El dolmen, una construcción megalítica con forma de mesa, fue descubierto por el profesor Gonen Sharon durante una visita a un enclave prehistórico formado por más de 400 estructuras enormes de piedra que datan de la Edad del Bronce y que tienen más de 4.000 años de antigüedad. La cámara interior del dolmen, donde se han hallado los grabados, mide tres metros de largo y dos de ancho y está cubierta por una piedra de más de cincuenta toneladas, por lo que es una de las piedras más grandes que se han utilizado para construir dólmenes en Oriente Medio. Estas estructuras megalíticas evocan "una sociedad que tenía un complejo sistema gubernamental y económico, que ejecutó proyectos de ingeniería monumentales pero que no dejó otras evidencias arqueológicas", destaca la Autoridad de Antigüedades de Israel.