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Un equipo de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), liderado por Jalh Dulanto, ha descubierto recientemente uno de los sitios arqueológicos más antiguos de la costa de Perú, situado en el departamento de Ica, en medio del desierto y a unos 250 kilómetros al sur de Lima, y formado por los restos de varios campamentos de cazadores-recolectores que ocuparon el lugar de manera breve y esporádica a lo largo de varios milenios, hace entre 9.000 y 12.000 años. Después de seis semanas de trabajos minuciosos, el equipo de arqueólogos de la PUCP ha reunido más de 20.000 objetos de piedra: herramientas talladas, desechos de talla y, sobre todo, más de 150 puntas de proyectil de diferentes tradiciones norteñas y sureñas, notablemente de la tradición de Paiján, fabricadas con diversos materiales locales pero también foráneos, algunos extraídos a varios cientos de kilómetros de distancia, según explica Dulanto a National Geographic.
Los materiales de algunas puntas proceden de varios cientos de kilómetros de distancia
Las puntas de proyectil paijanenses, descubiertas por primera vez en las primeras décadas del siglo pasado cerca de la localidad de Paiján, en la costa norte de Perú, se encuentran a lo largo de la mayor parte de la costa peruana, entre los departamentos de Piura e Ica. Los grupos de cazadores-recolectores que fabricaron, usaron y abandonaron estas puntas, de hasta 14.000 años de antigüedad, se cuentan entre los primeros pobladores del antiguo Perú, que vivieron en una época en la que el desierto de la costa peruana, y particularmente el de Ica, era menos árido y agreste que hoy en día. El sitio arqueológico de Pampa Lechuza forma parte del recientemente denominado Parque Arqueológico Cerro Lechuza, que está en proceso de ser protegido y preservado por el Ministerio de Cultura del Perú, pues algunos sitios han sido afectados por pobladores locales mediante el uso de maquinaria pesada para el movimiento de tierras, en un aparente intento de delimitar los terrenos.