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"Tenían hechos grandes estrados y salas muy entoldadas de paramentos de la tierra para nuestro capitán [Hernán Cortés], y para cada uno de nosotros otras camas de esteras y unos toldillos encima [...] y todos aquellos palacios, muy lucidos y encalados y barridos y enramados".
Así describía Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España las Casas Viejas de Axayácatl, el palacio en el que Moctezuma II alojó a la expedición del conquistador español Hernán Cortés a su llegada a Tenochtitlan en 1519. Ahora, el instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) acaba de hacer público el hallazgo de algunos vestigios de esta suntuosa morada, varios pisos de lajas de basalto que debieron formar parte de un patio de ese complejo, además de restos de la residencia que Hernán Cortés construyó más tarde sobre las ruinas del palacio, que sería la sede del primer Cabildo de la Nueva España.
Historia enterrada
El descubrimiento ha sido realizado bajo la sede del Nacional Monte de Piedad (la entidad financiera más antigua del continente americano, fundada en 1775), uno de los edificios más emblemáticos del Centro Histórico de la Ciudad de México. El INAH viene trabajando en el lugar desde hace dos décadas coincidiendo con los trabajos de restauración que se llevan a cabo en este inmueble del siglo XIX.

El cuarto de la Casa de Hernán Cortés con el piso de lajas de la época prehispánica.
Raúl Barrera R. / PAU-INAH
Entre septiembre de 2017 y agosto de 2018, un equipo de arqueólogos dirigido por Raúl Barrera Rodríguez, centró su labor en el patio principal y un cuarto adyacente del edificio, donde una excavación extensiva permitió ubicar los restos de una habitación que, según las conclusiones de los expertos, perteneció a la morada de Hernán Cortés. Fue bajo esta estancia donde los arqueólogos localizaron el suelo del palacio prehispano, situado a tres metros de profundidad.
Las excavaciones llevadas a cabo entre 2017 y 2018 permitieron ubicar uno de los patios del palacio del tlatoani a tres metros bajo el nivel del suelo.
Barrera hizo hincapié en que la construcción cortesiana, levantada a base de sillares de basalto y tezontle, empleó materiales reutilizados del edificio tenochca. Así lo atestiguarían dos sillares prehispánicos empotrados en la fachada de la esquina interior sureste del cuarto colonial, que representan una serpiente emplumada (Quetzalcóatl) y un tocado de plumas, así como otra escultura mexica con el glifo que simboliza el tianquiztli o mercado, que formaba parte un fuste.

Esquina de la habitación de Cortés con dos sillares que representan a la serpiente emplumada Quetzalcoatl y un tocado de plumas.
Foto: Oliver Santana / Nacional Monte de Piedad
Escenario sangriento
Se conoce con el nombre de Casas Viejas de Axayácatl a la residencia de este gobernante mexica, que dirigió los destinos de Tenochtitlan entre 1469 y 1481, y que ha pasado a la historia por haberse convertido durante el reinado de su hijo Moctezuma en la morada de los españoles que en noviembre de 1519 entraron en la capital azteca y el en el escenario de sucesos como el secuestro y muerte del tlatolani mexica o la precipitada huida española en junio de 1520, un episodio conocido como la Noche Triste.
Las crónicas de los conquistadores lo describen como un opulento palacio, lleno de "piezas y joyas de oro" que los españoles se dedicaron a fundir antes de emprender la huida en 1520, pero que perdieron en la precipitada retirada. Tras la conquista de Tenochtitlan, en 1521, los mexicas fueron obligados a destruir sus templos y palacios y, con los mismos materiales, a levantar la nueva ciudad. Fue así como las Casas viejas de Axayácatl se convirtieron en las Casas de Cortés, que quedaron en manos de sus decendientes hasta que estos se vieron involucrados en un complot para apoderarse del virreinato y fueron desposeídos de la propiedad. Tras siglos conservadas en pésimas condiciones, en 1836 fueron vendidas al Nacional Monte de Piedad.