Actualizado a
· Lectura:
Unas recientes excavaciones en Sobibor, un antiguo campo de exterminio de la Alemania nazi en Polonia, han sacado a la luz los restos de un edificio que probablemente fue utilizado para desvestir a los prisioneros y raparles la cabeza antes de enviarlos a las cámaras de gas, según ha anunciado hoy la Autoridad de Antigüedades de Israel. Los arqueólogos responsables, Wojciech Mazurek, Yoram Haimi e Ivar Schute, han encontrado varios objetos personales de las víctimas, que probablemente se cayeron al suelo y se perdieron entre el entarimado, permaneciendo ocultos durante décadas hasta que fueron hallados el pasado otoño.
Sobibor, situado cerca de la frontera entre Polonia y Ucrania, es uno de los campos de exterminio más funestos de la Alemania nazi, utilizado entre la primavera de 1942 y el otoño de 1943, durante la fase más mortífera del Holocausto. En sus instalaciones murieron más de 200.000 personas, sobre todo judíos. Tras la revuelta del 14 de octubre de 1943, en la que algunos prisioneros lograron huir, Heinrich Himmler ordenó su cierre. Los nazis intentaron eliminar todo vestigio posible del campo de exterminio, pero las excavaciones arqueológicas desarrolladas desde 2007 bajo la dirección de Yad Vashem han permitido descubrir los cimientos de las cámaras de gas, la plataforma original donde estacionaba el tren y numerosos efectos personales de las víctimas.
Los restos del edificio excavado recientemente, donde los nazis probablemente desvestían a los prisioneros, se encuentran en el denominado Camino al Cielo, la senda que recorrían los judíos desnudos hacia las cámaras de gas. Entre los objetos personales descubiertos hay un collar con la Estrella de David, el reloj de una mujer y un amuleto metálico revestido de vidrio y con un grabado que representa a Moisés sosteniendo los Diez Mandamientos. En el reverso del amuleto aparece el Shemá, una conocida inscripción hebrea. Los arqueólogos también han recuperado un colgante único, probablemente perteneciente a un menor que nació el 3 de julio de 1929 en Frankfurt am Main. En un lado aparece la inscripción hebrea "Mazal Tov" y en el otro el nombre de Dios y las tres estrellas de David.
Los investigadores creen que el colgante pudo pertenecer a una niña que se llamaba Karoline Cohn y que, según Joel Zissenwein, director de un proyecto para organizar las deportaciones mediante una base de datos, nació el 3 de julio de 1929 y fue deportada de Frankfurt a Minsk (Bielorrusia) el 11 de noviembre de 1941. Se desconoce si Cohn sobrevivió a las duras condiciones del gueto de Minsk, pero lo que está claro es que su colgante llegó a Sobibor en algún momento entre noviembre de 1941 y septiembre de 1943, cuando el gueto fue eliminado y sus 2.000 reclusos judíos fueron deportados al campo de exterminio. Los expertos han hallado similitudes entre este colgante y otro que perteneció a Ana Frank, la niña judía que se ocultó con su familia en un escondite de un edificio de Ámsterdam, donde escribió su famoso diario. Ambas niñas, Carolina Cohn y Ana Frank, nacieron en Frankfurt en 1929, por lo que podria haber algún tipo de vínculo familiar entre ellas, una posibilidad que se está investigando actualmente.