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Durante más de tres décadas, el Instituto Checo de Egiptología ha estado excavando en la necrópolis de Abusir, un yacimiento situado a varios kilómetros al norte de Saqqara, en una zona que contiene un grupo de grandes tumbas de pozo datadas a finales de la dinastía XXVI (664-525 a.C.) y principios de la XXVII (525-404 a.C.). El equipo de arqueólogos que dirige Miroslav Bárta acaba de realizar en este emplazamiento un importante hallazgo: un depósito de materiales de embalsamamiento prácticamente intacto. El depósito o "escondrijo" contiene un total de 370 grandes tinajas de almacenamiento de cerámica y una serie de recipientes más pequeños, y, según los expertos, es probablemente el hallazgo más grande de este tipo llevado a cabo en Egipto.
Multitud de vasijas
Según Bárta, "la temporada de excavaciones que ha tenido lugar durante el año 2021 forma parte de un proyecto a largo plazo cuyo objetivo es la excavación e interpretación de monumentos que datan de un período en el que la sociedad egipcia buscaba nuevas maneras de mantener su singularidad y su identidad, que fue desafiada por los ejércitos griegos, persas y nubios. Las tumbas de pozo de Abusir, construidas de manera similar al famoso enterramiento del faraón Zoser bajo su pirámide escalonada, desempeñaron un papel importante como forma de expresión cultural de las élites egipcias en esa época tardía".

Algunas de las vasijas que contenían materiales para el embalsamamiento.
Foto: Petr Košárek, Archives of the Czech Institute of Egyptology
Las vasijas, que contenían restos y residuos de diversos materiales y utensilios que fueron empleados durante el proceso de momificación, se localizaron en el interior de un enorme pozo de 5,3 x 5,3 metros y de más de 14 metros de profundidad.

Una vasija en forma de corazón localizada en el "escondrijo" de Abusir.
Foto: Petr Košárek, Archives of the Czech Institute of Egyptology
Todas las vasijas, que contenían restos y residuos de diversos materiales y utensilios que fueron empleados durante el proceso de momificación, se localizaron en el interior de un enorme pozo de 5,3 x 5,3 metros y de más de 14 metros de profundidad situado junto a una gran estructura funeraria que aún permanece sin excavar. Las vasijas se colocaron en un total de 14 grupos, situados a profundidades distintas, que iban desde los 4 a los 12 metros, y se unían a los lados del pozo en un patrón en forma de espiral. El número de recipientes que formaban cada uno de esos grupos variaba de 7 a 52.
Vasos canopos sin usar
En la parte más alta del pozo se encontraron, además, cuatro vasos canopos (recipientes que servían para guardar las vísceras momificadas del difunto) hechos de piedra caliza y con inscripciones. Todos estaban vacíos y claramente sin usar. Según los textos inscritos en ellos, estos recipientes pertenecieron a un tal Wahibre-mery-Neith, hijo de la dama Irturu. "Aunque se conocen varios dignatarios con este mismo nombre en esta época, ninguno de ellos puede ser identificado claramente como el dueño de estos vasos canopos. A juzgar por el tamaño del depósito de embalsamamiento y, principalmente, por las dimensiones y disposición de la tumba cercana, el dueño de la sepultura (y suponemos que también del depósito) debió de ser un alto dignatario, al igual que sus famosos vecinos más cercanos en el cementerio (y que vivieron en el mismo período): el almirante Udjahorresnet y el general Menekhibnekau", según explica el profesor Ladislav Bareš, uno de los principales expertos en el período.

Vasos canopos pertenecientes a un hombre llamado Wahibre-mery-Neith.
Foto: Petr Košárek, Archives of the Czech Institute of Egyptology
En 2022, está prevista la excavación de la estructura funeraria asociada al depósito de materiales de momificación por parte del equipo arqueológico. Al mismo tiempo, las vasijas y el contexto en el que se hallaron van a ser analizados y estudiados a fondo mediante las más modernas metodologías científicas aplicadas a la arqueología para tratar de desvelar sus milenarios misterios.
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