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Un enorme depósito subterráneo, excavado en la roca hace unos 2.700 años, a finales de la Edad del Hierro, ha aparecido recientemente en el emplazamiento de una futura zona residencial, cerca de Rosh Ha-Ayin, al este de Tel Aviv, según acaba de informar la Autoridad de Antigüedades de Israel. "En sus paredes, cerca de la entrada, hemos detectado grabados de figuras humanas, cruces y un motivo vegetal que probablemente fueron tallados por transeúntes en una época posterior. Hemos detectado siete figuras que miden entre 15 y 30 centímetros, la mayoría con los brazos extendidos y unas pocas sosteniendo algún tipo de objeto", dice Gilad Itach, el director de las excavaciones, de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
Los arqueólogos han detectado grabados de figuras humanas y cruces en las paredes
El depósito subterráneo, de casi 20 metros de largo y más de cuatro metros de profundidad, fue concebido antiguamente para recoger y almacenar el agua de lluvia. "Con una precipitación anual de 500 milímetros, el enorme depósito seguramente se llenaba fácilmente con las lluvias invernales de la región", comenta Itach. El sistema hídrico fue construido bajo una gran estructura hecha con muros de casi 50 metros de largo, pero este edificio quedó abandonado durante el período persa, mientras que el depósito subterráneo siguió en uso hasta en tiempos modernos. En los últimos años se han descubierto varias alquerías o fincas agrícolas en los alrededores de Rosh Ha-Ayin, probablemente erigidas tras la destrucción del Reino de Israel en el año 720 a.C., cuando el Imperio asirio dominó la región.