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Una momia intacta y bien conservada, que fue enterrada entre el 1000 y el 1200 d.C., ha sido descubierta en el sitio arqueológico de Pachacámac, en la costa central de Perú, por un equipo del CReA-Patrimoine, de la Universidad Libre de Bruselas, según informó ayer dicha universidad. La última campaña arqueológica del equipo de Peter Eeckhout finalizó con una gran sorpresa: una momia de 1.000 años de antigüedad perfectamente conservada en su fardo funerario, que será examinada sin tener que abrir el paquete, mediante los últimos avances en imagen médica. Los investigadores podrán conocer las posibles patologías que sufrió el individuo y las ofrendas que contiene el paquete funerario.
Tres edificios monumentales han sido explorados durante la última campaña arqueológica: un monumento inca construido en varias fases y que fue proyectado para acoger a los peregrinos y para celebrar rituales; un santuario dedicado a los antepasados locales, con grandes cámaras funerarias y numerosas momias, muchas de las cuales fueron saqueadas durante la conquista española; y una especie de capilla para los peregrinos extranjeros, mencionada en el siglo XVII por el religioso Antonio de la Calancha (1584-1654), que era hijo de un andaluz.
Muchas de las cámaras funerarias y momias fueron saqueadas durante la conquista española
Las investigaciones arqueológicas han sacado a la luz numerosas ofrendas de fundaciones, incluyendo conchas marinas, cerámica, esqueletos de perros y otros animales y una plataforma perforada con un agujero en el centro, donde probablemente se colocaba un ídolo; todo el conjunto de edificios parece diseñado alrededor de ese ídolo. Las excavaciones confirman la función de Pachacámac como un lugar de peregrinación precolombino, bajo el Imperio inca.