Madre de la investigación forense

Frances Glessner Lee, la investigadora que recreaba escenas de crímenes en casas de muñecas

La investigadora Frances Glessner Lee creó un innovador método para formar a los investigadores: crear escenas del crimen para estudio en forma de casas de muñecas.

Frances Glessner Lee dioramas 6 (Lorie Shaull)

Frances Glessner Lee dioramas 6 (Lorie Shaull)

Lorie Shaull

¿Imaginas estudiar criminología usando como herramienta una casa de muñecas? Pues esa es exactamente la idea que tuvo Frances Glessner Lee: crear escenas del crimen en miniatura para que los futuros investigadores pudieran prepararse para resolver casos reales. Nunca fue oficialmente investigadora, policía o forense, pero su nombre es clave en estos ámbitos.

 

Frances Glessner Lee

Frances Glessner Lee

Frances Glessner Lee, trabajando en sus miniaturas.

Glessner House Museum, Chicago, Illinois

Frances Glessner Lee, nacida en 1878 en Chicago, en una familia bienestante: su hermano estudió medicina en Harvard; ella, aunque no pudo ir a la universidad por ser mujer, también se interesó por este campo y terminó dirigiendo sus pasos hacia la criminología. Se la conoce como “la madre de la medicina forense”, puesto que creó un método único de preparar a los aspirantes a investigadores.

Frances se interesó por la medicina después de sufrir una amigdalitis y superar una cirugía que en ese momento era muy arriesgada. Por ello empezó a acompañar a los doctores de su localidad de veraneo y se formó como enfermera. Pero su verdadera pasión eran los misterios: un compañero de clase de su hermano, que estudiaba medicina en Harvard, le introdujo en el mundo de la investigación forense, a la que se dedicó por pura pasión al heredar un patrimonio familiar.

Crímenes en una casa de muñecas

Frances Glessner Lee es especialmente conocida por su colección Nutshell Studies of Unexplained Death (“estudios en miniatura de muertes sin explicación”), una serie de 19 (originalmente 20) dioramas en miniatura detalladamente elaborados que representaban escenas de crímenes y situaciones de investigación forense.

Frances Glessner Lee dioramas 3 (Lorie Shaull)

Frances Glessner Lee dioramas 3 (Lorie Shaull)

Diorama "Porche de dos pisos" en exposición.

Lorie Shaull

Este proyecto nació de sus dos pasiones: las maquetas, que construía desde pequeña, y los misterios. Era una gran fan de las historias de Sherlock Holmes, de las que aprendió que la resolución de un caso podía depender de detalles sutiles que pasaban inadvertidos. Por ello, la atención al detalle fue una máxima de su trabajo: en cada maqueta podía invertir entre 3.000 y 4.500 dólares de la época.

Cada diorama era una representación cuidadosa y realista de escenas de homicidios, suicidios y accidentes, diseñados para ser utilizados como herramientas de capacitación en investigaciones criminales. Los elaboraba en forma de casas de muñecas a escala 1:12, cuidando hasta el último detalle: se podían manipular los muebles en busca de pistas, abrir las ventanas y las puertas, la ropa y los muebles eran reproducciones en miniatura usando los mismos materiales, e incluso los calendarios tenían las páginas de los meses posteriores a la fecha del crimen por si en ellas pudiera haber algún indicio.

Frances Glessner Lee dioramas 5 (Lorie Shaull)

Frances Glessner Lee dioramas 5 (Lorie Shaull)

Detalle del diorama "Ático", con una mujer colgada. Se puede apreciar el nivel de detalle en los papeles esparcidos por el suelo.

Lorie Shaull

Las escenas del crimen estaban basadas en casos reales, que ella conocía a través de los juzgados o por haber asistido a las autopsias de las víctimas. Ponía atención a reproducir la escena con el máximo detalle, hasta el punto de dejar cristales rotos o restos quemados de los incendios, y de incluir todos los objetos presentes aunque no tuvieran relación con el caso, para reproducir al máximo el escenario real.

Las víctimas estaban representadas por muñecos, su ropa reproducía las manchas de sangre y estaban en la misma postura en la que habían sido encontradas en la realidad. Algunas resultaban muy inquietantes por su realismo, con los ojos vidriosos de la muerte y muecas de dolor y terror, y las armas del crimen ensartadas en su cuerpo. Algunas de estas representaban casos que en la época eran descuidados, como víctimas de violencia de género o trabajadoras sexuales, por lo que el estudio de estas escenas del crimen en miniatura aportaba una experiencia especialmente valiosa.

Frances Glessner Lee dioramas 7 (Lorie Shaull)

Frances Glessner Lee dioramas 7 (Lorie Shaull)

Diorama "Cabaña de troncos". Cada maqueta iba acompañada de una descripción detallada de la escena y circunstancias del crimen real.

Lorie Shaull

Un entrenamiento para investigadores

En 1945 Glessner Lee donó estos dioramas al Instituto de Medicina Legal de Harvard, para formar a los investigadores forenses. Su trabajo contribuyó significativamente a la profesionalización de la ciencia forense en Estados Unidos y ayudó a mejorar la calidad de las investigaciones criminales. De hecho, hasta 1999 sus dioramas seguían utilizándose en el departamento de Ciencias Policiales. Contribuyó además a fundar la Facultad de Medicina Legal de esta facultad.

Sus dioramas se usaban para enseñar a los investigadores y médicos forenses a observar y analizar cuidadosamente las escenas del crimen, desarrollar habilidades de observación y deducción, y aprender a buscar y evaluar pruebas. Los estudiantes debían estudiar las escenas metódicamente y sacar conclusiones de la evidencia visual. Glessner Lee también llevaba sus dioramas a conferencias donde destacados investigadores criminales tenían 90 minutos para estudiar cada escena.

Frances Glessner Lee vio reconocido su trabajo: se la nombró Capitana Honoraria de la Policía de New Hampshire en 1943, la primera mujer en obtener esa distinción; y se le dio el título honorífico de “madre de la ciencia forense”. 

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