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Albania, un país del mar Adriático situado entre Montenegro y Grecia, posee uno de los litorales menos explorados del mundo; en sus fondos marinos se esconden reliquias del pasado lejano y cercano: ánforas que contenían aceite y vino de embarcaciones romanas que se fueron a pique y barcos hundidos de dos guerras mundiales con sus historias de heroísmo y traición. Las autoridades albanesas están aprobando unas leyes que protegerán el patrimonio subacuático del país.
Frente a la costa de Saranda permanecen hundidas decenas o centenas de ánforas del norte de África desde el siglo IV d.C., que son un testimonio de las conexiones comerciales entre el mar Adríatico y la costa septentrional de África. Las vasijas, aún visibles, se han fusionado con el fondo marino y los restos del casco de la embarcación podrían estar enterrados en las inmediaciones. Por otro lado se conservan los restos fantasmales del buque italiano MV Probitas, que data de la Segunda Guerra Mundial, según The Associated Press.
"La RPM Nautical Foundation, en cooperación con la agencia costera, ha documentado hasta ahora embarcaciones desde el siglo III o IV a.C. hasta la Primera y la Segunda Guerra Mundial", dice Derek Smith, quien ha trabajado para la RPM Nautical Foundation en la costa albana. "En la costa de Albania hay unos 2.500 ó 2.300 años de recursos culturales que no han sido explorados en su gran mayoría".