Sant Jordi a la italiana

La fiesta del Bòcolo de Venecia

El 25 de abril, los venecianos celebran la fiesta de San Marcos. Este día también es conocido como la fiesta del Bòcolo, en la que es costumbre regalar un capullo de rosa a la mujer amada.

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De no ser por la pandemia del coronavirus, el 23 de abril las calles se llenarían de gente para la celebración del Día del Libro. Esta fecha es además, en Cataluña, Aragón y Baleares, la fiesta de Sant Jordi -San Jorge-, en la que es costumbre regalar una rosa a la persona amada. Y en Venecia, con dos días de diferencia, existe una tradición muy similar.

El 25 de abril Venecia celebra San Marcos, el patrón de la ciudad, y también la fiesta del Bòcolo, palabra que en veneciano se refiere al capullo de una flor a punto de abrirse: el nombre alude a la tradición de regalar una rosa a la mujer amada, aunque también hay quien la regala a las mujeres de la familia como madres o hermanas. Existen dos leyendas sobre el posible origen de esta tradición.

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La leyenda trágica

La leyenda más antigua y popular se remonta al siglo VIII y habla de Maria, la hija del dogo -gobernante de la República de la Venecia- Angelo Partecipazio, quien se enamoró de un trovador llamado Tancredi. Como el padre de la muchacha no permitía su matrimonio por la diferencia de clase, Tancredi decidió unirse a los ejércitos de Carlomagno para combatir a los musulmanes en España y así ganar títulos y gloria.

Sin embargo, en la batalla de Roncesvalles fue herido de muerte y con sus últimas fuerzas entregó una rosa al caballero Orlando, pidiéndole que la llevara a su amada en Venecia. Maria recibió la rosa teñida de rojo por la sangre de Tancredi y murió de pena un 25 de abril, el día de la fiesta de San Marcos. De ahí la costumbre de regalar un capullo de rosa roja como símbolo del amor a punto de abrirse.

En la fiesta del Bòcolo, es la costumbre veneciana regalar una rosa a la mujer amada. Existen dos leyendas distintas sobre el origen de la tradición.

La leyenda con final feliz

La segunda leyenda es un poco posterior y no es tan popular, aunque sí más feliz. En este caso habla de la familia de Basilio, un marinero veneciano que había participado en el robo del cuerpo de San Marcos para llevarlo desde Alejandría, ocupada por los musulmanes, a Venecia. Como recompensa habría recibido una finca que a su muerte fue repartida entre sus dos hijos. Sin embargo, estos se enemistaron y dieron origen a dos ramas enfrentadas de la familia, que habitaban en las dos mitades de la finca separadas por el jardín.

En dicho jardín crecía un rosal plantado por Basilio, pero después de que las dos ramas de la familia se enemistaran, no volvió a florecer. Tiempo después, el heredero de una de las ramas familiares y la hija de la otra rama se conocieron hablando a través del rosal que separaba los jardines de ambos, se enamoraron y, por primera vez en mucho tiempo, las rosas volvieron a florecer. En esta versión sus padres sí aprobaron el matrimonio, que condujo a la reconciliación de las dos ramas familiares.

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Celebración a la veneciana

En Venecia el día del patrón se celebra, como es habitual en las grandes ocasiones de esta ciudad, con una regata. El remo deportivo y la vela son tradiciones muy arraigadas y están presentes en muchas de las celebraciones locales. A lo largo del año se celebran en Venecia varias regatas, la más importante de las cuales es la de las Antiguas Repúblicas Marinas, que tiene lugar en verano: en esta participan embarcaciones a remo y enfrenta a representantes de las cuatro grandes Repúblicas Marinas de la Italia preunitaria: Amalfi, Génova, Pisa y Venecia.