En el verano de 1888, Vincent Van Gogh pintó el puente del barrio de Trinquetaille, situado en la ciudad de Arlés, al sur de Francia. En el siglo I a.C., unos 1.900 años antes, unos artistas anónimos, que probablemente procedían de Italia, decoraron las paredes de una villa romana situada en la misma zona, en la orilla derecha del río Ródano. Desde 2014, un equipo de arqueólogos franceses excava esta vivienda romana en Trinquetaille, que atesora unos frescos de colores vivos equiparables a los que se encuentran en la Villa de los Misterios de Pompeya y en la de Publius Fannius Synistor en Boscoreale, según expresa el Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (INRAP) en un comunicado. Los frescos han sido encuadrados en el segundo estilo pompeyano, característico por las arquitecturas pintadas que crean un paisaje imaginario, y han sido fechados entre los años 70 y 20 a.C.
Una mujer tocando un arpa
"Estas pinturas en unos colores increíblemente brillantes se localizan en una probable habitación, en un cubiculum, y el marcado contraste entre colores parece separar dos espacios: una alcoba con su cama y una antecámara", explica el INRAP. Las pinturas murales crean arquitecturas ficticias como podios o pedestales y columnas de mármol. Hasta la fecha se han descubierto once imágenes, entre ellas la de una mujer tañendo un arpa y otras que se asemejan al dios Pan y a la comitiva de Baco. Los arqueólogos tendrán que resolver un complejo rompecabezas formado por miles de fragmentos cromáticos que tendrán que recomponer para visualizar nuevos frescos, un proceso meticuloso que podría durar hasta diez años. Los frescos serán exhibidos en el Museo de la Antigüedad de Arles.