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Un equipo arqueológico de la Universidad de El Cairo acaba de desenterrar en la necrópolis de Saqqara, situada a unos veinte kilómetros de la capital egipcia, la tumba de un alto funcionario llamado Ptah-em-Uya. La entrada de esta tumba fue descubierta en 1850, pero no ha sido hasta ahora que se ha procedido a realizar una excavación en profundidad del emplazamiento. Este personaje, que fue escriba real, vivió bajo el reinado de Ramsés II (1279-1213 a.C.) y ostentó diversos cargos para el faraón, entre ellos el de tesorero, supervisor principal del ganado y responsable de las ofrendas divinas en varios de los templos erigidos por Ramsés en Tebas (aunque no se especifica ninguno en concreto).
Decoraciones de vivos colores
La zona de Saqqara donde se ubica la tumba de Ptah-em-Uya es conocida por contener las sepulturas de altos funcionarios de las dinastías XVIII (1539-1292 a.C.) y XIX (1292-1191 a.C.). "El lugar del descubrimiento incluye las tumbas de altos funcionarios de la dinastía XIX y complementa el emplazamiento de las tumbas de la dinastía XVIII, la más importante de las cuales es la del general Horemheb (que se hizo construir una tumba en la necrópolis antes de convertirse en faraón)", comenta Mustafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto.

Relieve en uno de los pilares de la tumba de Ptah-em-Uya que muestra al propietario ante una mesa de ofrendas.
Foto: Ministerio de Antigüedades y Turismo de Egipto
La responsable de los trabajos, la arqueóloga Ola El-Ajezy, ha destacado la importancia del hallazgo, tanto por el prestigio del personaje como por la calidad de la decoración pictórica que aún conservan sus muros. La tumba presenta una entrada tras la cual se llega a un patio (cuyos pilares están decorados con relieves que muestran escenas de la vida del propietario de la tumba) que conduce a una sala con los muros, recubiertos de yeso, recorridos por escenas pictóricas. Estas escenas, perfectamente conservadas y pintadas de vivos colores, representan una procesión de ofrendas que termina con el sacrificio de un ternero. En el patio, los arqueólogos han localizado también numerosas columnas osiríacas (que representan el pilar djed, la columna vertebral de Osiris, el dios del inframundo), algunas caídas en el suelo, y en el interior se han hallado restos de bloques que tal vez en su día sostuvieron un techo que pudo haberse derrumbado.
La tumba presenta una entrada tras la cual se llega a un patio que conduce a una sala con los muros, recubiertos de yeso, recorridos por escenas pictóricas. Estas pinturas representan una procesión de ofrendas que termina con el sacrificio de un ternero.

Estela que muestra al propietario de la tumba en actitud oferente.
Foto: Ministerio de Antigüedades y Turismo de Egipto
Por su parte, Waziri no ha podido reprimir su entusiasmo ante este maravilloso descubrimiento: "Esta tumba va a ser objeto de un estudio detallado y minucioso con la intención de aprender de estas representaciones mucho más sobre la vida cotidiana durante el reinado de Ramsés II, sobre todo en lo que concierne a actividades económicas relacionadas con el almacenamiento de grano, los años de sequía, las inundaciones y los impuestos", concluye.
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