Arqueología en España

Excavan en Almería una ciudad sepultada por un terremoto en el siglo XVI

La antigua ciudad hispano-musulmana de Bayra, que se alza en el cerro del Espíritu Santo de Vera y que fue destruida por un seísmo en 1518, ha sido excavada recientemente y los resultados han proporcionado valiosa información sobre la vida en el asentamiento antes y después del desastre.

Vista cenital del cerro del Espíritu Santo, en la localidad almeriense de Vera.

Foto: Universidad de Granada

Hace poco más de quinientos años, concretamente en 1518, un seísmo de considerable magnitud arrasó hasta los cimientos la ciudad hispano-musulmana de Bayra (fundada por los árabes en el siglo IX y epicentro administrativo de la comarca hasta su conquista por los Reyes Católicos en 1488), que se alzaba en el cerro del Espíritu Santo, en la actual localidad almeriense de Vera, un lugar que tiene documentada una larga ocupación en el tiempo, concretamente desde la Edad del Bronce hasta el siglo XVI. La destrucción fue tan grande (al parecer hubo 150 muertos, un diez por ciento de la población) que los supervivientes se vieron obligados a abandonar el lugar, que cayó en el olvido.

Aparece la alcazaba

Para conocer más sobre el lugar y resucitar la memoria de la antigua Bayra, arqueólogos de la Universidad de Granada han excavado recientemente en el cerro. El equipo arqueológico ha estado dirigido por Alberto García Porras, del departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas, y por el arqueólogo Moisés Alonso Valladares, y ha contado con la participación de los arqueólogos Carmen Sánchez Castillo y Nicolás Losilla Martínez, además de con la presencia de un grupo de estudiantes del grado de Arqueología.

Algunos de los arqueólogos de la Universidad de Granada durante las excavaciones de Bayra.

Foto: Universidad de Granada

Tras realizar cinco sondeos arqueológicos en distintos puntos del cerro del Espíritu Santo, han logrado exhumar algunos de los antiguos edificios de la ciudad, vestigios de la muralla defensiva que rodeaba la población y llegar a interesantes conclusiones.

Así, en el marco del proyecto arqueológico Producción, Intercambio y Materialidad (PRINMA), los investigadores, tras realizar cinco sondeos en distintos puntos del cerro del Espíritu Santo, han logrado exhumar algunos de los antiguos edificios de la ciudad, vestigios de la muralla defensiva que rodeaba la población y llegar a interesantes conclusiones. En la primera exploración se ha localizado la entrada a la alcazaba árabe. Según Moisés Alonso, "era la zona de poder administrativo y militar de la ciudad. Se conocía que esta puerta estaba allí ubicada y hemos trabajado en recuperar el nivel original y hasta los escalones existentes para entrar. Hemos conseguido encontrar varias etapas de vida de la entrada: desde la fundacional hasta las reformas que se realizaron tras la conquista cristiana".

Cerámica y viviendas

Durante el segundo sondeo, realizado en la parte alta del cerro, se han hallado sobre todo materiales cerámicos, aunque "solo de época nazarí, de finales de la Edad Media", explica Alonso. El tercer lugar excavado ha documentado "la presencia de una estancia con suelo y muro, que parece una vivienda, y en la que hay evidencias claras del terremoto. Se pueden detectar desplazamientos de la base geológica. Se trata de un suelo de cal, sencillo, pero que fue claramente desplazado por el seísmo", sigue contando el arqueólogo.

Detalle del pavimento de una de las viviendas de la antigua Bayra.

Foto: Universidad de Granada

En la parte baja del cerro se llevó a cabo el cuarto sondeo arqueológico, que sacó a la luz los restos mejor conservados de todo el yacimiento, correspondientes a los restos de algunas viviendas. Una de ellas aún conservaba parte de sus muros con una altura de hasta dos metros. En una de las esquinas se halló lo que parece una escalera que daba acceso a una planta superior. En la zona también se han recuperado restos de cerámica y de vidrio.

Una vivienda aún conservaba parte de sus muros con una altura de hasta dos metros. En una de las esquinas se halló lo que parece una escalera que daba acceso a una planta superior.

La última exploración ha proporcionado algunas sorpresas, como por ejemplo la evidencia de reocupación de viviendas tras el terremoto de 1518. Cuenta Alonso que se ha "podido documentar una casa de la época del terremoto que más que mudéjar podríamos catalogar como morisca, de la época en la que se obliga a la conversión al cristianismo. En ella se ha encontrado cerámica de influencia cristiana, posiblemente de comienzos del siglo XVI, a diferencia de la otra casa documentada en la parte alta del cerro, en la que todo lo recuperado era nazarí, lo que demuestra que se trata de una casa de la Edad Moderna y que coincide con la época de dominación cristiana".

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¿Reutilización?

En la vivienda, que resultó muy afectada por el terremoto, se ha excavado un suelo de losas de piedra y baldosas de barro y también han aparecido restos de yesería. Lo que hace sospechar a los arqueólogos que la casa fue brevemente reutilizada es porque "antes de poder llegar al suelo documentamos la existencia de otro pavimento a una altura superior. Era un suelo de cal pero no encontramos más estructuras. Los límites coincidían exactamente con la vivienda que había debajo y todo parece indicar que la familia propietaria de esta casa creó un suelo temporal en el que vivir antes de irse al nuevo emplazamiento de Vera. Detectar una ocupación temporal así no es habitual", afirma Alonso.

Los arqueólogos creen que la casa excavada fue brevemente reutilizada, ya que al parecer la familia propietaria de esta casa creó un suelo temporal en el que vivir antes de irse al nuevo emplazamiento de Vera.

Ahora, los arqueólogos han cubierto temporalmente los restos excavados en el yacimiento para proceder al estudio en profundidad de los materiales en laboratorio. Asimismo, la inestimable ayuda de las tecnologías en 3D ha permitido documentar los trabajos con este método. Según Moisés Alonso, tras la publicación de los resultados de la excavación esta volverá a reabrirse para consolidar y poner en valor los restos de cara a la creación de un futuro parque arqueológico para que los visitantes puedan conocer de primera mano la historia del yacimiento.

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