Fosas Comunes

Un estudio desvela la procedencia de 32 soldados enterrados en dos fosas comunes

La investigación ha combinado por primera vez isótopos de oxígeno, estroncio y sulfuro para identificar los orígenes y desplazamientos de cada uno de los individuos estudiados.

En esta fosa se encontraron 28 cuerpos echados unos encima de otros.

En esta fosa se encontraron 28 cuerpos echados unos encima de otros.

En esta fosa se encontraron 28 cuerpos echados unos encima de otros.

Foto: Colleter et al. PLOS One

Tras vencer en la Guerra de los Cien Años, los reyes franceses emprendieron una política expansionista que anexionó numerosos feudos y estados vecinos a la corona. Uno de los objetivos del rey Carlos VIII de Francia fue el ducado de Bretaña, territorio que aunque nominalmente vasallo suyo era en realidad independiente y aliado de los ingleses. La muerte del duque Francisco II sin hijos varones le brindó la oportunidad que estaba esperando para invadir la península bretona, por lo que compró los derechos sucesorios a una de las posibles herederas y se lanzó a la conquista del ducado.

Aunque resistió durante cuatro años, Ana de Bretaña tuvo que rendirse al final a Carlos VIII e incluso casarse con él.

Aunque resistió durante cuatro años, Ana de Bretaña tuvo que rendirse al final a Carlos VIII e incluso casarse con él.

Aunque se mostró desafiante, Ana de Bretaña tuvo que rendirse al final a Carlos VIII e incluso casarse con él.

Foto: Cordon Press

Enfrentados a todo el poder de Francia los bretones se reunieron alrededor de su nueva duquesa Ana, que se casó con Maximiliano de Habsburgo y se alió con Inglaterra y Fernando el Católico a cambio de mercenarios con los que defender Bretaña. Pese a la desproporción de fuerzas, la duquesa resistió cuatro años a los invasores, hasta que al fin se vio cercada en la ciudad de Rennes con sus últimos seguidores a mediados de 1491. El asedio a la villa se prolongó durante cinco meses, de julio a noviembre, hasta la rendición de los bretones. Como parte del tratado de paz, Ana se casó con Carlos tras separarse de Maximiliano (con quien no había consumado el matrimonio), por lo que el ducado pasó a formar parte del reino de Francia.

EXCAVACIÓN DE EMERGNCIA

520 años más tarde se encontraron en el Convento de los Jacobinos de Rennes algunos esqueletos medievales durante su reconversión en centro de congresos. Los cuerpos fueron hallados por el Institut National de Recherches Archéologiques Préventives (INRAP), que excavó el yacimiento entre 2011 y 2013 antes de que se produjeran las obras de remodelación.

En el transcurso de la campaña arqueológica salieron a la luz 137 esqueletos.

En el transcurso de la campaña arqueológica salieron a la luz 137 esqueletos.

En el transcurso de la campaña arqueológica salieron a la luz 137 esqueletos.

Foto: INRAP

Los arqueólogos identificaron 137 individuos de las edades Medieval y Moderna entre los que destacaba una dama del siglo XVII excepcionalmente conservada. Fuera de los muros del convento los excavadores dieron con un par de fosas comunes (numeradas 322 y 337) que contenían 4 y 28 cuerpos respectivamente. Sus huesos mostraban cortes sin curar, por lo que se llegó a la conclusión que se trataba de soldados enterrados tras algún combate librado en la zona. Además la presencia de heridas cicatrizadas permitió reconocer entre los muertos a algunos soldados veteranos de más edad enterrados junto a los reclutas.

MUERTOS EN BATALLA

Ahora un equipo multidisciplinar ha llevado a cabo el estudio químico y genético de estos 32 restos, que acaba de ser publicado en la revista PLOS One. Los investigadores han datado los cuerpos entre 1450 y 1600 mediante el carbono 14, y se inclinan por vincularlos al asedio de 1491. Por un lado esa fue la única batalla librada en Rennes durante el período, y por el otro los muertos de las guerras que afectaron Bretaña en los años posteriores tienden a mostrar heridas de bala, ausentes en el caso que nos ocupa. Al mismo tiempo el amontonamiento de los cuerpos desordenadamente en cuatro niveles en la fosa grande indica el entierro apresurado de los soldados, que solo se podría producir como consecuencia de un combate librado en el lugar.

Las fosas estudiadas son la 337 y la 322 en la esquina inferior izquierda.

Las fosas estudiadas son la 337 y la 322 en la esquina inferior izquierda.

Foto: Colleter et al. PLOS One

Un hallazgo insólito en este contexto bélico fueron objetos personales como un rosario de perlas y zapatos (que normalmente eran saqueados), lo que evidencia el respeto que mostraron los franceses hacia los muertos. De hecho el convento fue territorio neutral durante todo el asedio y allí signó Ana su rendición, por ello sería el terreno sagrado elegido por Carlos para enterrar a las bajas de ambos bandos. La desproporción numérica entre una y otra fosa se debe a que en la mayor se enterró a los soldados del ejército francés, mientras que la otra fue destinada a un grupo de bretones que no vivían en la ciudad y por ello no tenían un terreno asignado para su tumba en el cementerio municipal.

Los huesos presentan numerosas marcas de una muerte violenta.

Los huesos presentan numerosas marcas de una muerte violenta.

Foto: Colleter et al. PLOS One

Otro aspecto interesante del estudio es la identificación de cuatro jinetes a partir de las heridas que recibieron en las piernas, hechas desde abajo para desmontarlos, al tiempo que sus brazos y espalda muestran cortes infligidos una vez cayeron al suelo y fueron rematados. Los autores han determinado también que las heridas se hicieron con espadas y alabardas, pues su filo y peso se corresponden con los datos proporcionados por la observación de las muescas con un macroscopio de epifluorescencia. Al ser cortes profundos y largos se han descartado otras armas como cuchillos, dagas y puntas de flecha.

ISÓTOPOS, HUESOS Y DIENTES

La reconstrucción de la dieta a partir de los isótopos de carbonio (presentes en la proteínas animales) ha permitido identificar una mezcla heterogénea de clases sociales en las fosas, con nobles ricos que consumían carne habitualmente enterrados junto a soldados más humildes que se alimentaban esencialmente de vegetales.

Mapa de de la acumulación de sulfuro, Bretaña presenta unas concentraciones mucho mayores que el interior de Francia

Mapa de de la acumulación de sulfuro, Bretaña presenta unas concentraciones mucho mayores que el interior de Francia

Foto: Colleter et al. PLOS One

Sin embargo el elemento más innovador del estudio ha sido la combinación de tres isótopos diferentes (oxígeno, sulfuro y estroncio) para establecer las regiones de nacimiento de los individuos y las zonas por las que se movieron antes de morir. La proporción de oxígeno presente en los huesos es la firma particular dejada por el agua bebida, que se acumula en el cuerpo según la composición química particular del suelo cada región. Por su parte el sulfuro se absorbe comiendo pescado y marisco, además de a través del consumo de vegetales humedecidos por agua de mar, de esta forma una mayor cantidad indicará una dieta perteneciente a una área costera. Finalmente la proporción de estroncio depende de los minerales que forman la roca madre de cada lugar, que son asimilados por las plantas y animales de los que se alimentó a su vez el muerto.

Ningún soldado del ejército francés nació en Bretaña

Ningún soldado del ejército francés nació en Bretaña

Foto: Colleter et al. PLOS One

Estos tres isótopos se obtuvieron analizando en el laboratorio el polvo de huesos y dientes, estos últimos especialmente útiles al proporcionar sus raíces la dieta de la infancia mientras que el esmalte permite a los investigadores saber lo que habían comido los soldados en los diez últimos años de sus vidas. Las conclusiones a las que llegó el equipo fueron que todos los muertos de la fosa grande procedían de áreas de Francia alejadas del mar, mientras que de los cuatro individuos de la fosa pequeña tres nacieron en la península.

UNA SEPULTURA FAMILIAR

La tumba de los bretones ha resultado ser el lugar de descanso de tres parientes que curiosamente comparten el mismo ADN que la noble del siglo XVII encontrada dentro del convento, Louise de Quengo. De ellos, dos nacieron en Rennes como demuestra la alta concentración de sulfuro en sus raíces, mientras que el otro pasó su infancia en alguna zona del interior, probablemente los pueblos de Coulommiers o Melun en el sureste de París. Este último era también un militar fogueado, pues su cuerpo muestra numerosas heridas cicatrizadas de batallas anteriores.

Tres de los cuatro bretones sepultados en la fosa 322 pertenecían a la misma familia.

Tres de los cuatro bretones sepultados en la fosa 322 pertenecían a la misma familia.

Foto: INRAP, Hervé Paitier

Su dieta ha revelado que dos de ellos no vivían en Bretaña, pues el sulfuro de sus dientes y huesos aumentó dramáticamente en los últimos años de su vida, por ello se trataría de familiares que habrían vuelto a casa para contribuir en la lucha por la independencia. Además uno de ellos era noble pero pobre, pues comía menos carne que el resto como atestiguan sus bajos niveles de carbonio.

Como muestran los mapas, el sulfuro de las raíces situa el nacimiento de uno de los enterrados en la fosa 322 fuera de Bretaña.

Como muestran los mapas, el sulfuro de las raíces situa el nacimiento de uno de los enterrados en la fosa 322 fuera de Bretaña.

Foto: Colleter et al. PLOS One

Si bien el estroncio se lleva usando en la reconstrucción de migraciones desde 1994, el trabajo del INRAP añade oxígeno y sulfuro a los análisis químicos, cosa que permite contrastar datos y establecer con más certeza el origen y desplazamientos de los individuos. Aunque la localización mediante estos tres isótopos es todavía una ciencia nueva, su incorporación a investigaciones futuras nos aportará una información desconocida hasta el momento sobre las vidas de nuestros antepasados.