Actualizado a
· Lectura:
Los habitantes prehispánicos del desierto de Atacama en la costa norte de Chile usaron el color rojo para representar las riquezas naturales del océano, en contraste con el desierto árido y pedregoso. Estos antiguos cazadores-recolectores crearon imágenes de gran dramatismo: ballenas, peces espada, calamares, leones marinos, tortugas, tiburones y, sobre todo, escenas de caza con balsas, marineros y arpones, en las que la presa, sobredimensionada, es la protagonista, mientras que las barcas y sus tripulantes ocupan un lugar secundario. Sin embargo, "la caza se representa como una práctica social individual, solitaria y especializada, dirigida por un grupo selecto de personas", explica Benjamín Ballester, de Arscan, el Equipo de Etnología Prehistórica de la Universidad de París 1 Panteón-Sorbona y el autor de un estudio sobre estas increíbles pinturas rupestres de más de 1.000 años de antigüedad, que ha sido publicado en Antiquity.
El arte rupestre del barranco de El Médano fue documentado por el arqueólogo chileno Augusto Capdeville a comienzos del siglo XX y redescubierto varias décadas después. "Casi un siglo después de los registros de Capdeville hemos descubierto al menos cuatro barrancos con pictógrafos similares, localizados cerca de El Médano", revela Ballester. Las últimas investigaciones han permitido descubrir numerosas muestras de arte rupestre en el barranco de Izcuña: 24 bloques, 74 paneles y 328 motivos; los más comunes son los animales pisciformes y, a continuación, las escenas de caza, las balsas y las presas. "Los humanos están infrarrepresentados como sujetos pintados, mientras que la acción social de la caza está fuertemente representada, usando a los humanos simplemente como una parte de la composición", afirma.
Los humanos están infrarrepresentados, simplemente son una parte de la composición
"Aunque los pictógrafos son evidentes en unos pocos refugios rocosos cerca de la costa, la mayoría se encuentra a más de 700 metros sobre el nivel del mar, en barrancos estrechos y de difícil acceso. Los artistas representaron una actividad marina en un entorno desértico, en un acto consciente de relacionar el océano con el desierto a través del arte rupestre", concluye Ballester, cuya investigación ha sido financiada por FONDECYT y FONDAP.