Misterios y curiosidades del antiguo Egipto

El equipo que ayudó a Howard Carter en la excavación de la tumba de Tutankamón

La tarea que llevaron a cabo los arqueólogos en la tumba de Tutankamón fue un auténtico trabajo en equipo. Carter reunió un equipo multidisciplinar que se ocupó de la documentación, el estudio, la restauración y el traslado de los miles de objetos que componían el ajuar funerario del faraón con una metodología científica muy avanzada para su época. Todo ello fue documentado con magníficas fotografías, que han pasado a la historia, realizadas por el fotógrafo Harry Burton.

De izquierda a derecha, Arthur Mace, Richard Betell (secretario de Carter), Arthur Callender, lady Evelyn Herbert, Howard Carter, lord Carnarvon, Alfred Lucas y Harry Burton.

Foto: Cordon Press

Cuando hablamos del descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922, lo primero que nos viene a la mente son las maravillosas imágenes de los miles de espléndidos objetos que se amontonaban en su interior. Pero a veces no somos conscientes de la dificultad que entrañó para sus descubridores la documentación de todos y cada una de estas piezas y el vaciado de la tumba, un proceso que llevó nada menos que diez años. Pero todo este difícil trabajo no se hizo de cualquier manera, ni tampoco lo hizo solamente Carter. En realidad, para llevar a cabo la documentación, extracción, restauración y transporte de los miles de objetos que atestaban las estancias de la sepultura real, Carter reunió a un equipo multidisciplinar e internacional, una auténtica novedad en aquellos tiempos.

De hecho, la excavación de Howard Carter y su equipo en la tumba de Tutankamón impulsó un nuevo método científico que influiría en las excavaciones arqueológicas futuras: se creó un laboratorio de análisis provisional en el Valle de los Reyes, en la tumba de Seti II, donde se fueron almacenando los materiales de conservación que los especialistas necesitaban para realizar su labor, así como para guardar temporalmente los objetos extraídos de la tumba para ser restaurados y adecuadamente embalados antes de su traslado a El Cairo. Pero ¿quiénes fueron estos hombres que formaron parte del equipo de Carter?

Inscripciones, sellos, plantas

Para llevar a cabo la ingente tarea que le esperaba, Carter contó con la ayuda de numerosos especialistas, entre ellos dos dibujantes norteamericanos del Museo Metropolitano de Nueva York, Walter Hauser y Lindsey Foote Hall, así como del prestigioso egiptólogo y lingüista británico sir Alan Gardiner, que debía ocuparse de la traducción de las inscripciones y textos hallados en la sepultura. Asimismo, Carter contaría con la colaboración del egiptólogo James Henry Breasted, de la Universidad de Chicago, que aportó sus conocimientos respecto a la importancia histórica de las impresiones de sellos que pudieran descubrirse en la tumba.

El prestigioso egiptólogo y lingüista británico sir Alan Gardiner debía ocuparse de la traducción de las inscripciones y textos hallados en la tumba.

Callender y Carter extraen uno de los lechos funerarios descubiertos en la Antecámara de la tumba de Tutankamón.

Foto: Cordon Press

En la investigación también participó un viejo conocido de Carter, Percy Newberry, quien treinta años atrás había contratado a un joven Carter como dibujante durante las excavaciones que Newberry dirigió en Beni Hasan, en el Egipto Medio. Como botánico que era, Newberry se ocupó sobre todo del estudio de las ofrendas florales halladas en la tumba. De hecho, mediante el estudio de las guirnaldas de sauce y hojas de olivo, centáurea, apio y pétalos de flores de loto, Newberry pudo precisar que el funeral del faraón tuvo lugar entre mediados de marzo y finales de abril.

Para saber más

Este grabado en color recrea de un modo idealizado el descubrimiento de la tumba de Tutankamón por lord Carnarvon y Howard Carter. Stefano Bianchetti.

¿Contenía papiros ocultos la tumba de Tutankamón?

Leer artículo

Lucas, Mace y el imprescindible Callender

Pero hubo otros colaboradores que resultaron imprescindibles para Carter, como Arthur Mace y Alfred Lucas. Mace era conservador del Museo Metropolitano de Nueva York, donde trabajaba en la restauración de antigüedades egipcias. Por su parte, Lucas, antiguo director del departamento de Química del Servicio de Antigüedades en El Cairo, hizo un exhaustivo trabajo de análisis de los aspectos "químicos" de la tumba, es decir metales, elementos textiles, aceites y materias grasas. Ambos llevaron a cabo una excelente labor de conservación de todos y cada uno de los objetos antes de su traslado al Museo Egipcio de El Cairo.

Alfred Lucas, antiguo director del departamento de Química del Servicio de Antigüedades en El Cairo, hizo un exhaustivo trabajo de análisis de los aspectos "químicos" de la tumba.

Arthur Callender durante un descanso de los trabajos, en el exterior de la tumba.

Foto: Cordon Press

Mace y Lucas proceden a restaurar uno de los carros hallados en la tumba de Tutankamón.

Foto: Cordon Press

Por su parte, el asistente (y amigo personal) de Carter, el británico Arthur Callender, también jugó un papel destacado en la excavación. Fue en todo momento la mano derecha de Carter, y sus funciones abarcaron desde la vigilancia de la tumba, la resolución de los distintos problemas que iban surgiendo durante las excavaciones, hasta la instalación del sistema eléctrico para iluminar la tumba, la organización del transporte de materiales desde la estación de tren hasta el Valle de los Reyes, ayudar a la extracción de objetos... Callender también colaboró con Carter en el desmontaje de las capillas que ocultaban el sarcófago de cuarcita que contenía el cuerpo del faraón, e ideó un sistema de poleas para retirar la tapa del sarcófago y los ataúdes del interior. Incluso actuó de intérprete en algunas ocasiones.

Para saber más

Carter y su equipo examinan la momia de Tutankamón.

La apertura de las capillas doradas que protegían la momia de Tutankamón

Leer artículo

El inigualable Harry Burton

Por último, no se puede obviar el trabajo del fotógrafo de la expedición, el británico Harry Burton, contratado por el Museo Metropolitano de Nueva York para documentar todo el proceso. Gracias a su exhaustivo trabajo fotográfico, que comprende miles de imágenes (un material que ha digitalizado el Griffith Insitute de Oxford, que incluso ha coloreado algunas de las instantáneas), podemos observar de primera mano cómo fue un trabajo de tamaña envergadura. Burton fotografió durante años desde el momento del hallazgo hasta el instante en que la última caja llena de objetos salió finalmente de la tumba.

Dos de los negativos originales de Harry Burton. A la izquierda, una fotografía de la Antecámara, y a la derecha, el trono dorado del faraón.

Foto: Cordon Press

El fotógrafo instaló su cámara oscura en la tumba KV55 (donde se halló una momia que posteriormente sería identificada como Akhenatón, el padre de Tutankamón). Durante diez intensos años, Burton se trasladó cada día entre su laboratorio y la tumba de Tutankamón cargado con su gran cámara y las placas de negativos de vidrio. El resultado final fueron 2.800 negativos de gran formato que documentan con enorme precisión los objetos, su posición dentro de la tumba y los pasos posteriores desde la restauración hasta el embalaje y el traslado final. Incluso llegó a grabar varias horas de imágenes en movimiento que documentaban la excavación.

El resultado final fueron 2.800 negativos de gran formato que documentan con enorme precisión los objetos, su posición dentro de la tumba y los pasos posteriores desde la restauración hasta el embalaje y el traslado final.

Aunque con sus luces y sus sombras (como, por ejemplo, la desastrosa extracción de la momia del faraón de su sarcófago, al cual se hallaba pegada debido a la gran cantidad de resinas empleadas por los antiguos embalsamadores), el arduo trabajo de estos especialistas, y de todos los que participaron en la que tal vez pueda ser considerada la excavación arqueológica más importante de todos los tiempos, marcaría indefectiblemente un antes y un después en el devenir de la arqueología, que a partir de entonces empezaría a ser considerada una auténtica ciencia por derecho propio.

Para saber más

5. 00117241

Tutankamón, el descubrimiento de la tumba del faraón en imágenes

Leer artículo