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El descubrimiento se ha producido durante el mes de agosto en un cementerio de los siglo XVII y XVIII en el pueblo de Pień, una zona en la que ya habían aparecido numerosos cadáveres ricamente ataviados con lujosas ropas y joyas de oro engastadas con piedras preciosas.
De hecho, el esqueleto que tanto ha llamado la atención de los investigadores de la Universidad Nicolás Copérnico no es una excepción a esta tendencia, pues fue enterrado con una gorra de seda, material reservado a las clases más altas de la sociedad.

Los arqueólogos polacos limpian el cadáver para una sesión de fotos antes de proceder a su exhumación.
Foto: Mirosław Blicharski/Aleksander Poznań
Pero el descubrimiento sorprendente fue que sobre el cuello de la mujer los supersticiosos aldeanos de Pień habían colocado una guadaña afilada, lo que se ha interpretado como una precaución contra la posibilidad que la difunta se pudiera levantar de la tumba para aterrorizar a los vivos como una vampiresa sedienta de sangre.

Con este candado se quiso impedir que la mujer resucitara.
Foto: Andrzej Romański
Además, alrededor del dedo gordo del pie se le colocó un candado, un amuleto que, según se creía entonces, impedía al alma volver al cuerpo de los fallecidos de manera antinatural.
El temor a los no muertos
En realidad, por extraño que parezca, no se trataba de algo excepcional, sino que este tipo de enterramientos eran habituales en la época, cuando se creía firmemente que el demonio obraba a través de todo tipo de brujas, a las que se les atribuían poderes mágicos como resucitar tras la muerte.
Fue precisamente en esos tiempos oscuros cuando en Polonia se masacró a más de 15.000 mujeres acusadas de brujería, las cuales eran quemadas en la hoguera, ahogadas en agua o bien ahorcadas. Durante la Edad Moderna el vampirismo era un tipo de maldición vinculada a este fenómeno, pues se consideraba que tenía su origen en en pacto con Lucifer similar al que hacían las brujas para adquirir sus maléficas habilidades.

Este tipo de precauciones eran habituales en una época en la que el poder de la magia y el demonio eran omnipresentes en el imaginario popular.
Foto: Mirosław Blicharski/Aleksander Poznań
Vampiros ejecutados
De este modo, muchos de quienes se sospechaba de ser vampiros fueron ejecutados y enterrados de manera especial: clavados a su ataúd, con un objeto cortante alrededor del cuello o bien directamente decapitados y con una estaca clavada en el corazón.

Lejos de ser un fenómeno aislado, en otros yacimientos polacos ya han aparecido enterramientos del mismo tipo.
Foto: Andrzej Romański
Si bien este es el primer enterramiento con guadaña encontrado en Polonia, en 2008 ya aparecieron algunos cuerpos decapitados en Cracovia, los que en 2014 se les sumaron los restos de un hombre al quien se le habían roto los dientes con un ladrillo y a quien se le había atornillado la pierna al suelo. El simbolismo del enterramiento era bastante evidente.

El cráneo de la joven está siendo estudiado en el laboratorio.
Foto: Andrzej Romański
El director de la excavación Dariusz Poliński cree que aunque los largos incisivos de la mujer quizás provocaron su procesamiento y ejecución por vampirismo, dado que el cadáver no presenta signos de violencia puede que se creyera que había sido víctima de la mordedura de uno de estos no muertos. Esto supondría que el enterramiento con la guadaña se habría llevado a cabo de esta manera para impedir su transformación tras fallecer a causa de alguna enfermedad.