Atrapados en el tiempo

Encuentran huevos de gusanos intestinales en orinales romanos

Un grupo de arqueólogos de la Universidad de Cambridge ha descubierto parásitos de hace 1.500 años en el fondo de vasos cerámicos que los usuarios de unas termas sicilianas empleaban para aliviarse.

Los parásitos fueron descubiertos dentro del sedimento acumulado en este vaso.

Foto: R.J.A. Wilson

Estas vasijas aparecieron en 2019 durante la excavación de una villa romana en Gerace (Sicilia); cuyas termas fueron abandonadas tras ser destruidas por un terremoto sobre el 450 d.C. Como en otras ocasiones anteriores, los arqueólogos las clasificaron como recipientes para el almacenamiento de comida, pero el análisis de los restos de su interior revela otra historia.

Excrementos petrificados

Tres años después del descubrimiento, las cerámicas han sido analizadas en el laboratorio, para descubrir que tipo de productos se habían guardado en su interior mediante la extracción del material orgánico solidificado en las concreciones que cubrían el fondo.

La mayoría de los vasos aparecieron así de fragmentados.

Foto: R.J.A. Wilson

Restos solidificados en el interior del recipiente.

Foto: R.J.A. Wilson

El primer paso del estudio fue un raspado cuidadoso de la pared de los vasos, para obtener de esta forma los residuos calcificados en los que se podrían haber conservado elementos orgánicos. A continuación este polvo fue sumergido en ácido, un método inventado por el equipo inglés que permite dividir por flotación la materia orgánica de los sedimentos minerales.

Tras recoger cuidadosamente los invisibles restos biológicos, la muestra fue observada a través de microscopio, y para su sorpresa los investigadores se encontraron con huevos de gusano tricocéfalo en vez de grano u otro tipo de comida.

De envase a orinal

Este tipo de parásito solo pone sus huevos dentro de los intestinos, por lo que su presencia en la vasija demostraba que esta se había usado para contener excrementos humanos. Su uso como orinal ya se sospechaba desde hacía tiempo, pues se habían encontrado vasos similares junto a letrinas y baños públicos.

Los orinales eran un elemento muy común en la vida de los romanos, y había quien se los fabricaba de oro o piedras semipreciosas. Los recipientes se podían usar directamente, acuclillándose sobre ellos, o sentándose cómodamente en una silla o banco en el que se había hecho un agujero a tal efecto.

Fotografía microscópica de uno de los huevos.

Foto: R.J.A. Wilson

Al no contar las termas de la villa con ningún tipo de retrete, los orinales permitían a sus usuarios ir al baño sin necesidad de salir del recinto y exponerse a los azares del clima o miradas indiscretas.

Los resultados del estudio, recientemente publicados en el Journal of Archaeological Science, permitirán no solo identificar muchos más orinales repartidos por cientos de yacimientos, sino que a la vez aportan una técnica más rápida que las usadas actualmente para extraer la materia orgánica del sedimento.

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