Butacas exclusivas

Encuentran dos asientos VIP en el anfiteatro romano de Pérgamo

Durante las excavaciones llevadas a cabo en el lugar por el Instituto Arqueológico Alemán el pasado verano, han aparecido dos bancos de piedra del coliseo de Pérgamo (II d.C.) grabados con los nombres de sus propietarios.

En el asiento de este banco se puede ver la forma grecizada de Lucio, Loukios

Foto: DAI Pergamongrabung 2021 / I. Yeneroğlu

En la Antigua Roma las gradas del anfiteatro se dividían por zonas según la categoría social de los espectadores: mientras la mayoría del pueblo ocupaba las localidades de atrás los más ricos solían tener asientos en primera fila, que podían alquilar por un período de tiempo si no tenían intención de acudir a las representaciones.

Un segundo Coliseo

La antigua ciudad de Pérgamo era una de las más ricas de la costa egea de Turquía que, tras un período esplendoroso como reino independiente, se incorporó a Roma por voluntad de su último rey Atalo II y prosperó como parte de su imperio.

Gran parte del anfiteatro permanece bajo el suelo, con solo la parte superior de sus ruinas despuntando sobre el suelo.

Foto: DAI Pergamongrabung 2021 / I. Yeneroğlu.

Las monumentales puertas del edificio coincidían con el curso del riachuelo: con solo represarlo ya se inundaba la arena.

Foto: DAI Pergamongrabung 2021 / I. Yeneroğlu.

Las élites adoptaron gustosamente las modas de la Urbe, y tras contemplar el impresionante Coliseo, iniciado por Vespasiano en el 71 d.C. y terminado por su hijo Tito nueve años después, decidieron levantar un anfiteatro similar en su ciudad.

El lugar elegido fue un estrecho espacio entre dos vertientes por el que discurría un riachuelo, de manera que los constructores podrían aprovechar la pendiente natural del terreno para ahorrarse trabajo al erigir las gradas. Al mismo tiempo se decidió situar la arena sobre el lecho del río, de esta forma se podría inundar a voluntad para celebrar los combates navales (naumaquias) que el emperador había puesto de moda en la capital.

Naumaquia en el Coliseo pintada por Ulpiano Checa en 1894.

Foto: Wikimedia Commons

Así desde inicios del siglo II d.C. el edifico acogió todo tipo de espectáculos sangrientos: luchas de gladiadores, cacerías de animales (venationes), ejecuciones y batallas entre flotas de botes. Sin embargo su éxito habría de ser fugaz, pues la ciudad fue sacudida por un terremoto en el año 262 y arrasada por los bárbaros al cabo de poco.

Los arqueólogos han calculado (a partir del diámetro de la instalación y la altura de la gradería) que el edificio podría acoger de 25.000 a 50.000 espectadores, divididos como en Roma entre la gradería inferior (imma cavea) reservada a los ciudadanos destacados, y la superior (summa cavea) destinada al resto de la población.

Asientos reservados

Con la colaboración de la Universidad Técnica de Berlín, el Instituto Arqueológico Alemán ha estado excavando las ruinas del anfiteatro desde 2019, desvelando numerosos artefactos y partes de la estructura. Tras interrumpir los trabajos el año pasado los arqueólogos han vuelto al lugar este verano, hallando cinco bancos de piedra, dos de los cuales han sido desenterrados.

Trincheras abiertas en la parte este de la gradería.

Foto: DAI Pergamongrabung 2021 / I. Yeneroğlu

Un arqueólogo realiza un dibujo del área excavada sentado sobre uno de los bancos.

Foto: DAI Pergamongrabung 2021 / G. Günay

Lo que convierte estas piezas en un hallazgo excepcional es el hecho de que fueron inscritas con los nombres de sus propietarios, los cuales habrían contribuido a financiar el anfiteatro para tener asientos exclusivos o los habrían comprado antes de la inauguración. Curiosamente aunque los nombres son latinos, al pertenecer seguramente a elitistas ciudadanos romanos, fueron escritos en la lengua común de esa parte del imperio, el griego.

Los bancos se encontraron en medio de la grada baja en vez de en la arena, por lo que el equipo de excavación cree que podrían proceder del piso superior, un detalle revelador que implicaría que la parte frontal de la zona barata estaría reservada también a los ricos.

Los investigadores esperan alcanzar el nivel de la arena en los próximos años.

Foto: DAI Pergamongrabung 2021 / I. Yeneroğlu

Tras su descubrimiento y estudio los bancos se han trasladado a una área de exposición temporal.

Foto: DAI Pergamongrabung 2021 / I. Yeneroğlu

La campaña de este verano ha realizado nuevas prospecciones mediante georadar, con las que se espera descubrir nuevas estructuras ocultas bajo el suelo. Simultáneamente se ha realizado un reportaje fotogramétrico de las ruinas, elaborándose un modelo 3D a partir de instantáneas tomadas desde puntos diferentes.

A la espera de que se les acondicione un lugar en el cercano museo de Esmirna, los bancos permanecen expuestos en la Basílica Roja de Pérgamo. El año que viene proseguirán las excavaciones y los arqueólogos esperan desenterrar los tres asientos restantes y quizás encontrar alguno más.

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