Esfinge faraónica

Encuentran una curiosa esfinge con los rasgos faciales muy bien definidos

En el yacimiento de Tuna el-Gebel, los arqueólogos han desenterrado una pequeña esfinge de piedra caliza que conserva bien los rasgos del rostro, que fueron finamente tallados por un artesano desconocido.

Para los arqueólogos es todo un misterio la ubicación y conservación de esta curiosa esfinge.

Para los arqueólogos es todo un misterio la ubicación y conservación de esta curiosa esfinge.

Foto: Ministerio de Antigüedades de Egipto

Un grupo de arqueólogos egipcios acaba de descubrir en el yacimiento de Tuna el-Gebel, en el Egipto medio, una pequeña esfinge que estaba enterrada en la arena, de unos 35 centímetros de alto y 55 de ancho, de piedra caliza y con el rostro finamente tallado. La estatua está tocada con el nemes (una especie de pañuelo funerario de tela con el que se representaba a los faraones) y lleva en la frente un ureo (una representación de la diosa cobra Uadyet, símbolo del poder real).

"Un rostro claro y hermoso"

El director general de Antigüedades del Egipto Medio, Gamal el Samastaui, ha destacado "los rasgos y detalles, claros y hermosos del rostro, que demuestran la habilidad del antiguo artista egipcio" que la esculpió. Junto a la esfinge se han descubierto numerosos amuletos de fayenza azul que representan al dios Bes –un enano barbudo que saca la lengua–, un genio protector del hogar, de las parturientas y de la infancia. También han aparecido diversas vasijas de barro de distintas formas y tamaños, y una botella de alabastro.

Gamal el Samastaui, ha destacado "los rasgos y detalles, claros y hermosos del rostro" de esta curiosa esfinge.

Aunque los expertos están entusiasmados con este descubrimiento, a día de hoy continúa siendo un misterio qué hacía esta esfinge en la zona. Para descubrir su procedencia y origen, los arqueólogos tienen previsto seguir estudiando y excavando el yacimiento.

Los detalles de la esfinge encontrada demuestran la habilidad del antiguo artista egipcio.

Los detalles de la esfinge encontrada demuestran la habilidad del antiguo artista egipcio.

Foto: Ministerio de Antigüedades de Egipto

Una necrópolis rica en hallazgos

Tuna el-Gebel fue la necrópolis de la cercana ciudad de Hermópolis Magna y el lugar es famoso por sus catacumbas de animales, que contenían miles de momias de halcones, babuinos e ibis, y por la tumba del sumo sacerdote de Toht Petosiris, que vivió entre finales del siglo IV y principios del siglo III a.C., descubierta en 1919 por Gustave Lefebvre. En la necrópolis también se alza la tumba de Isadora, una joven de buena familia que vivió en Hermópolis en el siglo II d.C., así como una estela fronteriza erigida por el faraón Akhenatón (1353-1336 a.C.) que marcaba el límite noroeste de Amarna, capital de Egipto durante su reinado. Se trata del monumento más antiguo descubierto aquí, ya que la mayoría de hallazgos realizados en el yacimiento pertenecen a épocas posteriores.

Tuna el-Gebel fue la necrópolis de la cercana ciudad de Hermópolis Magna, un yacimiento famoso sobre todo por sus catacumbas de animales.

En los últimos tres años, las excavaciones arqueológicas en Tuna el-Gebel han sacado a la luz importantes descubrimientos, como un cementerio de tumbas de fosa de la dinastía XXVI (664-525 a.C.), cuarenta sarcófagos de piedra caliza de sacerdotes de Thot, y varias momias del Período Tardío o Baja Época (664-332 a.C.) y de época ptolemaica (323-30 a.C.).

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