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Las Unidades Auxiliares británicas eran pequeños comandos entrenados para actuar desde bases subterráneas secretas durante la Segunda Guerra Mundial. Constituían una especie de movimiento de resistencia cuya misión era "hostigar los flancos" de los posibles invasores, además de "atacar a los rezagados", "pegar y correr". Todo ello, tras las líneas enemigas.
El ejército secreto
Estos grupos, conocidos a veces como "el ejército clandestino de Churchill", fueron instruidos para destruir almacenes de municiones y parques de vehículos, para preparar emboscadas y para envenenar el suministro de agua en zonas que pudieran ser ocupadas por los nazis arrojando a los pozos cadáveres de perros.
Conocidos a veces como "el ejército clandestino de Churchill", fueron instruidos para destruir almacenes, preparar emboscadas y envenenar el suministro de agua.
Evidentemente, estas facciones debían esconderse y guardar sus materiales explosivos en alguna localización oculta. Para ello, el gobierno británico diseminó cientos de búnkeres ultrasecretos a lo largo de todo el país. Su localización era tan secreta que incluso a día de hoy nadie sabe exactamente dónde se hallan la mayoría de ellos. Hasta hace pocos meses, cuando, en el otoño pasado, unos trabajadores forestales descubrieron uno por casualidad en el sur del Escocia, en Craigielands Forest.

El búnker encontrado cuenta con tubos de ventilación de 32 centímetros de diámetro.
Foto: AOC Archaeology Group
Un búnker en Escocia
Según AOC Archaeology Group, el equipo de arqueólogos que se ha ocupado de investigar el sitio, y que acaba de hacer públicos los resultados de su estudio, "los lugares de este tipo rara vez se redescubren, ya que sus ubicaciones precisas se mantuvieron en secreto y la mayoría han sido enterrados y perdidos".
Este búnker escocés se halla enterrado 1,3 metros bajo la superficie del suelo en su punto más profundo, y al parecer fue utilizado por un grupo de hasta siete soldados armados con revólveres, metralletas y explosivos. Su diseño es estándar. Un estrecho pasaje lleva hasta una escotilla de acceso. El interior etá construido con láminas de hierro corrugado y remachadas sobre un pavimento de cemento. Forman una cámara de siete por tres metros. Los extremos de la estructura son de ladrillos y los lados tienen una "pared de explosión" que divide el espacio principal dentro del búnker, que estaba diseñado para proteger el lugar contra explosiones de granadas. También cuenta con tubos de ventilación de 32 centímetros de diámetro.
Los lados tienen una "pared de explosión" que divide el espacio principal dentro del búnker, diseñado para proteger el lugar contra explosiones de granadas.
Se han conservado pocas evidencias de mobiliario, algunos fragmentos de vigas de madera en el suelo (tal vez restos de camastros), aunque sí se ha encontrado "una lata vacía que ha proporcionado uno de los pocos vínculos con las últimas personas que usaron el espacio", en palabras de los arqueólogos, que el pasado noviembre llevaron a cabo un exhaustivo estudio del lugar con fotografías y un escáner láser Trimble TX5.
Según los investigadores, la expectativa de vida de estos hombres era muy breve, apenas dos semanas, ya que se esperaba que murieran luchando. Si eran capturados tenían orden de suicidarse para jamás revelar la ubicación de estos lugares ultrasecretos desde los que hostigar al enemigo.