Emilio Salgari, el escritor italiano que se suicidó como un japonés

El 25 de abril de 1911, el escritor italiano Emilio Salgari, conocido por ser el creador de la famosa serie de novelas protagonizadas por el aventurero Sandokan, se suicidó haciéndose el harakiri tras una vida plagada de desgracias, como la muerte de sus hijos y esposa, y de penurias económicas

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Emilio Salgari

La contribución de Salgari a la literatura, con cerca de un centenar de novelas publicadas, no le hizo ni feliz ni rico. El escritor no pudo superar el terrible vacío que le dejó la muerte de su familia, la locura de su amada y sus numerosas deudas. 

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Portada de 'I pirati della Malesia'

La amplia obra del escritor, marino y periodista Emilio Salgari se inició en 1883 con un relato corto y por entregas, I selvaggi della Papuasia, y el mismo año publicó su primera novela a la que llamó Tay-See, posteriormente titulada La rosa del Dong-Giang.

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Portada de 'I tigri di Mompracem'

En 1883 vio la luz la obra por la que sería mundialmente recordado, Sandokan, una novela basada en un personaje real, el famoso aventurero español Carlos Cuarteroni Fernández. Sandokan se convirtió en un ciclo de novelas con títulos tan conocidos como el El tigre de Malasia Los tigres de Mompracem.

Tras varios intentos fallidos de suicidio, el 25 de abril de 1911, Emilio Salgari se quitaba la vida en el Valle de San Martin, una colina cerca de Turín, dejando tres cartas: una dirigida a sus hijos, otra a sus editores y, finalmente, otra a los directores de los periódicos de la ciudad. La misiva más elocuente fue la dirigida a sus editores: "A vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel, manteniéndome a mí y a mi familia en una continua semimiseria o aún peor, sólo os pido que, en compensación por las ganancias que os he proporcionado, os ocupéis de los gastos de mis funerales. Os saludo rompiendo la pluma".

Salgari dedicó esta posdata a sus editores: "A vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel [...] sólo os pido que en compensación por las ganancias que os he proporcionado, os ocupéis de los gastos de mis funerales"

El padre de Sandokan

La amplia obra del escritor, marino y periodista Emilio Salgari se inició en 1883 con un relato corto y por entregas, I selvaggi della Papuasia, y el mismo año publicó su primera novela a la que llamó Tay-See, posteriormente titulada La rosa del Dong-Giang. También en 1883 vio la luz la obra por la que sería mundialmente recordado, Sandokan, una novela basada en un personaje real, el famoso aventurero español Carlos Cuarteroni Fernández, nacido en Cádiz en 1816. Sandokan se convirtió en un ciclo de novelas con títulos tan conocidos como el El tigre de Malasia o Los tigres de Mompracem.

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En 1883 vio la luz la obra por la que Salgari sería mundialmente recordado, Sandokan

Después de haber participado en un par de trifulcas de taberna –a las que Salgari calificó de "aventuras"–, en 1891 conoció a quien sería el amor de su vida –y también fuente de futuros infortunios–, una joven actriz de teatro llamada Aida Peruzzi, con la que se casó el 30 de enero de 1892 y con quien tuvo cuatro hijos.

Intentos de suicidio

En 1889, la vida de Salgari empezó a torcerse. Primero, con la muerte de su padre y más tarde, con la de dos de sus tres hijos varones. La menguada familia se trasladó a Génova, pero a pesar de que Salgari trabajó incansablemente para sacarla adelante, la situación económica se hizo cada vez más insostenible. A pesar de su inagotable imaginación, Salgari cayó en una profunda depresión que le llevó en 1909 a intentar suicidarse clavándose un cuchillo en el corazón.

Las adversidades no dejaron de perseguir a Salgari, y en diciembre de 1910, su gran amor, Aida, perdió la razón y tuvo que ser internada en un manicomio, donde murió en 1911. A Salgari esta última desgracia se le hizo insoportable y, tal como dejó escrito en la posdata de una de sus cartas, "voy a morir al Valle de San Martino, cerca del lugar donde, cuando vivíamos en la calle Guastalla, íbamos a merendar. El cadáver se encontrará en uno de los barrancos que conocen, porque íbamos allí a recoger flores". Su cuerpo sin vida y cubierto de sangre fue descubierto la tarde de ese mismo día con el rostro vuelto hacia el cielo. Se había suicidado al estilo tradicional japonés, haciéndose el harakiri, es decir, abriéndose el vientre con un cuchillo.

Salgari se suicidó en 1911 al estilo tradicional japonés: haciéndose el harakiri

La contribución de Salgari a la literatura, con cerca de un centenar de novelas publicadas, no le hizo ni feliz ni rico. El escritor no pudo superar el terrible vacío que le dejó la muerte de su familia, la locura de su amada y sus numerosas deudas, todo lo cual le llevó al trágico final que acabó escribiendo para sí mismo.