Un artista atormentado

El mensaje oculto en 'El Grito' de Edvard Munch

El propio autor escribió una diminuta frase en su icónico cuadro, "solo puede haberlo pintado un loco", preocupado por los problemas mentales que le afectaban a él y a su familia.

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Foto: The National Museum/Borre Hostland

En 1904, alguien advirtió un detalle de El grito, pintado por Edvard Munch 11 años antes, que hasta entonces había pasado desapercibido. Un minúsculo texto en una de las franjas rojas del cielo: "Kan kun være malet af en gal Mand", algo así como "solo puede haberlo pintado un loco". Enseguida comenzó a especularse cuándo y quién lo habría escrito. Se dijo que había sido uno de sus muchos detractores, un espectador indignado de esa misma exposición, o el propio artista. Munch siempre negó ser el autor y afirmaba que decidió dejar la frase como parte de su pintura porque le parecía, según dijo, acertada.

A pesar de las reiteradas negativas del artista, la mayoría de críticos y entendidos de arte del ultimo siglo habían mantenido que el propio Munch era el autor de esta "pintada". Pero no fue hasta hace muy pocos años, en 2021, que esta teoría se confirmó de manera "oficial". Y ello fue posible gracias a las últimas tecnologías en análisis de imagen, usadas por los conservadores del Museo Nacional de Oslo durante un largo e intenso trabajo de análisis y restauración de esta obra maestra del expresionismo. 

Obra polémica

La obra de Munch generó muchos debates entre los críticos de arte en su época, ya que no todos entendían su peculiar estilo. Controversias de las que no se libró su obra más icónica, El Grito, de la que existen cuatro versiones: un óleo de 1893, dos dibujos en pastel, de 1893 y 1895, y otro óleo, realizado en 1910.

La primera versión de El Grito fue objeto de polémica y críticas desde su origen. Se exhibió en Noruega por primera vez en 1895, en una exposición de Oslo –que entonces se llamaba Christiania– y recibió críticas hirientes, llegándose a afirmar que no se podía considerar a Munch una "persona nomal" o que fuera un humano con "un cerebro normal".

La primera versión de El Grito recibió críticas hirientes, como la que afirmaba que no podía considerarse a Munch "un ser humano con un cerebro normal".

Pero ni entonces ni en los años siguientes nadie advirtió ninguna frase escrita sobre la pintura. La obra fue expuesta en numerosas ocasiones por diferentes ciudades de Europa hasta que, en 1904, durante una exhibición en Copenhagen, un crítico de arte danés advirtió el minúsculo texto. Desde entonces, los críticos de arte han especulado cuándo pudo realizarse este acto de vandalismo y si fue obra de uno de los muchos detractores de Munch o fue el propio artista quien lo hizo.

Autovandalismo

Las especulaciones se han sucedido durante más de un siglo y aunque siempre ha habido un gran consenso en que la autoría más probable era la del propio Munch, no fue hasta 2021 que el Museo Nacional de Noruega dio la respuesta definitiva al enigma. Tras someter la obra a un análisis exhaustivo bajo los escáneres infrarrojos y comparar la letra con la de las notas y cartas redactadas por Munch, los especialistas de la pinacoteca noruega concluyeron que el autor del acto "vandálico" fue el propio Munch. El artista habría escrito el mensaje poco después de esa primera exposición en Noruega de su icónica obra, en 1895, cansado de que se criticara su obra y se pusiera en duda su salud mental.

"La frase siempre ha sido visible a simple vista" aunque con dificultades, explica Thierry Ford, conservador de pinturas en el Museo Nacional. "A través del microscopio, se puede ver que las líneas de lápiz están físicamente encima de la pintura", añade. Las imágenes infrarrojas no han revelado ningún boceto anterior, "pero el carbón del lápiz se destaca con mayor claridad y facilita el análisis de la escritura a mano", sin afectar a la pintura en sí, remarca.

Detalle de la franja roja de 'El grito' con la inscripción a lápiz (arriba) y la imagen infrarroja en la que puede observarse la frase con claridad.

Detalle de la franja roja de 'El grito' con la inscripción a lápiz (arriba) y la imagen infrarroja en la que puede observarse la frase con claridad.

Foto: The National Museum/Borre Hostland

Artista atormentado

Pero la pregunta es obligada, ¿por qué Munch escribiría algo así sobre su propia obra? En ello influyeron decisivamente dos factores: su salud mental y la recepción que tuvo su estilo entre la crítica.

La salud de Munch, tanto física como mental, siempre fue precaria. Desde muy pequeño convivió con la enfermedad y la muerte: su madre y una de sus hermanas murieron de tuberculosis cuando él era niño, enfermedad que él mismo también padeció. Su padre, un piadoso médico obsesionado con la muerte, también falleció siendo Munch todavía joven y una de sus hermanas padeció una enfermedad mental.

"Enfermedad, locura y muerte fueron los tres ángeles que velaron mi cuna y me acompañaron toda mi vida", afirmó en una ocasión. Atormentado por las depresiones, se refugió en el alcoholismo y concibió su estilo como una forma de exorcizar sus fantasmas: "Mis sufrimientos son parte de mi personalidad y de mi arte. Su destrucción destruiría mi arte", llegó a decir.

Para saber más

El grito fue pintado en 1893 y probablemente sea el cuadro más famoso del pintor noruego. Actualmente se encuentra expuesto en la Galería Nacional de Oslo.

Edvard Munch, el artista desesperado que pintó 'El grito'

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Polémica por El Grito

En la década de 1890, Munch se había hecho un nombre en el mundo del arte de París y Berlín, donde frecuentó los ambientes impresionistas y postimpresionistas, y concibió un estilo propio que la crítica de arte tradicional no entendió. Sus formas simplificadas y colores intensos fueron calificados de "bocetos descartados medio borrados" o de "manchas de color al azar". Estas valoraciones afectaban profundamente a Munch, que décadas después todavía se refería a ellas en notas llenas de justificaciones.

La crítica tradicional consideraba las creaciones de Munch "manchas de color al azar" y de él se llegó a decir que no podía ser considerado una persona "con un cerebro normal".

La teoría de la conservadora del Museo Nacional de Noruega y experta en la obra de Munch, Mai Britt Guleng, es que el artista escribió la frase contenida en El grito "durante o poco después de una exposición en Kristiania [Oslo]" de 1895. En esta muestra, el pintor presentó muchas de sus obras en su país natal, incluida su obra más conocida.

Pese a que recibió comentarios positivos, muchos lo criticaron duramente. Se organizaron veladas y debates académicos en torno a él y a su obra en los que se llegó a decir que no era un ser humano normal. El director del Museo Noruego de Artes Decorativas y Diseño afirmó que, viendo su obra, "no se puede considerar a Munch como un hombre serio con un cerebro normal".

Imagen infrarroja de 'El grito' tomada por los esoecialistas del Museo nacional de Noruega.

Imagen infrarroja de 'El grito' tomada por los esoecialistas del Museo nacional de Noruega.

Imagen infrarroja de El grito tomada por los especialistas del Museo nacional de Noruega.

Foto: Borre Hostland/The National Museum

Para Guleng, "la inscripción puede leerse como un comentario irónico, pero al mismo tiempo como una expresión de la vulnerabilidad del artista", preocupado por la posibilidad de una enfermedad mental hereditaria en la familia. No en vano su padre y su abuelo habían padecido lo que en aquella época se conocía con el nombre de melancolía, una depresión caracterizada por un fuerte sentimiento de culpa y dificultades para experimentar placer, síntomas que Munch también mostró a lo largo de su vida, y su hermana Laura acababa de ser ingresada en un psiquiátrico.

Un nuevo museo

La última versión de El Grito, realizada cuando el artista decidió instalarse definitivamente en Oslo, ha sido motivo también de un concienzudo estudio recientemente debido a que los colores se estaban desvaneciendo. Los especialistas del Museo Munch llegaron a la conclusión de que la progresiva "desintegración" de la pintura se debe a la composición de los pigmentos que usó el artista. El estudio debe servir para acondicionar la sala en la que se exhiba (hace años que se retiró de la vista al público) para rebajar todavía más su humedad.

Para saber más

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El Grito de Munch se desvanece

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Por su parte, el "original" de 1893 se exhibía en la Galería Nacional de Oslo, cerrada en 2019 para facilitar la construcción y el acondicionamiento del nuevo Museo Nacional de Noruega y el traslado de todas las obras a su nuevo emplazamiento. El museo más grande de los países nórdicos abrió sus puertas en junio de 2022 con una gran colección de cuadros de Edvard Munch entre los que estarán el propio Grito o Autorretrato con cigarrillo, comprado por la Galería Nacional después de la exposición en 1895.