Egipto

Egipto reabre el Serapeum de Saqqara, la necrópolis de los toros sagrados

El Serapeum de Saqqara contenía los toros sagrados momificados que representaban al dios Apis

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WERNER FORMAN ARCHIVE / N.J. SAUNDERS

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Serapeum de Saqqara

Sarcófago perteneciente al Serapeum, el único que conserva jeroglíficos.

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Serapeum de Saqqara

Sarcófago vacío del Serapeum de Saqqara.

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Serapeum de Saqqara

Una de las galerías del Serapeum antes de las obras de restauración.

Saqqara, cerca de la antigua capital egipcia de Menfis, acoge las pirámides más antiguas que se conservan del Egipto faraónico. Fue una de las necrópolis preferidas por los faraones y la élite gobernante. Constituye uno de los yacimientos arqueológicos más ricos del antiguo Egipto y todavía está lleno de sorpresas.

El Serapeum de Saqqara es una necrópolis subterránea situada al norte de Saqqara -y a unos 20 kilómetros al sur de El Cairo-, donde fueron enterrados, momificados, durante más de mil años, los toros sagrados que representaban al dios Apis. En 1851, el egiptólogo francés Auguste Mariette (1821-1881) redescubrió los enormes sarcófagos que habían contenido a una treintena de bueyes sagrados, pero que habían sido saqueados siglos atrás. Los estudiosos creen que el Serapeum fue creado por el faraón Amenhotep III, uno de los más grandes faraones de Egipto, que en 1402 a.C., con tan sólo 12 años, subió al trono y reinó durante casi 40. Los toros sagrados siguieron enterrados en el mismo lugar hasta tiempos del Imperio romano.

El complejo se cerró en 2001 como consecuencia de las filtraciones de agua y el movimiento de tierras, que amenazaban con derrumbar el lugar. El pasado 20 de septiembre fue reabierto, tras once años de trabajos de restauración. El Serapeum dispone ahora de espaciosos pasadizos totalmente renovados, que han preservado la planta original de la necrópolis.