Actualizado a
· Lectura:
En verano del año 2003 recibí una llamada de la editorial RBA. ¿Querría mantener una entrevista de trabajo? Sí, ¿pero qué tipo de trabajo? Lo sabría en la entrevista. Acudí a la sede de la empresa creyendo que la propuesta tendría relación con los libros. Y me llevé una sorpresa enorme: RBA, que es la licenciataria en España de National Geographic Society y publica aquí la famosa revista del marco amarillo, había decidido, nada más y nada menos, que crear una revista de historia que se llamaría Historia National Geographic, producida por completo en nuestro país, y me ofrecían un puesto en ella. Si eres historiador ¿puedes decir que no a semejante ofrecimiento? Por supuesto, acepté.

Portada del número 1 de Historia National Geographic
Y aquí sigo, junto con mis compañeros y el gran equipo de asesores y autores que nos acompaña cada mes. Durante todo ese tiempo he visto crecer a mi hijo, que entonces era un bebé de un año y ahora acabará el bachillerato, y he visto crecer a nuestra revista hasta convertirse (si me permiten la inmodestia) en lo que es una impresionante historia de éxito de una cabecera y una editorial españolas: Historia NG tiene ediciones en Francia, Italia, Países Bajos y Estados Unidos, donde la propia National Geographic Society publica en inglés una revista que hacemos aquí, en Barcelona.
He dicho nuestra revista porque hacerla sólo tiene un sentido: que ustedes nos lean. Sin nuestras lectoras y lectores no estaríamos aquí, de manera que sólo podemos agradecerles su generosidad al confiar en nosotros. Y tampoco estaríamos aquí sin la visión de un gran editor: Ricardo Rodrigo, presidente de RBA, que siente el mismo amor por la historia que nosotros y que por ello decidió asumir el notable reto de crear esta cabecera, confiando en que muchas otras personas compartieran su pasión. Y así empezaron doscientos números, diecisiete años y esta historia que hoy tenemos el placer de celebrar juntos.
Este artículo pertenece al número 200 de la revista Historia National Geographic.