Misterios y curiosidades del antiguo Egipto

El duque de Hamilton, el noble que quiso enterrarse como un faraón

El médico forense Thomas Pettigrew recibió el encargo de momificar el cadáver del décimo duque de Hamilton, un gran amante del antiguo Egipto, y enterrarlo en un sarcófago, como si de una momia egipcia se tratase.

Retrato de Alexander Douglas, décimo duque de Hamilton. Retrato por Henry Raeburn. 1812-1823.

Retrato de Alexander Douglas, décimo duque de Hamilton. Retrato por Henry Raeburn. 1812-1823.

Retrato de Alexander Douglas, décimo duque de Hamilton. Retrato por Henry Raeburn. 1812-1823.

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En la década de 1820, el médico forense Thomas J. Pettigrew recibió un encargo de lo más insólito por parte de Alexander Douglas, décimo duque de Hamilton. Pettigrew, apodado "momia" Pettigrew por su especialidad, el desvendado de momias egipcias traídas a Inglaterra por egiptólogos aficionados y aventureros como Giovanni Belzoni, era famoso por realizar esta curiosa actividad, que se puso muy de moda en el Londres aristocrático de mediados del siglo XIX.

El duque de Hamilton era un apasionado del antiguo Egipto y poseía en su mansión una importante colección de antigüedades faraónicas. Pero el aristócrata estaba especialmente interesado en las momias, y había acudido en calidad de público a varios de los "desvendados" realizados por Pettigrew, unos multitudinarios eventos sociales que tenían lugar en las casas de las más importantes personalidades, y que nadie que se preciara en la sociedad londinense de la época quería perderse.

Retrato del Duque de Hamilton de joven por Joshua Reynolds. 1782. Galería Nacional de Escocia, Edimburgo.

Retrato del Duque de Hamilton de joven por Joshua Reynolds. 1782. Galería Nacional de Escocia, Edimburgo.

Retrato del Duque de Hamilton de joven por Joshua Reynolds. 1782. Galería Nacional de Escocia, Edimburgo.

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El duque momificado

Tres décadas antes de su muerte, que tendría lugar en 1852, el duque de Hamilton, fascinado absolutamente por este tema, abordó un día al doctor Pettigrew y le hizo saber que había decidido que tras su fallecimiento su cuerpo fuera momificado y enterrado en un sarcófago, tal como hicieron los antiguos egipcios, y le pidió como un favor muy especial que fuera él quien se ocupase personalmente de llevar a cabo tan singular trabajo.

Hamilton había adquirido en París, en 1836, un sarcófago egipcio de basalto, perteneciente a una princesa llamada Iretiru, y en su castillo familiar en Escocia hizo construir un gran mausoleo para albergarlo. Tan magnífico era este mausoleo, que incluso el periódico The Times dijo de él que era "el más costoso y magnífico templo que hay en este mundo para recibir a un muerto, con la excepción de las pirámides".

Hamilton había adquirido un sarcófago egipcio de basalto, y en su castillo de Escocia hizo construir un gran mausoleo para albergarlo.

El duque de Hamilton retratado en su vejez, poco antes de su muerte. Willis Maddox. 1852. National Trust for Scotland.

El duque de Hamilton retratado en su vejez, poco antes de su muerte. Willis Maddox. 1852. National Trust for Scotland.

El duque de Hamilton retratado en su vejez, poco antes de su muerte. Willis Maddox. 1852. National Trust for Scotland.

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Pettigrew finalmente aceptó el encargo, y en septiembre de 1852, cuando el duque falleció a la nada despreciable edad de 84 años, el médico procedió a momificar el cadáver tal como había acordado con el aristócrata treinta años antes. Así, embalsamó y vendó el cadáver como si de una momia egipcia se tratara. Incluso se ha dicho que al parecer el médico hizo las veces de sumo sacerdote y llevó a cabo ciertos rituales religiosos egipcios durante el entierro del duque.

Para saber más

Libro de los muertos de Hunefer, en el que su momia, atada por un Sacerdote de Anubis, recibe el ritual de la apertura de la boca practicada por varios sacerdotes.

La curiosa ceremonia egipcia de la apertura de la boca

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Algunas fuentes se hacen eco de una macabra anécdota respecto del entierro: el duque era un hombre muy alto y al parecer el sarcófago en el que debía ser enterrado no era lo suficientemente largo, por lo que se le tuvieron que cortar los pies para poder cerrar el féretro.

Mausoleo del Duque de Hamilton en Escocia

Mausoleo del Duque de Hamilton en Escocia

Mausoleo del Duque de Hamilton en Escocia

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Desde su entierro en 1852, nunca ha vuelto a abrirse el féretro para comprobarse la veracidad de esta historia ni la calidad del trabajo llevado a cabo por Pettigrew. Hacia 1921, el castillo Hamilton fue totalmente reformado y el cadáver del duque fue llevado al cementerio local, donde sigue reposando para siempre en el interior de su sarcófago egipcio.